Desconcierto espa?ol por la dureza de las posiciones de Francia en la Comunidad

La dureza de las posiciones francesas en lo que puede ser la ¨²ltima ronda de negociaciones para la adhesi¨®n de Espa?a a la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) est¨¢ provocando alg¨²n desconcierto en medios espa?oles, hasta el extremo de que algunos t¨¦cnicos se preguntan si no habr¨¢ una vuelta atr¨¢s en la voluntad pol¨ªtica de ampliar el Mercado Com¨²n el 1 de enero de 1986. Fuentes oficiales francesas lo niegan con vehemencia.

"Francia no renuncia a la ampliaci¨®n y es consciente de que posponerla m¨¢s all¨¢ de 1986 provocar¨ªa nuevos y graves problemas, porque varios pa¨ªses comunitarios, entre ellos el nuestro, entrar¨¢n en plena campa?a electoral", asegur¨® a EL PAIS uno de los consejeros t¨¦cnicos del equipo negociador.Las relaciones Madrid-Par¨ªs cara al ingreso en el Mercado Com¨²n est¨¢ llena de sobresaltos, desde la famosa pausa de Valery Giscard D'Estaing, hasta las recientes y duras declaraciones de la secretaria de Estado para la CEE, Catherine Lalumi?re. Sin embargo, con la llegada de los socialistas al El¨ªseo se produjo un cambio de tono y de estilo, que los espa?oles reconocen.

La 'batalla' agr¨ªcola

La postura francesa sufri¨®, con la victoria de Mitterrand, una inteligente evoluci¨®n: primero fue el memor¨¢ndum enviado a todos los jefes de Gobierno de los diez exigi¨¦ndoles que dijeran por escrito cu¨¢les eran sus problemas cara a la ampliaci¨®n. Luego, la irrupci¨®n de Francia como "constructor europeo" y padrino del ingreso de los dos nuevos miembros. Entre medias, una negociaci¨®n con Espa?a en la que Francia consigui¨® lo que quer¨ªa: cerrar uno tras otro todos los cap¨ªtulos, salvo los de agricultura y pesca. Madrid se qued¨® sin moneda de cambio, aunque resulta dif¨ªcil reprocharles nada a los negociadores espa?oles porque la tenaza fue perfecta. Todo el mundo sab¨ªa que no era bueno aislar los dos grandes problemas, pero result¨® inevitable.

Poco a poco se fue apreciando un cambio notable en los medios industriales y agr¨ªcolas franceses. La gran patronal, que hasta hace seis a?os manten¨ªa una postura muy dura, qued¨® callada durante la discusi¨®n de los cap¨ªtulos industriales. No en balde, Francia mantiene en Espa?a m¨¢s de 1.000 empresas a las que un desarme arancelario excesivamente violento hubiera perjudicado. Las condiciones duras, pero no insoportables, negociadas para el sector industrial no fueron un regalo, sino algo que conven¨ªa tambi¨¦n a Par¨ªs.

En el sector agr¨ªcola, el Gobierno Mitterrand inici¨® dos movimientos apaciguadores: envi¨® a Montpellier a Daniel Macquart, consejero especial del primer ministro encargado de sensibilizar la zona del Midi y de convencer a los agricultores franceses de que la ampliaci¨®n era inevitable, y estableci¨® una red muy discreta de comunicaci¨®n para, de acuerdo con Madrid, ralentizar en determinados momentos algunas exportaciones agr¨ªcolas espa?olas que pudieran soliviantar los ¨¢nimos. El sistema ha funcionado, a juicio de las dos partes, razonablemente bien.

La balanza comercial hispanofrancesa arroj¨® en 1983 un saldo a favor de Espa?a de 4.000 millones de francos (unos 80.000 millones de pesetas) debido, fundamentalmente, a las exportaciones agr¨ªcolas espa?olas. Los negociadores franceses plantearon sobre la mesa de Bruselas condiciones "en el l¨ªmite absoluto de lo soportable", seg¨²n los t¨¦cnicos espa?oles, un¨¢nimes en un punto: as¨ª no se puede firmar la adhesi¨®n. Pese a todo, y seg¨²n se acerca la fecha l¨ªmite, Par¨ªs no parece moverse un ¨¢pice y cunde el nerviosismo en Madrid. "Los elementos del acuerdo est¨¢n sobre la mesa. Francia conoce perfectamente todos los resortes de nuestra agricultura. No hay lugar para la especulaci¨®n, ?por qu¨¦ entonces mantenerse en sus trece en algo que saben que es insoportable?", se preguntan los negociadores espa?oles. Tal vez, se contestan ellos mismos, porque se acercan las elecciones legislativas de 1986 y porque Mitterrand no tiene ya una voluntad pol¨ªtica tan clara.

Batalla pol¨ªtica

No, aseguran los portavoces del Gobierno socialista; "sabemos que la adhesi¨®n provocar¨¢ una batalla en Francia, porque la derecha se nos avalanzar¨¢ encima, pero el presidente de la Rep¨²blica no ha renunciado a su pol¨ªtica europea y cada vez son m¨¢s quienes comprenden en Francia que la ampliaci¨®n es un hecho econ¨®mico positivo

"No todo son condiciones de Par¨ªs, otros pa¨ªses, como Gran Breta?a, se esconden detr¨¢s nuestro", explican. "Pero es verdad que nosotros somos el ¨²nico pa¨ªs comunitario fronterizo con Espa?a. La moneda espa?ola est¨¢ m¨¢s depreciada que la francesa y el coste de la mano de obra es sensiblemente inferior. Estamos simplemente protegiendo del 8% al 10% de nuestra agricultura, pero creemos que todav¨ªa es posible aproximar nuestras posturas. El compromiso pol¨ªtico es fuerte para ustedes, pero tambi¨¦n para nosotros".