Las reformas econ¨®micas h¨²ngaras escandalizan a los socialistas ortodoxos
En lo que constituye una de las facetas m¨¢s osadas de la intr¨¦pida reforma econ¨®mica del socialismo magiar, una empresa h¨²ngara productora de medias de se?ora ha emitido a primeros de a?o acciones de unas 35.000 pesetas (10.000 florines h¨²ngaros), a un inter¨¦s anual del 11% y destinadas a inversionistas particulares.Ya existe en Hungr¨ªa una bolsa de valores, constituida por acciones vendidas entre empresas o, desde ahora, a particulares que nada tienen que ver con ellas. Esta medida h¨²ngara ha vuelto a escandalizar a los sectores m¨¢s ortodoxos de los dem¨¢s pa¨ªses socialistas miembros del Comecon, pero se sabe que funcionarios sovi¨¦ticos, polacos y alemanes del Este se han interesado por el mecanismo de la Bolsa h¨²ngara.
No hace mucho, Budapest caus¨® asombro similar en el Este al introducir el secreto bancario, similar al suizo, que ya ha empezado a atraer capitales extranjeros necesitados de cobijo discreto. De la vecina Yugoslavia llegan a Hungr¨ªa millones de dinares deseosos de salir de los circuitos de la especulaci¨®n.
Existe el proyecto de lanzamiento de acciones con intereses fluctuables, seg¨²n la rentabilidad de la empresa emisora, al vaiv¨¦n de una inflaci¨®n que en 1984 fue del 8,5%. Economistas h¨²ngaros viajar¨¢n dentro de poco a especializarse en la Bolsa de Londres.
Hay algunas empresas que quieren capitalizar la escasez, todav¨ªa existente, de algunos productos o servicios en la sociedad h¨²ngara, una de las m¨¢s pr¨®speras del Este. As¨ª, una empresa de Szegedin, ciudad h¨²ngara cercana a la frontera con Yugoslavia, emiti¨® acciones por unos cinco millones de d¨®lares (unos 87 millones de pesetas) a bajos intereses, pero prometiendo a la instalaci¨®n de una l¨ªnea telef¨®nica sin guardar cola.
En el pa¨ªs s¨®lo hay registrados oficialmente siete millonarios. Un profesor de universidad puede ganar unas 40.000 pesetas, mientras que un mec¨¢nico de suerte puede vivir con una suntuosidad que el r¨¦gimen no se atreve a analizar para no matar en el huevo ese ansia de prosperidad que hace de motor del socialismo h¨²ngaro.
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