El discurso del obispo Seti¨¦n
No es ¨¦sta la primera vez que unas palabras del obispo de San Sebasti¨¢n levantan polvaredas pol¨ªticas. No es tampoco la ¨²nica ocasi¨®n en que se le encausa, con procedimientos sumariales, sin escucharle, sin leer el texto completo del discurso, sin conocer el marco de referencia. Y una vez m¨¢s ha sido condenado por intrusismo en la pol¨ªtica, por la ambig¨¹edad legitimadora del terrorismo, por dividir a los cat¨®licos y, c¨®mo no, por traidor a la unidad de Espa?a. Ante acusaciones tan graves, la Prensa cat¨®lica calla. Sectores importantes del catolicismo madrile?o creen hacer un favor al prelado vasco concedi¨¦ndole el don de la inoportunidad.En el ciclo Tribuna abierta, organizado por el diario Navarra Hoy, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n habl¨® sobre "la presencia de la Iglesia en el ¨¢mbito pol¨ªtico". No fue a justificarse, sino a expresar su opini¨®n como ciudadano y como int¨¦rprete de la Iglesia, "dentro de un Estado democr¨¢tico en el que la libertad de expresi¨®n ser¨¢ reconocida". Y su tesis central fue la diametralmente opuesta a la del clericalismo y el dogmatismo pol¨ªtico. El texto completo fue reproducido en las p¨¢ginas del diario organizador (que se vende en Madrid el mismo d¨ªa de su edici¨®n). Pero toda la intervenci¨®n del obispo donostiarra ha quedado reducida a unas palabras pronunciadas en el tono dial¨¦ctico del coloquio que sigui¨® a la conferencia. Uno de los asistentes interpel¨® a Seti¨¦n para que se pronunciara, desde los principios morales que acababa de exponer, sobre la independencia de Euskadi. Su respuesta literal comprobada fue la siguiente: "Es un objetivo perseguible. Pero no la ¨²nica forma de realizar Euskadi". La ex¨¦gesis m¨¢s elemental de estas palabras tiene que hacerse en el marco de la disertaci¨®n. Nada permite pensar que el obispo est¨¦ de acuerdo o apoye esta opci¨®n independentista. Es un objetivo que pertenece al ¨¢mbito de la pol¨ªtica. Y el conferenciante ha empleado hora y cuarto en demostrar que ninguna decisi¨®n pol¨ªtica puede elevarse a la categor¨ªa de dogma, sencillamente porque no es deducible directamente del Evangelio. Y para insistir que el objetivo independentista no debe absolutizarse a?adi¨® inmediatamente: "Lo que no entiendo es que la independencia sea la ¨²nica forma de realizar Euskadi. Hay que diferenciar medios y objetivos. Por qu¨¦ se busca la independencia y c¨®mo se debe buscar.
La idea central del discurso de Seti¨¦n, coherente con todos sus escritos, es la diametralmente opuesta al cesaropapismo. El ministro De la Quadra confiesa no haber le¨ªdo el discurso, pero se apresura a enfrentarle con la Constituci¨®n. El argumento de Seti¨¦n es exactamente el reverso de la medalla. La desmitificaci¨®n de la independencia de Euskadi supone inexorablemente la renuncia a todo dogmatismo pol¨ªtico, incluido el del texto de la Constituci¨®n, que no ha sido revelado en el Sina¨ª ni es por s¨ª mismo inmutable. Es ciertamente un instrumento hist¨®rico y pol¨ªtico que por esta misma caracter¨ªstica ha de estar sujeto al cambio de los procesos sociopol¨ªticos y dominado por la voluntad pol¨ªtica de quienes en un momento hist¨®rico lo han querido as¨ª y en otro lo pueden hacer de otra manera, como prev¨¦ la misma Constituci¨®n. Los dogmas pol¨ªticos pueden ser opresores, m¨¢s que los religiosos, porque actualmente tienen m¨¢s poder. Notas como la intangibilidad, la inmutabilidad y la inalienabilidad son t¨ªpicamente divinas y no pertenecen a ninguna decisi¨®n pol¨ªtica, que ha de basarse en el an¨¢lisis reflexivo y en el consenso del pueblo soberano.
Desacralizar la pol¨ªtica es la ¨²nica forma de hacer viable la tolerancia, la reconciliaci¨®n y el consenso. Si hay algo que desarma y deslegitima al terrorismo etarra es precisamente la denuncia clara de su seudomesianismo. Con tal de que dial¨¦cticamente no intentemos provocarlo con otros seudomesianismos de signo contrario.
Le¨ªda atentamente toda la disertaci¨®n del obispo Seti¨¦n, no encuentro m¨¢s que denuncia, desde la raz¨®n ¨¦tica y del Evangelio, de los dogmatismos pol¨ªticos que se presentan como ¨ªdolos o verdades absolutas. Y aun en el caso de que tales objetivos sean perseguibles, hay que analizar y valorar ¨¦ticamente los medios y las estrategias: "Ser¨ªa ef¨ªmero conquistar la paz a costa de la mentira, la injusticia o la violaci¨®n de los derechos humanos, del mismo modo que relegar para m¨¢s tarde, para cuando se haya conseguido la paz, la aplicaci¨®n de la verdad, la justicia, la libertad y el amor; esto equivaldr¨ªa a demoler desde el principio lo que m¨¢s tarde se pretende construir. Por eso es rechazable, sea cual sea su fin objetivo, la guerra sucia, los secuestros, las desapariciones, la tortura, el impuesto revolucionario, etc¨¦tera, y condenable, desde todo punto de vista, el uso de la vida humana como moneda de cambio".
Quien piense que el Evangelio tiene que ser oportuno demuestra no haberlo le¨ªdo. Quien espere reconstruir la solidaridad y la comprensi¨®n entre los pueblos de Espa?a con dogmatismos pol¨ªticos, por muy entra?ables que sean, vive ajeno a nuestro momento hist¨®rico. Quien trate de primar la irracionalidad en el discurso p¨²blico, est¨¢ haciendo un flaco servicio a la democracia. Los que han aprovechado la ocasi¨®n para quemar en efigie al obispo Seti¨¦n tienen que darse cuenta que s¨®lo han logrado hacer arder como virutas sus propios prejuicios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.