D'Escoto: "Nunca hubo mayor complicidad entre el imperio y el representante de Cristo"
"Roma, hist¨®ricamente, no ha estado exenta de los abusos de autoridad", manifest¨® a EL PAIS el sacerdote cat¨®lico y ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua, Miguel d'Escoto, quien opina que "nos encontramos en un momento especialmente cr¨ªtico", debido a "la complicidad entre imperio", que identifica con Estados Unidos, y "representante de Cristo en la Tierra". D'Escoto, que recogi¨® el pasado jueves en Barcelona el Premio Internacional que la Fundaci¨®n Alfonso Carlos Com¨ªn otorg¨® al pueblo de Nicaragua, es miembro de la congregaci¨®n cat¨®lica de Maryknoll, una orden formada b¨¢sicamente por norteamericanos. Los superiores religiosos de D'Escoto, no obstante, le han animado en su tarea al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno sandinista.
Los 7.000 muertos, que, seg¨²n el sacerdote y ministro, ha costado durante los ¨²ltimos tres a?os la guerra entre el Gobierno sandinista y los contras, que tienen sus bases en Honduras y Costa Rica, y la actitud que mantiene el Vaticano respecto a Nicaragua son objeto de preocupaci¨®n para D'Escoto.
Pregunta. La experiencia nicarag¨¹ense ha sorprendido por la coincidencia de criterios que se ha producido entre sectores de la izquierda y grandes sectores de la Iglesia cat¨®lica. ?C¨®mo valora esta convergencia de objetivos entre dos corrientes hist¨®rica mente contrapuestas?
Respuesta. La contradicci¨®n se mueve entre un sector, que ha proclamado la necesidad de hacer justicia, y una Iglesia que no quiso jam¨¢s escuchar esa reivindicaci¨®n. Creo que eso es lamentablemente cierto. No obstante, no se da ¨²nicamente la convergencia en la pr¨¢ctica de dos sectores que se han rechazado mutuamente, sino que se ve en Nicaragua algo que para muchos era algo casi imposible, y de ah¨ª la sorpresa. Pensaban que era imposible que los cat¨®licos, que la Iglesia cat¨®lica, fuera adem¨¢s de cat¨®lica tambi¨¦n cristiana. Eso quiere decir evidenciar en la pr¨¢ctica un amor preferencial por los pobres, por los explotados, por los marginados.
Siempre ha habido testimonios muy importantes de aut¨¦nticos cristianos dentro de la Iglesia cat¨®lica. La verdad, no obstante, es que cuando en un pa¨ªs cualquiera se han intentado cambios profundos en las estructuras para combatir la injusticia institucionalizada, se ha notado, y en Am¨¦rica Latina ha sido regla que la Iglesia siempre ha defendido el status quo. Me refiero a la Iglesia como instituci¨®n, a la jerarqu¨ªa como tal. Eso todav¨ªa sigue siendo as¨ª en Nicaragua, donde existe una novedosa contradicci¨®n entre algunos miembros de la jerarqu¨ªa y la mayor parte de los religiosos de Nicaragua. Esta mayor¨ªa est¨¢ decididamente a favor de los cambios estructurales, de los cambios revolucionarios. Ellos consideran que cuando ¨¦stos se logren podremos realmente decir que hemos creado una situaci¨®n de fraternidad y de justicia, que nos permite llamar a Dios nuestro padre. Si no aceptamos la fraternidad con los hijos de Dios, estamos rechanzando la paternidad de Dios.
'Legalismo farisaico'
P. La participaci¨®n de los cat¨®licos en la revoluci¨®n nicarag¨¹ense no ha sentado demasiado bien en Roma. Algunos expertos valoran las llamadas al orden a algunas iglesias -como es el caso de la brasile?a, a trav¨¦s de Leonardo Boff, o la peruana, a trav¨¦s de Gustavo Guti¨¦rrez- como un intento vaticano para que no se repita esta situaci¨®n de colaboraci¨®n con la izquierda, bien a trav¨¦s de cauces electorales o revolucionarios.
