Todo comenz¨® con Felipe II
Han pasado 410 a?os desde que Felipe II promoviera en Madrid, en 1575, lo que los historiadores vienen a se?alar como el primer campeonato mundial de ajedrez, poniendo en juego el religioso extreme?o Ruy L¨®pez de Segura su prestigio -el t¨ªtulo es cosa reciente, de este siglo- frente a los maestros italianos Leonardo da Cutri, Il Puttino, y Paolo Boi, Il Siracusano. Fue un adelanto del ocaso imperial espa?ol, pues Ruy L¨®pez, indiscutido hasta entonces, cay¨® derrotado.Desde este torneo madrile?o muchas cosas han pasado en la historia magistral del ajedrez. Los campeones de finales del siglo pasado y principios del presente guardaban escrupulosamente las m¨¢s estrictas normas de la cortes¨ªa. El checoslovaco Wilheim Steinitz, cuando perdi¨® el t¨ªtulo frente al alem¨¢n Emmanuel Lasker (1894), se levant¨® de la mesa y, a. voz en grito, no se incomod¨® al pedir: "Tres hurras para el nuevo campe¨®n".
Hoy, cuando algunos maestros que cobran cifras millonarias y exigen jugar en urnas cerradas de cristal con sillones especiales, quedan muy lejos los tiempos del maestro Lasker, que, cuando defendi¨® por ¨²ltima vez su corona -contra Capablanca, en 1921-, hizo a la vez de corresponsal de un peri¨®dico holand¨¦s para sacarse un sobresueldo. Curioso personaje Emmanuel Lasker, doctor en Matem¨¢ticas y en Filosof¨ªa e inventor de un tanque durante la I Guerra Mundial, abandon¨® la universidad para dedicarse al ajedrez.
Dec¨ªa Steinitz, campe¨®n tambi¨¦n con problemas econ¨®micos: "Antes de retirarme, estoy dispuesto a ceder a los j¨®venes la gloria, pero no los pre¨ªnios". Por eso estuvo ganando torneos hasta la vejez.
Vinieron luego unos a?os de calma en los campeonatos mundiales. La Uni¨®n Sovi¨¦tica monopoliz¨® la elite del tablero. Desde 1951 y durante el reinado de Botnvinik, que dur¨® hasta 1963, todos los mundiales se jugaron invariablemente en Mosc¨² y en unas fechas concretas: de marzo a mayo.
Con Tigran Petrosian, y tal vez por ser oriundo de una zona m¨¢s meridional, Armenia, los campeonatos se retrasaron un mes, de abril a junio, aunque se siguieron disputando en Mosc¨² y sin ning¨²n problema.
Fue con la llegada de Bobby Fischer y hasta la actualidad cuando han vuelto las pol¨¦micas y situaciones conflictivas. En Reikiavik (1972), el norteamericano resucit¨® el inter¨¦s por el ajedrez en occidente con sus reivindicaciones, que a los Ojos del profano parec¨ªan excentricidades.
Pero ha sido con la etapa Karpov cuando m¨¢s problemas ha habido. En 1975 es coronado campe¨®n sin jugar, despu¨¦s de que Fischer renunciara a los cinco nifflones de d¨®lares que ofrec¨ªa el promotor filipino Florencio Campomanes, hoy presidente de la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez.
En su primera defensa del t¨ªtulo, Karpov se enfrent¨® con Korchnol, sovi¨¦tico exiliado en 1976 y que acus¨® a la federaci¨®n sovi¨¦tica de favorecer a Karpov. El encuentro result¨® una excusa para una rivalidad personal y pol¨ªtica. En 1981 se repiti¨® el Karpov-Korclinoi, aunque ya sin la intensidad del anterior ciclo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.