Una sorpresa anunciada

La oferta de Felipe Gonz¨¢lez para mantener a Espa?a dentro de la OTAN es el resultado de una transacci¨®n entre los dirigentes socialistas que manten¨ªan posiciones contrarias a la permanencia en la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) -cuyo cabeza de fila era Alfonso Guerra- y los colaboradores de Felipe Gonz¨¢lez m¨¢s favorables a evitar la tentaci¨®n de la salida, como el ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra.La operaci¨®n qued¨® dise?ada a principios del verano pasado. El efecto de sorpresa causado ahora se refiere m¨¢s bien al momento elegido para hacer p¨²blico el plan, y a sus detalles, que al hecho en s¨ª, puesto que las l¨ªneas generales de la operaci¨®n eran conocidas (v¨¦ase EL PAIS del 8 de julio pasado).

Para instrumentar la opci¨®n favorable a la Alianza, la direcci¨®n del PSOE ha buscado y obtenido el consenso de las principales federaciones. La corriente Izquierda Socialista y otros sectores constituyen el contrapunto a dicho acuerdo, pero sus posibilidades de obtener la mayor¨ªa en el 302 congreso son casi nulas, incluso en este punto sensible.

Durante los primeros a?os de la transici¨®n, el PSOE defendi¨® la neutralidad en pol¨ªtica exterior y la necesidad de poner fin a la presencia norteamericana en Espa?a; as¨ª qued¨® explicitado en las resoluciones del 27 2 congreso, celebrado en 1976. Los problemas internacionales permanecieron aletargados durante el per¨ªodo de elaboraci¨®n de la Constituci¨®n.

La publicaci¨®n del libro de Fernando Mor¨¢n Una pol¨ªtica exterior para Espa?a fue el primer cambio importante en las posiciones socialistas. Mor¨¢n puso el acento en la conveniencia de evitar la satelizaci¨®n de Espa?a, atribuyendo esa consecuencia a la entrada en la OTAN, pero se mostr¨® favorable al acuerdo bilateral con Estados Unidos. "Una definici¨®n espa?ola de no alineamiento, partiendo de nuestra actual relaci¨®n defensiva con Estados Unidos", escribi¨®, "significa un quebranto serio para el sistema occidental, rompiendo un equilibrio general: lo que no es positivo ni podemos permitirnos".

Meses despu¨¦s se produjo el frustrado golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. El Gobierno Calvo Sotelo camin¨® decididamente hacia el atlantismo, y numerosos pol¨ªticos presentaron esa opci¨®n comer un ant¨ªdoto contra nuevos levantamientos, porque incrementar¨ªa la vinculaci¨®n de las Fuerzas Armadas espa?olas con las de pa¨ªses democr¨¢ticos. Sin embargo, el PSOE mantuvo su Posici¨®n contraria a la vinculaci¨®n a la OTAN. El 29? congreso, celebrado en oto?o de 1981, recog¨ªa ese deseo de no integraci¨®n en bloques militares, y en los meses siguientes Felipe Gonz¨¢lez y el PSOE asumieron p¨²blicamente el sentimiento pacifista.

El programa electoral de 1982 compromet¨ªa al Gobierno a buscar "un mayor techo de autonom¨ªa para Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica". En el programa, el refer¨¦ndum anunciado por el PSOE sobre esta cuesti¨®n quedaba para un segundo momento de la legislatura. Visto con esa perspectiva, el anuncio hecho el pasado martes por Felipe Gonz¨¢lez tambi¨¦n resulta menos sorprendente de lo que a primera vista parece, mientras que la pol¨¦mica real parece reducirse al grado de integraci¨®n.