El comit¨¦ confederal de UGT asume casi por unanimidad el Acuerdo Econ¨®mico y Social para 1985 y 1986
El comit¨¦ confederal de UGT aprob¨® ayer, por 115 votos a favor frente a cuatro en contra, el texto del acuerdo econ¨®mico y social (AES) para los dos pr¨®ximos a?os de legislatura. Aunque el acuerdo fue valorado en su conjunto de forma favorable, las intervenciones m¨¢s cr¨ªticas se centraron en considerar que el contenido del pacto pod¨ªa haber sido mucho m¨¢s progresista, con un Gobierno socialista. La aprobaci¨®n del texto definitivo del AES por parte del comit¨¦ confederal, m¨¢ximo ¨®rgano entre congresos del sindicato, fue, en expresi¨®n de algunos asistentes, una cuesti¨®n fundamentalmente pol¨ªtica. A juicio de estas fuentes, el AES, como acuerdo social, plantea serias dudas bajo una ¨®ptica estrictamente sindical en alguno de sus puntos.
Las cr¨ªticas m¨¢s duras al acuerdo partieron de la federaci¨®n de banca, encabezada por su secretario general, Justo Fern¨¢ndez, que no ocult¨® en p¨²blico su malestar por la forma en que hab¨ªa sido negociado el pacto y por los resultados finales del mismo. Justo Fern¨¢ndez afirm¨®, antes de que se produjeran incluso los debates, que la postura de su federaci¨®n era claramente contraria a la firma del acuerdo.Sin ser tan tajante, la federaci¨®n de construcci¨®n mantuvo tambi¨¦n una actitud cr¨ªtica, en este caso, con matices. Su contestaci¨®n estuvo dirigida fundamentalmente al m¨¦todo seguido en las negociaciones, con referencias directas a algunos contenidos. No obstante, la federaci¨®n anunci¨® su intenci¨®n de votar favorablemente. En el fondo, la actitud de construcci¨®n refleja con bastante exactitud la que manten¨ªan ayer otros cuadros del sindicato a nivel individual.
Fuentes oficiales se?alaron que la realidad es que las cr¨ªticas no hab¨ªan sido tan ¨¢cidas como se hab¨ªa insinuado. Y que, desde luego, el malestar registrado en las primeras horas de la ma?ana de ayer entre los asistentes al comit¨¦ confederal hab¨ªa quedado despejado a medida que avanzaba la reuni¨®n. La veintena de intervenciones que se hab¨ªan producido a lo largo del d¨ªa -con sus consiguientes r¨¦plicas y contrar¨¦plicas- se circunscribieron a los temas fiscales, inversiones, salarios, pensiones y patrimonio sindical.
La pol¨¦mica del despido
Tal vez uno de los aspectos m¨¢s criticados -si no dentro de la sala, s¨ª en los pasillos- era la urgencia exigida a los miembros del comit¨¦ confederal para pronunciarse sobre un texto de 89 p¨¢ginas en el espacio de escasas horas. Las dudas de si el acuerdo recog¨ªa el despido libre no aparec¨ªan despejadas con las escasas 12 l¨ªneas recogidas en el art¨ªculo 16 del AES sobre adaptaci¨®n de nuestra legislaci¨®n laboral a la vigente en Europa. Algunos delegados confesaban no entender claramente qu¨¦ se quer¨ªa decir en el texto, ni pod¨ªan relacionar aquel punto con la pol¨¦mica del despido. Fue precisamente en aclarar esto donde se volcaron los esfuerzos de los que hab¨ªan formado la comisi¨®n negociadora del AES.
La organizada disciplina de UGT, la coherencia interna del sindicato y, sobre todo, el convencimiento de que, como central socialista, no pod¨ªa producirse un rechazo al acuerdo que colocara en desairada situaci¨®n al Gobierno, evitaron, en gran medida, que las cr¨ªticas se hicieran demasiado p¨²blicas. S¨®lo lo justo para hacer llegar a sus dirigentes el disgusto de un proceso cuyo futuro no ha sido despejado.
La intimidad de las sesiones del comit¨¦ confederal -vetado absolutamente a cualquier extra?o- s¨ª fue un campo m¨¢s propicio para exponer las dudas, los recelos, los temores, las frustraciones y las acusaciones de los asistentes.
Incluso se lleg¨® a advertir que una pol¨ªtica como aquella pod¨ªa producir un desgaste en los militantes de UGT, enfrentados en las f¨¢bricas a otras organizaciones que no desde?ar¨¢n arma alguna para atacar al acuerdo y sus defensores.
A diferencia de otras reuniones del comit¨¦ confederal, en esta ocasi¨®n los trabajos se dividieron en dos partes: la sesi¨®n de la ma?ana fue dedicada a tareas puramente informativas y la tarde se ocup¨® en debatir el contenido del acuerdo.
Si CC OO lo acepta, ma?ana, lunes, se llevar¨¢ a cabo el llamado plenario del acuerdo econ¨®mico y social, y que en realidad no ha tenido relevancia alguna a lo largo de las conversaciones. Los plenarios quedaron relegados a encuentros de cara a la opini¨®n p¨²blica, al haberse aceptado un m¨¦todo de negociaci¨®n de reuniones secretas, de las que CC OO -que rechaz¨® este sistema- qued¨® descolgada.
Eficacia dudosa
El ministro de Trabajo ha ofrecido a CC OO mantener este plenario p¨²blico y cumplir, de esta forma, con los aspectos formales de una negociaci¨®n que, llevada al absurdo, a¨²n no se ha producido formalmente.
Marcelino Camacho, secretario general de Comisiones Obreras, manifest¨® ayer en M¨¢laga, que algunos aspectos del acuerdo econ¨®mico y social eran inconstitucionales, como la creaci¨®n de una comisi¨®n de asesoramiento sobre temas sociecon¨®micos para el presidente del Gobierno, ya que "existe una figura en la Constituci¨®n, como el Consejo Econ¨®mico y Social, que todav¨ªa sigue sin desarrollarse", seg¨²n informa nuestro corresponsal Jos¨¦ Antonio Fr¨ªas.
Las dudas y las cr¨ªticas sobre la eficacia del AES se hicieron ayer patentes en las primeras reacciones de sindicatos y partidos pol¨ªticos. El secretario general de la Uni¨®n Sindical Obrera (USO), Manuel Zaguirre, afirmaba que se trataba de un texto muy amplio con escaso contenido y que se hab¨ªa pasado de "un acuerdo para el empleo, a la antesala del despido libre". Zaguirre asegur¨® que los trabajadores perder¨ªan poder adquisitivo. Afirmaci¨®n semejante a la efectuada en medios de la CNT que anunciaban ya su oposici¨®n activa al acuerdo. Para la CNT, el acuerdo "es una operaci¨®n de imagen entre el Gobierno y la CEOE, con un convidado, UGT, que ha representado un triste papel".
Jos¨¦ Ram¨®n Caso, por el Centro Democr¨¢tico y Social (CDS), manifest¨® que el pacto era insuficiente para crear el empleo y generar la inversi¨®n, mientras que Andreu Claret, del PCE, asegur¨® que el AES, agiliza el despido libre. Andreu Claret se pregunt¨® si Felipe Gonz¨¢lez no estaba cavando la fosa de UGT.
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