'Caos' en la noche barcelonesa
Hoy en la modernidad nocturna barcelonesa es dif¨ªcil encontrar ambientes puros, homog¨¦neos, donde uno tenga la seguridad de que todo lo que ve es lo que parece. Verdad es que la droga hace extra?os compa?eros de cama y que un cierto neoexistencialismo pesimista -v¨ªa crisis- ha prendido en los corazones de muchos j¨®venes ciudadanos, impuls¨¢ndolos a un err¨¢tico desclasamiento.La confusi¨®n ha llegado hasta tal extremo que algunos de los que est¨¢n a la ¨²ltima han organizado lo impensable: la marcha n¨®mada. H¨¢biles observadores de una realidad ciudadana rica en ascensos, ca¨ªdas y renacimientos de locales de moda en una progresi¨®n ininteligible que ni el m¨¢s esforzado augur pudiera descifrar, los creadores de Tour-Mix Promotions proponen la realizaci¨®n de una fiesta semanal, que se realizar¨¢ cada vez en un local distinto.
Afortunadamente para el espectador, un sector de la clase alta permanece fiel a sus se?as de identidad y, firme como una boya, se destaca claramente frente a la vor¨¢gine mezcladora que convierte toda la ciudad en una no mans land imprevisible. Son los end¨®gamos reto?os de la gran burgues¨ªa catalana, que tienen su lugar de copeo nocturno en el bar Dos Torres, hermoso y cl¨¢sico local ajardinado sito en una antigua torre.
En este ambiente no se consume droga, si acaso algo de coca¨ªna, y se bebe mucho, principalmente whisky, gin-tonic y cerveza de importaci¨®n. La clase alta tiene, sin embargo, sus tr¨¢nsfugas hacia la izquierda -o hacia abajo, seg¨²n se mire- Muchos j¨®venes que por sus ingresos y procedencia familiar deber¨ªan portarse bien, hacen cosas raras, algunos hasta votan a los socialistas, van al bar Zig-Zag y se meten en el mundo de la publicidad o de la moda.
Los m¨¢s tirados o enrollados -cuesti¨®n de perspectivas- del Zig-Zag frecuentan los bares de los alrededores de la plaza Real en busca de olvido, emociones o suministros, en un loable ejemplo de exogamia y centripetismo. Se les puede encontrar tambi¨¦n en 666 -ex-Metro- o en Estudio 54 los d¨ªas de concierto.
Los rockeros y modernos aut¨¦nticos-no sofisticados de Barcelona se mueven por el bar Kike, el esperp¨¦ntico Bogie, el pub Fant¨¢stico y el Zeleste, el 666 y el Casal dels Transformadors cuando tocan los amigos. Las paredes de sus bares est¨¢n llenas de pintadas, de grafitos y de comics espont¨¢neos. Los j¨®venes de este mundillo toman, preferentemente, anfetas con alcohol.
El garaje del KGB
Lo pen¨²ltimo en Barcelona es el KGB, amplio garaje del barrio de Gr¨¢cia en el que uno puede ver de todo: modernos, pijos fracci¨®n izquierda, bellos arrastrados, rockeros, bohemios, alg¨²n punk y hasta teatreros.
Si al KGB le sumamos el Metropol -chaperos de la zona y modernos sofisticados en curiosa y desde luego no contranatural uni¨®n- y el Distrito, obtendremos la zona en la que reinan -como el chico de la motocicleta en la pel¨ªcula de Coppola- los peluqueros. Especie en auge y expansi¨®n gracias al mundo publicitario y a la demencia precoz de personajes como Tito, los tratantes de cabello mueven bastante la ciudad.
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