Suecia, confirmada oficialmente como la primera potencia mundial del tenis al triunfar sobre Estados Unidos
Suecia toc¨® ayer, por fin, la ensaladera de la Copa Davis al cerrarse la tercera y ¨²ltima jornada de su final contra Estados Unidos con el resultado de cuatro puntos a uno. El relajamiento de la moral en la noche del lunes -los suecos celebraron el triunfo hasta altas horas de la madrugada- y la ausencia de emoci¨®n permitieron ver a un McEnroe m¨¢s seguro y relajado, ganando el ¨²nico punto para Estados Unidos al vencer a Wilander por 6-3, 5-7 y 6-3. Sundstrom super¨® luego a Arias por 3-6, 8-6 y 6-3. Suecia, como equipo, ha evidenciado ser la primera potencia mundial en el tenis.
ENVIADO ESPECIALManuel Santana, que est¨¢ en Gotemburgo como comentarista radiof¨®nico de la cadena SER, aseguraba el lunes por la noche: "McEnroe saldr¨¢ a la pista dispuesto a ganar como sea a Wilander" y explicaba su razonamiento por propia experiencia: "Cuando Australia nos ganaba por 3-0 en una final de la Copa Davis, yo sal¨ª a jugar contra Emerson y lo hice con toda la ilusi¨®n del mundo. Gan¨¦ por 13-11 en el cuarto set en uno de los partidos m¨¢s duros que recuerdo". McEnroe ten¨ªa y tiene sed de venganza. "Suecia y Estados Unidos son los dos pa¨ªses m¨¢s fuertes en el tenis. Por eso espero y deseo que la final de 1985 nos vuelva a enfrentar. Pero esa vez ser¨ªa en mi pa¨ªs", dijo el jugador estadounidense.La jornada de ayer estuvo impregnada de un fuerte sabor a resaca: de festejo, en el rostro de Wilander, y de rabia, en el de McEnroe. La rabia no quita fuerzas, pero los festejos s¨ª y m¨¢s si, como reconoci¨® Wilander, uno no recuerda a qu¨¦ hora se acost¨® el d¨ªa anterior.
Wilander y McEnroe jugaron el mejor partido de la final o, por lo menos, el que mejor tenis mostr¨®. McEnroe se encontr¨® a s¨ª mismo en la pista. "He jugado tan bien como yo pensaba que iba a hacerlo el primer d¨ªa", dijo. "Es triste que haya empezado a jugar as¨ª dos d¨ªas despu¨¦s. Quiz¨¢ me equivoqu¨¦ al pensar que estaba preparado para esta final".
Los dos jugadores quer¨ªan ganar. Wilander salv¨® tres pelotas de partido en el segundo set y no baj¨® la cabeza ni siquiera con 3-5 en la ¨²ltima manga. Para Wil¨¢nder, sin embargo, la derrota no fue grave: "Me da igual ganar por 5-0 que por 3-2. Lo importante es lograr la Copa Davis". Wilander demostr¨® que la Copa Davis todav¨ªa es una competici¨®n distinta en el panorama millonario del tenis: "Ganarla ha sido para m¨ª casi tan bonito como mi primera victoria en Roland Garros. Pero hay un sentimiento distinto. En los torneos est¨¢s obligado a olvidarte inmediatamente del triunfo. En la Copa Davis la alegr¨ªa dura m¨¢s tiempo y, adem¨¢s, es compartida con todo un equipo".
Todo un equipo. ?sta es la filosofia que quieren resaltar todos los jugadores suecos. El tartamudo Anders Jarryd fue el que mejor lo puntualiz¨®: "Lo m¨¢s bonito de este triunfo es que los cuatro jugadores hemos ganado parte de la ensaladera. Nadie ha fallado".
"Somos los perdedores"
Peter Fleming actu¨® como portavoz de su compa?ero McEnroe tras el desastre del partido de dobles. "Ellos tienen mejor equipo en tierra batida", dijo. "Pero ¨¦sta es una excusa y las excusas son para los perdedores". Poco acostumbrado a ser perdedor en Copa Davis, Fleming reflexion¨® unos segundos y a?adi¨®: "Eso es lo que somos ahora, unos perdedores".Tras ganar a Wilander, McEnroe estaba ayer m¨¢s relajado. Lleg¨® incluso a sonre¨ªr cuando el p¨²blico le aplaudi¨® durante dos minutos al devolver un smash de Wilander en una jugada en la que corri¨® diez metros hacia atr¨¢s y salt¨® por encima de uno de los anuncios que bordean la pista. McEnroe lanz¨® veladas cr¨ªticas hacia su capit¨¢n, Arthur Ash.e: "En algunas ocasiones no se necesita al capit¨¢n, pero otras veces s¨ª. No quiero acusar a Ashe de nada, pero yo tengo unas ideas distintas a las suyas".
Este triunfo se considera en Suecia como uno de los ¨¦xitos deportivos m¨¢s importantes en la historia de este peque?o pa¨ªs de ocho millones de habitantes. Para ganar la competici¨®n Suecia ha tenido que eliminar a Ecuador, con Andr¨¦s G¨®mez, n¨²mero cinco mundial; a Checoslovaquia, con Ivan Lendl, el n¨²mero tres, y a Estados Unidos, con McEnroe y Connors. En Gotemburgo estaba en juego la supremac¨ªa del tenis actual. Suecia ha demostrado ser el mejor bloque. Los datos tambi¨¦n lo corroboran. Cinco de sus jugadores est¨¢n entre los 15 primeros del mundo.
El fen¨®meno de este pa¨ªs no se basa ¨²nicamente en una generaci¨®n espont¨¢nea que haya podido surgir detr¨¢s de Borg. Las cosas est¨¢n aqu¨ª planificadas. A diferencia de lo que ocurre en Espa?a, los jugadores suecos no se quedan estancados al acabar su adolescencia. Quiz¨¢, porque maduran m¨¢s pronto, est¨¢n mejor cuidados por gente m¨¢s responsable y menos protagonista y cuentan a su lado con ejemplos vivientes, como Wilander o Borg, que demuestran que es posible ganar torneos siendo muy joven.
Los suecos tienen otra virtud. Forman un equipo compacto incluso en los torneos en los que juegan individualmente. Conviven todo el a?o sin celos de ning¨²n tipo y evitan los suculentos caramelos, en forma de mujeres, juergas, discotecas o drogas, que rodean al joven tenista.
Eso s¨ª, los triunfos no se celebran en Suecia como en los pa¨ªses latinos. La fiesta se celebra aqu¨ª en la casa de cada uno. El fr¨ªo no permite ciertas alegr¨ªas mediterr¨¢neas. La ¨²nica alegr¨ªa p¨²blica fue la de sus jugadores. Con una media de edad de apenas 21 a?os, Wilander, Sundstroin, Jarryd y Edberg celebraron el cumplimiento de su sue?o de ni?ez, cuando vieron a Borg ganar la Copa Davis, en 1975, descorchando una botella de champa?a.
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