El Gobierno italiano elabora un decreto para multiplicar por 1.000 el valor actual de la lira
En una conversaci¨®n informal entre el presidente del Gobierno, el socialista Bettino Craxi, y los periodistas italianos e internacionales, el primer ministro ha anunciado que el a?o pr¨®ximo, con toda probabilidad, ser¨¢ el a?o de la lira fuerte, es decir, que las 1.000 liras de hoy (unas 100 pesetas) se convertir¨¢n en una lira. Se habla incluso de cambiarle el nombre, llamando a la nueva lira "zecchino", cequ¨ª en espa?ol.
Seg¨²n ha indicado Craxi, el decreto ley que puede introducir esta importante novedad est¨¢ ya preparado. Todo depender¨¢ de si la tendencia de la inflaci¨®n a bajar registrada este a?o, en el que por primera vez se est¨¢ llegando a un solo d¨ªgito de inflaci¨®n (un 9%), seguir¨¢ en pie. Porque es evidente que la introducci¨®n de la nueva lira podr¨¢ hacerse ¨²nicamente en el caso de que exista la seguridad de que la inflaci¨®n se ha reducido a niveles europeos y de que no quede duda alguna sobre la evoluci¨®n positiva de la econom¨ªa.La decisi¨®n, sin embargo, no pasar¨¢ sin dolor. Son muchos los pol¨ªticos y economistas que no la ven con buenos ojos. Recuerdan el ejemplo franc¨¦s, no siempre positivo. Se teme que con la lira fuerte pueda volver a agudizarse el problema de la inflaci¨®n, ya que en dichos casos, aseguran los expertos, se tiende a redondear los precios hacia arriba.
Sin embargo, las ventajas de la nueva lira ser¨ªan en primer lugar pr¨¢cticas, ya que hoy es un grave problema trabajar en las grandes contabilidades con tantos ceros; sena un acicate para mantener firme el tim¨®n de la econom¨ªa y del desarrollo industrial, y, por ¨²ltimo, la nueva lira crear¨ªa una buena imagen psicol¨®gica hacia el exterior del proceso econ¨®mico y monetario de este pa¨ªs.
Y la noticia ya ha despertado el humor de los italianos. Un diario escrib¨ªa, por ejemplo, que el a?o pr¨®ximo ser¨¢ f¨¢cil para los italianos rehacerse una vida, ya que, dec¨ªa, "bastar¨¢n 150.000 liras para comprarse un buen piso, 10.000 para comprarse un coche, 1.000 para un televisor en color y 1 lira para beberse una cerveza".
Vigilancia fiscal
Mientras tanto, para los comerciantes estas Navidades no se presentan muy alegres. Primero por la aprobaci¨®n reciente del decreto Visentini sobre los impuestos, que les obligar¨¢ desde el 1 de enero a pagar las tasas como a los dem¨¢s ciudadanos, cosa que la mayor¨ªa no hac¨ªa desde hace una eternidad. Y en segundo lugar, porque por las ciudades m¨¢s importantes, por ejemplo en Roma, se ha desparramado toda una serie de equipos de guardas de finanzas, disfrazados de civiles, que, tras haber entrado en las tiendas fingiendo comprar regalos de Navidad o hacer las compras para los banquetes de estos d¨ªas, sacan sus carn¨¦s a la hora de pagar, dejando blancos a los propietarios.Las primeras informaciones afirman que a¨²n en el centro, en los mejores comercios, m¨¢s del 30% ha resultado en flagrante irregularidad fiscal. Dos son los delitos m¨¢s frecuentes: la falta de recibo fiscal y el peso del papel en el que se envuelve el producto, pagado como mercanc¨ªa, cosa que te¨®ricamente est¨¢ prohibida en este pa¨ªs, donde el peso del papel en el que se envuelve, por ejemplo el jam¨®n, no debe superar los tres gramos.
Por este motivo ha sido cerrada hace d¨ªas la pasteler¨ªa m¨¢s famosa de la capital, la de la plaza de Euclide, mientras ha sido anunciado por falta de "recib¨ª" fiscal el cierre de la pizzeria tambi¨¦n m¨¢s famosa de Roma, La Sagrestia, a dos pasos de la plaza del Pante¨®n.
Probablemente el ministro de Finanzas, el republicano Visentini, ha querido indicar enseguida a los comerciantes que la batalla entablada contra ellos para que sean como los dem¨¢s trabajadores no va a ser s¨®lo te¨®rica, como sucede con muchas leyes en este pa¨ªs, sino muy concreta y eficaz.
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