Un funcionario polaco, detenido en relaci¨®n con el secuestro de Popielusko
Un funcionario del Ministerio del Interior polaco fue detenido anoche en relaci¨®n con el secuestro del sacerdote Jerzy Popieluszko, seg¨²n inform¨® la televisi¨®n polaca. El detenido, identificado como Grzegorz; P., de Varsovia, se ha mostrado incapaz de presentar una coartada convicente sobre qu¨¦ hac¨ªa el viernes a la hora del secuestro en la zona en la que desapareci¨® el sacerdote.
El funcionario ha sido acusado tambi¨¦n, siempre seg¨²n la televisi¨®n, de haber abandonado su puesto sin autorizaci¨®n y de haber falsificado el registro de salida de veh¨ªculos del Ministerio.Lech Walesa, l¨ªder de Solidaridad y premio Nobel de la Paz, y la direcci¨®n clandestina del citado sindicato ilegal polaco (TKK), hicieron p¨²blico ayer un comunicado en el que manifiestan que el secuestro del sacerdote opuesto al r¨¦gimen simboliza "la introducci¨®n del terror como arma pol¨ªtica en Polonia".
Walesa se reuni¨® secretamente el lunes con los miembros de la TKK para discutir el secuestro de Popieluszko, perpetrado el pasado viernes cerca de la ciudad norte?a de Torun por tres individuos, uno de los cuales llevaba uniforme policial.
En el mencionado comunicado, los responsables de Solidaridad condenan en t¨¦rminos muy vivos el secuestro del que consideran uno de los sacerdotes obreros m¨¢s entregados a su ministerio y que "goza de una autoridad moral innegable y de la simpat¨ªa de un mill¨®n de polacos". Los dirigentes de Solidaridad advierten que "un hecho as¨ª puede tener consecuencias incalculables".
Los firmantes son Lech Walesa, Zbigniew Bujak (Varsovia), Marek Muszynski (Wroclaw), Eugeniusz Szumiejko, Bogdan Borusewicz (Gdansk), y dos representantes de Cracov¨ªa y Katowice, cuyos nombres no se han dado a conocer. En la reuni¨®n, los responsables de Solidaridad decidieron adem¨¢s "mantener las estructuras actuales del sindicato", es decir, la clandestinidad.
Juan Pablo II hizo tambi¨¦n ayer un llamamiento a las conciencias de "los autores y los responsables" del secuestro del cura polaco, a los que pidi¨® que le dejaran volver a su parroquia en Varsovia. El Pont¨ªfece declar¨® que "compart¨ªa la justa inquietud de toda la sociedad ante este hecho inhumano".
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