Justino Azc¨¢rate
Elegido ayer miembro de la ejecutiva del Partido Reformista, es, a sus casi 82 a?os, el segundo pol¨ªtico en activo m¨¢s veterano de Espa?a
Pr¨®ximo a cumplir los 82 a?os, Justino Azc¨¢rate, elegido ayer miembro de la comisi¨®n ejecutiva del Partido Reformista Democr¨¢tico (PRD) en el congreso constituyente de la formaci¨®n inspirada por Miquel Roca, se ha convertido en el segundo pol¨ªtico en activo m¨¢s veterano de Espa?a, inmediatamente despu¨¦s de La Pasionaria. Es el ¨²ltimo hito de un hombre que lleva algo m¨¢s de medio siglo en la brecha pol¨ªtica.
Azc¨¢rate ya hab¨ªa militado en otro partido reformista, el creado por Melquiades ?lvarez en los a?os veinte. Nacido en el seno de una familia amante de la pol¨ªtica, con tradici¨®n republicana que le ven¨ªa de su t¨ªo Gumersindo, Justino Azc¨¢rate, que fue secretario del partido al servicio de la Rep¨²blica y miembro del Partido Nacional Republicano, vive la tremenda paradoja de ser nombrado en 1973 senador por designaci¨®n real."Majestad, es que yo soy republicano", hab¨ªa dicho Azc¨¢rate, llegado apenas unos meses antes del exilio, al Monarca. "Precisamente por eso quiero que aceptes estar entre los senadores reales", le respondi¨® don Juan Carlos. Acept¨®. "La generaci¨®n m¨ªa nunca fue mon¨¢rquica, por principio", dice ahora, casi como una disculpa.
As¨ª regres¨® a la pol¨ªtica Justino Azc¨¢rate, diputado por Le¨®n en las Cortes Constituyentes de 1931, subsecretario de Justicia a los 29 a?os, con el socialista Fernando de los R¨ªos, subsecretario de Gobernaci¨®n en el Gobierno de coalici¨®n republicana, ef¨ªmero ministro de Asuntos Exteriores en el Gobierno de coalici¨®n constituido en julio de, 1936 en un intento de evitar la guerra civil. Lerroux le hab¨ªa ofrecido antes el Ministerio de Justicia: "Valore usted lo que significa el hecho de que yo, que he sido tan rival de su t¨ªo Gumersindo Azc¨¢rate dentro del Partido Republicano, le ofrezca la cartera de Justicia", le hab¨ªa dicho don Alejandro. Pero ¨¦l hab¨ªa rehusado.
Luego fue la c¨¢rcel; pas¨® dos a?os encerrado en Valladolid. "All¨ª vi cosas terribles, las cosas m¨¢s ingratas. Pero no escriba usted de esto". Todav¨ªa se le entristece la mirada al recordar aquello. "Es mejor que no escriba de eso". A punto de cumplir los 82 a?os, todav¨ªa monta a caballo una o dos veces por semana, su pulso es perfecto y su voz clara, aunque su tono de voz es quedo.
A finales de 1937 es canjeado por Raimundo Fern¨¢ndez Cuesta. Pasa algunos meses en Francia, comienzo de un exilio que se completar¨ªa en Venezuela. "Treinta y ocho a?os fuera son muchos a?os. Muchos a?os", repite, como d¨¢ndose cuenta por primera vez. All¨ª cre¨® una familia, que hoy se prolonga con 14 nietos y 17 bisnietos.
Su regreso definitivo, en 1976, fue saludado por los peri¨®dicos como un s¨ªntoma de que las cosas comenzaban a normalizarse. Su designaci¨®n como senador real fue un¨¢nimemente considerada un acierto. Pero su incre¨ªble vitalidad necesitaba algo m¨¢s: concluida la primera legislatura, se afilia a UCD -"?qu¨¦ otra opci¨®n ten¨ªa yo?"- y vuelve a las Cortes como diputado por Le¨®n.
Hace unas semanas, cuando atravesaba por un moment¨¢neo per¨ªodo de des¨¢nimo, dijo a sus ¨ªntimos que tal vez el discurso que deb¨ªa pronunciar con motivo de la inauguraci¨®n del congreso reformista iba a ser el ¨²ltimo de su vida. Pero cuando, el pasado viernes, sub¨ªa al estrado de los oradores en medio de los focos, renaci¨® en ¨¦l el pol¨ªtico en activo: "S¨ª, estamos descontentos, pero no derrotados, y quiz¨¢ nos sentimos m¨¢s indignados que indiferentes. Y ¨¦sa es nuestra buena estrella, porque si sabemos darnos la mano, descartar lo mezquino y mirar con alegr¨ªa hacia delante, conseguiremos lo que, buscamos". Le dedicaron los aplausos m¨¢s fuertes que jam¨¢s hab¨ªa escuchado.
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