La divisi¨®n comunista

Ya era hora de que alguien de la talla de V¨¢zquez Montalb¨¢n dijera p¨²blicamente lo que pensamos muchos ciudadanos: hay que predicar con el ejemplo. Pero en pocos partidos se han producido contradicciones internas tan flagrantes como en el PCE-PSUC. ?C¨®mo se puede estar hablando a destajo de "la necesaria unidad de la izquierda" cuando se ha sido incapaz de mantener la unidad en el propio partido?Pero hay m¨¢s: el ¨²nico poder f¨¢ctico de la izquierda son sus militantes, aquellos hombres y mujeres dispuestos a dar la cara, y a que se la rompan s¨ª hace falta, en defensa de sus principios e ideales. Ese poder f¨¢ctico no se mide tanto por los votos (como muy bien saben la banca y la Iglesia), sino por su capacidad de influencia, de movilizaci¨®n y de forzar el cambio de la realidad formalmente vigente.

Pero el poder f¨¢ctico de la izquierda se encuentra hoy dividido y desalentado no s¨®lo por la pol¨ªtica de incumplimiento de promesas y marcha atr¨¢s del Gobierno del PSOE, sino tambi¨¦n por la aparente ausencia de una organizaci¨®n que se muestre capaz de recoger la antorcha ¨¦tica y de lucha por un verdadero cambio que el PSOE ha dejado caer.

Por todo esto y m¨¢s es precisa la unidad de los militantes comunistas que a¨²n recuerden el principio marxista b¨¢sico de que el partido es un medio y no un fin. El ejemplo de los italianos de El Manifiesto sumando sus fuerzas con el PCI debe hacer reflexionar a los dirigentes del MC, de EE, del PCC y, desde luego, del PCE-PSUC.-