'Rocky' en peque?ito
El ¨¦xito que tuvo hace unos a?os John G. Avildsen con el primer Rocky, y quiz¨¢ tambi¨¦n el desenga?o que le caus¨® el no ser elegido para la prolongaci¨®n de esta pel¨ªcula han sido, probablemente, los est¨ªmulos que le han provocado este filme, ya que Karate Kid es, en esencia, un calco de aquella misma f¨®rmula que tanto ¨¦xito le proporcion¨®.En esta ocasi¨®n, el boxeo ha sido cambiado por el karate; el agresivo joven, por un blanco adolescente, y las motivaciones de su lucha, por el triunfo, aunque en ambos casos un ingenuo optimismo de cuento de hadas corone sus haza?as.
Sin el tono sombr¨ªo que a veces florec¨ªa en Rocky, Avildsen retrata las peripecias de un muchacho atormentado en el colegio por agresivos compa?eros y, en consecuencia, avergonzado ante la chica que le sonr¨ªe. No obstante, la suerte se cruza en su camino al conocer a un viejo especialista en karate que, generosamente, le instruye en sus artes. Ante la sorpresa del propio muchacho, aprende pronto y bien.
Karate Kid
Director. John G. Avildsen. Gui¨®n: Robert Mark Kamen. M¨²sica: Bill Conti. Int¨¦rpretes: Ralph Maccio, Noriyuki 'Pat' Morita, Elisabeth Suue. Aventuras, norteamericana, 1984.Estreno: Palacio de la M¨²sica, Belliure, Juan de Austria. Madrid.
Caducidad como novedad
Este personaje secundario es lo mejor de Karate Kid. Reposado, firme y escurridizo, Noriyuki Pat Morita interpreta a este anciano socarr¨®n con un humor simp¨¢tico y eficaz. El p¨²blico, en efecto, r¨ªe con sus razonamientos y le aplaude cuando ejercita modos de karateka. Ese mismo p¨²blico vibra con el m¨ªnimo suspense del combate final como si fuera ¨¦sta la vez primera que contempla un filme similar. Hay, por tanto, una forma feliz de ver Karate Kid.Si previamente se ha conocido Rocky o cualquiera de las muchas pel¨ªculas en que ¨¦sta se inspiraba, la aventura de este vengativo muchacho s¨®lo invita a la indiferencia o a entretenerse en pensar c¨®mo es posible que tan conocida f¨®rmula narrativa tenga a¨²n cierta capacidad de sorpresa, y que ello lo logre repitiendo trucos y chistes trillados, emociones ya caducas del cine mudo, que todav¨ªa el cine de cartab¨®n a estas alturas se presente como novedad.
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