R. Cuando trato de comprender la actitud de Roma -no s¨®lo ahora, sino en casos anteriores muy lamentables-, la verdad es que no comprendo, me confundo... Ser¨ªa mejor solicitarles que expliquen el porqu¨¦ de su comportamiento, que no entiendo ni enteder¨¦ nunca mientras se limiten a hablar siempre en t¨¦rminos de1egalismos. Despu¨¦s de todo, lo fundamental en la vida de un cristiano debe ser el Evangelio y no una interpretaci¨®n farisaica de un legalismo sin alma y sin esp¨ªritu, que parece estar ¨²ltimamente de moda en ciertos c¨ªrculos de Roma.
P. El nuevo derecho can¨®nico es expl¨ªcito al fijar que ning¨²n sacerdote puede ocupar cargos pol¨ªticos sin dispensa papal. En tal caso, la participaci¨®n de sacerdotes en el Gobierno de Nicaragua y en m¨²ltiples aspectos de la vida pol¨ªtica no cuenta con esa autorizaci¨®n.
R. Cuando nosotros aceptamos cargos en el Gobierno, tras el derrocamiento de Somoza, no est¨¢bamos en contradicci¨®n con el derecho can¨®nico. Lo cierto es que ciertas disposiciones del c¨®digo fueron cambiadas posteriormente. Es el nuevo derecho can¨®nico. Yo contaba al principio con autorizaci¨®n de los superiores de mi congregaci¨®n. En ellos he encontrado mucha comprensi¨®n, colaboraci¨®n y apoyo en el trabajo que hacemos por el bien de la Iglesia y de Nicaragua.
P. ?Es compatible el papel que juegan los sectores progresistas de la Iglesia en Latinoam¨¦rica con el hecho de mantener buenas relaciones con el Vaticano?
R. No creo que el d¨ªa en que me toque rendir cuentas ante el Se?or me sirva de mucho decir qu¨¦ hice o qu¨¦ no hice en esta tierra porque Roma quiso o no quiso. Con esto no quiero decir que desconozca la autoridad de Roma, pero creo que el abuso de autoridad se da en todos los niveles, y Roma hist¨®ricamente no ha estado exenta de abusar de la autoridad. Actualmente nos encontramos en un momento particularmente cr¨ªtico porque creo que nunca antes en la historia se hab¨ªa visto una complicidad tan grande entre imperio y representante de Cristo en la Tierra. ?Y con qu¨¦ imperio decidi¨® identificarse! Esto es algo que no digo solamente yo, sino que todos los d¨ªas escucho de muchas personas en los diferentes pa¨ªses que visito. ?sta es la triste realidad de la Iglesia de nuestros d¨ªas.
P. Usted ha manifestado, en algunas ocasiones, que un cambio presidencial en EE UU podr¨ªa significar una nueva v¨ªa de di¨¢logo entre este pa¨ªs y Nicaragua. Pero b¨¢sicamente ha destacado la ayuda y la solidaridad que recibe su pueblo de los cristianos norteamericanos.
R. Los cristianos toman cada vez m¨¢s conciencia del mandato de Cristo, de que seamos levadura, elemento de transformaci¨®n en la masa, en la sociedad. Un cristiano no puede estar marginado de la pol¨ªtica, porque es en este ¨¢mbito donde se toman las decisiones que afectan a los seres humanos. El cristiano debe preocuparse de luchar para buscar una vida digna para todos.
En EE UU se est¨¢ tomando conciencia de esta situaci¨®n. Pero yo dir¨ªa que no solamente son los cristianos quienes se solidarizan. Las personas religiosas en general son los que m¨¢s logran comprender el porqu¨¦ de la revoluci¨®n popular sandinista y los que suelen manifestarse en oposici¨®n a la pol¨ªtica de Reagan. Lamentablemente, no puedo incluir al Vaticano entre estos hombres religiosos que se solidarizan con un pueblo que sufre la agresi¨®n, la muerte y el sufrimiento todos los d¨ªas de manos del imperio norteamericano.
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