Las objeciones de Estados Unidos amenazan con bloquear las gestiones para la firma del acta de paz de Contadora

La Administraci¨®n Reagan desarrolla una intensa actividad diplom¨¢tica para bloquear el acta de paz de Contadora, que a su juicio tiene serias deficiencias en los mecanismos de verificaci¨®n y en el calendario de desarme. Las declaraciones del portavoz del Departamento de Estado, Alan Romberg, y del subsecretario de Defensa para Asuntos Interamericanos, N¨¦stor S¨¢nchez, coinciden con las formuladas en este mismo sentido por los cancilleres de Honduras y El Salvador. El Gobierno nicarag¨¹ense se ha convertido ahora en el principal abanderado de Contadora por medio del comandante Daniel Ortega, que ha reiterado en Nueva York, ante la Asamblea General de la ONU, la urgencia de firmar el documento.

Los cuatro cancilleres del Grupo de Contadora (Colombia, M¨¦xico, Panam¨¢ y Venezuela). tratan de contrarrestar las presiones de Washington mediante la presentaci¨®n, esta misma semana, de un informe acerca de la situaci¨®n centroamericana ante el Consejo de Seguridad de la ONU. La reciente conferencia de San Jos¨¦ de ministros de Asuntos Exteriores de Espa?a, Portugal, la Comunidad Econ¨®mica Europea Centroam¨¦rica y Contadora ha dado un nuevo aliento a estas negociaciones, que corren un serio peligro de estancamiento debido al obstruccionismo norteamericano. Hace tres semanas, EE UU y sus dos peones centroamericanos Honduras y El Salvador, acogieron con alborozo el acta de Contadora porque estaban convencidos de que Managua no podr¨ªa suscribirla. La decisi¨®n nicarag¨¹ense de acatar el documento en todos sus t¨¦rminos ha inducido a Washington a revisar su actitud bajo un argumento bien simple: si es bueno para los sandinistas, no puede ser lo para EE UU.

El subsecretario del Pent¨¢gono, N¨¦stor S¨¢nchez, afirm¨® que su Gobierno no est¨¢ dispuesto para firmar el documento porque sus lagunas en materia de verificaci¨®n y seguridad, que por otra parte se neg¨® a concretar, lo inhabilitan para conseguir una paz duradera.

Alan Romberg asegur¨® el pasa do lunes que el proceso de negociaci¨®n no ha terminado, ya que todo tratado debe instrumentar equipos de inspecci¨®n con autoridad y medios para cumplir su tarea. Esto no est¨¢ recogido en el acta, dice el portavoz norteamericano, que ha censurado tambi¨¦n e calendario de desarme.

Siguiendo el camino trazado por Washington, el canciller salvadore?o, Jorge Eduardo Tenorio, advirti¨® el lunes que su pa¨ªs no puede firmar los acuerdos mientras no se eliminen algunas cuestiones de seguridad que se opone a sus intereses nacionales. El ministro hondure?o de Relaciones Exteriores, Edgardo Paz, insiste, en la necesidad de corregir las etapas del desarme, que obligar¨ªan a su Gobierno a interrumpir de inmediato las maniobras conjuntas con EE UU, a prescindir de los 1.600 soldados estacionados de forma permanente en su territorio y a desmantelar la base de facto de Palmerola y el centro de entrenamiento de Puerto Castilla.

Los nicarag¨¹enses han reiterado, por medio del comandante Bayardo Arce, que representa a su pa¨ªs en la reuni¨®n de la Internacional Socialista en R¨ªo de Janeiro, que est¨¢n dispuestos a prescindir de los asesores cubanos, que cifr¨® en unos 500, en cuanto se firme el acta de Contadora y s us vecinos cumplan su parte en lo que toca a los norteamericanos.

El cumplimiento de los tratados obligar¨ªa posiblemente a los sandinistas a postergar las elecciones del 4 de noviembre para permitir la participaci¨®n de la Coordinadora Democr¨¢tica, que encabeza Arturo Cruz. S¨®lo as¨ª respetar¨ªan el compromiso de permitir el acceso de todas las fuerzas a los comicios. Incluso un comandante como Arce, al que se califica de duro, no ha excluido esta posibilidad.

Los sandinistas parecen haber entendido que el acta de Contadora constituye una garant¨ªa de seguridad equiparable a un acuerdo bilateral de no agresi¨®n con Estados Unidos, ya que el Pent¨¢gono no podr¨ªa utilizar a su antojo el territorio de Honduras y porque le ser¨ªa dificil justificar una intervenci¨®n directa.

Este an¨¢lisis est¨¢ en la ra¨ªz del apoyo sandinista a los acuerdos y de las objeciones que Estados Unidos presenta en esta ¨²ltima etapa de la negociaci¨®n. El acta viene a consagrar en ¨²ltima instancia una retirada militar estadounidense de Centroam¨¦rica, y esto es algo que la actual Administraci¨®n no est¨¢ dispuesta a considerar.