El d¨ªa favorito de los visitadores bancarios

Pablo Garc¨ªa, de 37 a?os, casado y con tres hijos, empleado del Banco Espa?ol de Cr¨¦dito, acudi¨® junto con otros visitadores bancarios a la sede de la administraci¨®n de loter¨ªa que vendi¨® el segundo premio. Pero en este rito, que realizaba desde hace 14 a?os, hab¨ªan cambiado, esta vez, por lo menos dos cosas.En primer lugar, hab¨ªan cambiado las costumbres de los premiados, que ya no se acercaron al puesto de loter¨ªa a recibir m¨¢s detalles de la suerte, a felicitarse m¨²tuamente y a comenzar all¨ª mismo la celebraci¨®n que terminar¨ªa en el bar m¨¢s pr¨®ximo. En lugar de los premiados se presentan ahora en la sede de la administraci¨®n decenas de periodistas y algunos ejecutivos, visitadores de bancos, que esperan in¨²tilmente la llegada de posibles premiados mientras colocan discretamente carteles anunciadores del banco al que representan o reparten calendarios con 21 membrete de su banco.

En segundo lugar, Pablo Garc¨ªa se acercaba esta vez no como visitador en funciones sino como un premiado m¨¢s al que le hab¨ªan correspondido en suerte seis millones de pesetas del n¨²mero vendido en ese mismo establecimiento. ?l conoc¨ªa y saludaba a los colegas, de otros bancos que estaban all¨ª haciendo el trabajo que ¨¦l hab¨ªa realizado durante muchos a?os.

"Las cosas han cambiado", re conoce Garc¨ªa. "Antes ven¨ªa gente a la Administraci¨®n y nosotros, los visitadores bancarios, ten¨ªamos las cosas m¨¢s f¨¢ciles. Ahora los premiados recogen sus d¨¦cimos sin grandes manifestaciones 3 los depositan en los bancos".

Ayer, los visitadores no tuvieron un buen d¨ªa en la administraci¨®n de loter¨ªa del segundo premio. Ni en las primeras horas de la ma?ana, tras conocerse el premio ni durante el resto del d¨ªa pudieron cazar a los posibles millonarios No acudieron, como en otras ocasiones, a la administraci¨®n. S¨®lo lo hicieron algunos dependientes, ¨²ltima hora de la tarde.