Aumenta la tensi¨®n entre el presidente portugues Eanes y Mario Soares
El enfrentamiento entre la jefatura del Estado y la presidencia del Gobierno de Portugal se ha agudizado. La contienda moviliza todas las atenciones de los medios pol¨ªticos portugueses, pero las opiniones se dividen acerca de sus consecuencias a corto plazo.El a?o pol¨ªtico portugu¨¦s empez¨® con un duelo de notas oficiales entre la presidencia de la Rep¨²blica y el Gobierno acerca del mensaje de A?o- Nuevo del presidente Antonio Ramalho Eanes.
El primer ministro Mario Soares esper¨® dos d¨ªas par comentar el discurso pronunciado por el general presidente el 1 de enero, a trav¨¦s de un comunicado del Consejo de Ministros, en el que se acusa al jefe del Estado de adoptar una actitud indigna de sus funciones y, de comportarse como el jefe de la oposici¨®n, tratando de desestabilizar el Gobierno leg¨ªtimo de la naci¨®n.
En conclusi¨®n, Soares desafiaba a Ramalho Eanes a forzar la destituci¨®n del Gobierno si considera que ¨¦ste no asegura el "funcionamiento normal de las instituciones democr¨¢ticas" o de dirigir al Parlamento sus cr¨ªticas concretas a la acci¨®n del poder ejecutivo.
Con una rapidez que desmiente la sorpresa con la cual, seg¨²n el portavoz presidencial, se recibi¨® en el palacio de Belem la noticia de la divulgaci¨®n de la nota, cuyo contenido no fue previamente comunicado al presidente, el general Eanes hizo saber que iba a examinar el texto con atenci¨®n antes de tomar una decisi¨®n, que ser¨¢ comunicada oportunamente a la opini¨®n p¨²blica portuguesa.
Denuncia
La crisis que desgarr¨® la coalici¨®n socialista-socialdem¨®crata en los ¨²ltimos meses de 1984, mal resuelta por un nuevo acuerdo acogido con el mayor escepticismo hasta en el seno de los propios partidos de la coalici¨®n, oblig¨® a Mario Soares a renunciar a su proyecto de abandonar la presidencia del Gobierno para dedicarse de lleno a la preparaci¨®n de su campa?a electoral.Pero Soares no quiere dejarse vencer ni por la negativa de sus aliados socialdem¨®cratas de apoyar su elecci¨®n a la presidencia ni por los contratiempos surgidos con el ingreso de Portugal en el Mercado Com¨²n, que esperaba utilizar como su mayor triunfo electoral, ni siquiera por los resultados negativos de los m¨¢s recientes sondeos de opini¨®n sobre la popularidad del Gobierno y de su presidente.
Soares dijo que ten¨ªa la conciencia tranquila porque el Gobierno hac¨ªa todo lo posible "para mejorar las condiciones de vida de los portugueses y modernizar el pa¨ªs". Pero una frase infeliz del primer ministro acerca de la deuda externa, "que limita la acci¨®n de los gobernantes y lleva a Portugal hacia la situaci¨®n de un pa¨ªs ingobernable", fue interpretada como la confesi¨®n involuntaria de un sentimiento de fracaso.
Fue de este sentimiento, patente en muchos sectores de la sociedad portuguesa, el punto de partida del general Eanes para flagelar a los gobernantes, acus¨¢ndoles de no ser capaces de movilizar los recursos y la confianza en la soluci¨®n de la crisis.
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