Mar¨ªa de las Nieves Cuadra
Una mujer en un trabajo de hombres
No es muy grande. No llega al metro sesenta. Y lleva el pelo muy corto. Por eso, alguna vez los usuarios del autob¨²s de la l¨ªnea express, la han confundido con un "muchacho muy guapito". Se llama Mar¨ªa de las Nieves Cuadra C¨®rdoba, tiene 37 a?os, est¨¢ soltera y desde hace varios a?os conduce un autob¨²s de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid. Desde los 18 a?os ha estado movi¨¦ndose en trabajos de hombres. "Me gustan tanto los coches que ni me parece que trabajo".
No est¨¢ muy segura de que lo suyo sea un trabajo de hombres, aunque no sea ¨¦sta la primera vez que se le hace la misma pregunta. Mari Nieves Cuadra cree que cualquier trabajo lo puede hacer un mujer. Aunque sepa, por haberlo sufrido en su propia carne, que por ser mujer se le exigir¨¢ m¨¢s que a nadie, m¨¢s que a sus compa?eros masculinos.Ella ha tenido que hacerlo siempre bien. Ser de lo mejor. No permitirse el m¨¢s m¨ªnimo fallo aguantar las miradas protectoras de los hombres que la examinaban o la cara de asombro de sus com- pa?eras.
Un d¨ªa, en 1975, Mar¨ªa de las Nieves se plant¨® en las oficinas de la EMT, en Madrid, y pregunt¨® a un conserje si all¨ª necesitaban conductores. Ten¨ªa entonces 29 a?os y la acompa?aba una amiga para darse ¨¢nimos. El conserje le di¨® un impreso. "Se lo da usted a su marido y que lo rellene". "Es que yo no tengo marido". "Bueno, quiero decir a su novio o a su hermano". "Ver¨¢ usted, tampoco. Es que el trabajo es para m¨ª".
La cara de sorpresa de aquel hombre era la misma que hab¨ªa puesto a?os antes el ingeniero que la examin¨® para el carn¨¦ especial de conductora de autobuses en Almer¨ªa y la del primero al que pidi¨® trabajo para llevar un cami¨®n frigor¨ªfico.
Mar¨ªa de las Nieves naci¨® en Ciudad Real, pero vivi¨® toda su infancia y parte de su juventud en un pueblo. de Almer¨ªa, Huercal Overa. Su padre hab¨ªa sido camionero. Ella hija ¨²nica y tal vez por eso, Mar¨ªa Nieves impuso siempre su voluntad y pudo decidir por s¨ª misma lo que quer¨ªa hacer. Por eso, dej¨® los bordados a m¨¢quina y se puso a dar clases de conducir en una autoescuela, y condujo una ambulancia y se iba a comer a casa en cami¨®n. Hasta que a los 21 a?os se march¨® a Almer¨ªa y se present¨® a pedir trabajo de conductora de un cami¨®n frigor¨ªfico. Dos a?os estuvo repartiendo cajas de helados.
Autobuses
Lo suyo eran los autobuses y en cuanto tuvo su carn¨¦ especial se present¨® en una empresa de servicio discrecional a pedir trabajo "Me dieron un veh¨ªculo de direcci¨®n mec¨¢nica. S¨ª, que se manejan a base de fuerza. Pero no importaba". Y todos quer¨ªan que fuera "la se?orita" la que se ocupara de los servicios de excursiones, y en uno de ellos, al venir a Madrid, vio los autobuses que iban a Barajas. Ni corta ni perezosa se subi¨® a uno s¨®lo por ver c¨®mo funcionaba. E incluso se atrevi¨® a pedir al conductor que la dejara llevarlo, y que si all¨ª no necesitaban conductores. El hombre no s¨®lo no la dej¨® el autob¨²s, sino que adem¨¢s le quit¨® las ganas de pedir trabajo.Sin embargo, desde hace varios a?os, conduce el autob¨²s de la Empresa Municipal de Transportes, y cree que las mujeres pueden desarrollar, en realidad, cualquier trabajo. Piensa que la mejor manera de demostrarlo es hacerlo, presentarse a oposiciones, pedir empleos de cualquier clase, aunque, a veces, quede una cierta amargura, y por experiencia note en su carne que, por ser mujer, por ser trabajadora, tiene que ser mejor que cualquiera, y demostrarlo.
Recuerda que cuando se examin¨® -ella entre 18 hombres- estaba nerviosa y al acabar el ex¨¢men pregunt¨® si lo hab¨ªa hecho bien. El profesor, "un hombre mayor, me dijo que por su parte no hab¨ªa problemas. Supe que el puesto ya era m¨ªo". Luego estuvo un mes en las cocheras. La EMT quer¨ªa que todo el mundo supiera que ten¨ªa en su plantilla a la primera mujer conductora.
Ahora, todav¨ªa, alg¨²n viajero se la queda mirando y pregunta, extra?ado si ha sido ella quien ha llevado el autob¨²s. Y ella dice que s¨ª, que por qu¨¦ lo pregunta, y el viajero, suele quedarse cortado y decir que no, que por nada. Todav¨ªa, dice, se extra?an de que una mujer trabaje en algo que consideran de hombres.
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