El caudillismo en el PSOE

El reciente congreso de los socialistas marca, en mi opini¨®n, un punto sin retorno para ¨¦ste partido. Tiene ese caracter por el entreguismo total y sin condiciones de todo el PSOE a Felipe Gonz¨¢lez, tanto a la hora de trazar las pautas ideol¨®gicas como a la de designar a los miembros de la ejecutiva. Creo que lo peor de la situaci¨®n anterior, la de Franco, dejando al margen la vulneraci¨®n de los derechos de los espa?oles, fue el excesivo personalismo y la actuaci¨®n sin contrapesos que ejercit¨® aquel Jefe del Estado.En esa l¨ªnea, me parece desalentador que el PSOE caiga ahora, en la pr¨¢ctica, en un caudillismo paralelo.

Por otra parte, me preocupa tambi¨¦n que todo el congreso haya girado alrededor de la incercidumbre por el futuro pol¨ªtico de algunos de los dirigentes socialistas presentes, y que eso haya marcado m¨¢s al XXX Congreso que no un debate sobre el sustancial desv¨ªo ideol¨®gico que ha protagonizado el PSOE en los dos ¨²ltimos a?os respecto a lo que fueron sus postulados electorales. Aunque exista el argumento del pragmatismo de gobernar, aquel debate me parec¨ªa inexcusable.

En realidad, con el espectacular prietas las filas en torno al presidente Gonz¨¢lez, erigido en una especie de figura providencial que ha sido colocada por encima del bien y del mal, a quien no se atribuye recambio ni dentro ni fuera del partido, el aparato socialista ha logrado que los debates de fondo que se esperaban (nuestra pol¨ªtica defensiva y la OTAN, el horizonte que tienen hoy las reformas sociales propuestas en 1982, el an¨¢lisis del modelo econ¨®mico socialde

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