El fracaso de una experiencia empresarial ambiciosa
Muy pocas personas querr¨¢n recordar hoy en Espa?a el verano de 1973. Franco todav¨ªa reg¨ªa los destinos de este pa¨ªs, y Carrero Blanco, su ¨¢lter ego en aquellas fechas, preparaba in¨²tilmente las piezas de recambio para un engranaje que saltar¨ªa por los aires meses despu¨¦s. En la esfera internacional, en Oriente Pr¨®ximo, se gestaba una nueva guerra que, apenas concluido el calor del verano, dar¨ªa lugar en octubre al primer embargo efectivo del suministro de petr¨®leo a Occidente.El 26 de julio de aquel verano, el Consejo de Ministros de Franco aprobaba, sin grandes discusiones, uno de los proyectos m¨¢s ambiciosos y que, salvando la posterior construcci¨®n de las centrales nucleares, m¨¢s trascendencia tendr¨ªa en la estructura energ¨¦tica espa?ola. Se trataba de una autorizaci¨®n a la Empresa Nacional del Gas (Enagas), de reciente creaci¨®n, "para que concierte con la Sociedad Argelina Sonatrach el suministro de 4.500 millones de metros c¨²bicos [45.000 millones de termias] de gas natural".
Al mismo tiempo, el mismo Consejo autorizaba a Enagas "para llevar a cabo, en un plazo de cuatro o cinco a?os, una inversi¨®n de hasta 12.000 millones de pesetas en obras de infraestructura e instalaciones para los proyectos de las provincias Vascongadas y del centro-Valencia, consistentes en dos plantas de regasificaci¨®n y una red de transporte, gasoductos en las provincias vascas y otro en Valencia y Madrid".
Ante la mesa del Consejo, el ministro de Industria, L¨®pez de Letona, hab¨ªa presentado un informe de Claudio Boada, presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), a cuyo holding pertenec¨ªa Enagas sobre las conveniencias de diversificar la oferta energ¨¦tica espa?ola y asemejarla a la europea. Seg¨²n este informe, la participaci¨®n del gas natural en Espa?a era pr¨¢cticamente nula (menos del 1%, y concentrada en la zona catalana, gracias a la creaci¨®n por Pere Dur¨¢n Farell de las empresas Gas Natural y Catalana de Gas), mientras que en Europa llegaba ya al 11 %.
Las ventajas del gas natural eran resumidas por Claudio Boada, antes ya de la primera crisis del petr¨®leo, en las enormes reservas disponibles, su mayor limpieza ecol¨®gica y su rentabilidad a medio plazo. Boada hab¨ªa estado asesorado por los t¨¦cnicos de Enagas, empresa presidida por Rafael del Pino y que contaba entre sus principales gestores con Mariano Rubio, como consejero delegado; Roberto Centeno, director general adjunto, y Carlos Bustelo, director financiero.
El atentado de la calle de Claudio Coello y la formaci¨®n del primer Gobierno Arias tuvieron tambi¨¦n su impacto en el mundo energ¨¦tico. Luis Valero Bermejo sustituye, a mediados de 1974, poco despu¨¦s de materializarse el contrato Sonatrach-Enagas, a Rafael del Pino en la presidencia de esta ¨²ltima. Del Pino se lleva con ¨¦l a sus principales colaboradores. Simult¨¢neamente, el embargo ¨¢rabe deja a Espa?a al margen del mismo, pero el impacto en sus suministros de petr¨®leo es decisivo. La fiebre que se desata en todo el mundo (altos precios, dificultad de abastecimiento, colas en las gasolineras) tarda en impactar en Espa?a, que contin¨²a sesteando, ya muy impaciente pol¨ªticamente, ante su inmediata suerte.
Luis Valero Bermejo, nombrado tambi¨¦n presidente de la empresa Butano, comercializadora del gas derivado del petr¨®leo, directamente competitivo del gas natural, comienza a tomar importantes decisiones que, en aras de una supuesta conveniencia de nacionalizar el gas (todav¨ªa coleteaba la vieja pol¨¦mica entre azules y opusde¨ªstas-tecn¨®cratas), se traducen en la compra a la sociedad Gas Natural de Dur¨¢n Farell de pr¨¢cticamente todos sus intereses gasistas en Catalu?a, con excepci¨®n de la distribuci¨®n. Asimismo firma un pol¨¦mico acuerdo de tarifas con Catalana de Gas, la distribuidora de Dur¨¢n Farell, para que esta venda el gas que previamente hab¨ªa contratado con Argelia y que ahora asume como suyo (15 de abril) Enagas, por un importe de 232.000 millones de termias a repartir durante 18 a?os.
Precio superior
Valero Bermejo modifica tambi¨¦n el acuerdo que el a?o anterior hab¨ªa firmado Del Pino con Sonatrach, y si bien engloba dentro del nuevo contrato el existente entre la sociedad argelina y Gas Natural, mantiene los 45.000 millones de termias originales con un precio que, ante la nueva situaci¨®n energ¨¦tica mundial, pasa de 0,53 d¨®lares por mill¨®n de BTU a 1,30 d¨®lares, es decir un encarecimiento muy superior al doble.
Las cantidades globales de gas contratado se ven reducidas, pero simult¨¢neamente se pone en marcha una verdadera bomba de tiempo cuya explosi¨®n coincidi¨® con el reconocimiento por Enagas, hace algo m¨¢s de dos a?os, de no poder cumplir el contrato que varios Gobiernos hab¨ªan ratificado y que se hab¨ªan comprometido a cumplir los distintos presidentes que lo hab¨ªan firmado.
Lo que sucedi¨® a partir de 1975 es materia opinable y, en cualquier caso, tema para una discusi¨®n est¨¦ril. Lo cierto es que la amplia red de gasoductos planificada no se completa a, tiempo, y los cuatro o cinco a?os previstos para su construcci¨®n se convierten en 10 o m¨¢s, sin que el gas natural llegue hoy a amplias zonas del pa¨ªs, como es el caso de la regi¨®n centro. Incluso Valencia y el Pa¨ªs Vasco, adonde el gasoducto llega, siguen hoy a la cabeza del consumo de gases derivados del petr¨®leo (butano y propanos), menos competitivos y con una distribuci¨®n m¨¢s cara e irracional para un pa¨ªs moderno. Las redes comerciales secundarias, con excepci¨®n de Catalu?a, est¨¢n a medio construir, y algunas funcionan, seg¨²n denuncias sindicales, mal o no lo hacen.
C¨¢lculos de expertos estiman que si el gas natural en Espa?a hubiera experimentado un desarrollo similar en todo el pa¨ªs al que ha tenido en Catalu?a, este hidrocarburo supondr¨ªa un 17,9% de la energ¨ªa final para el sector dom¨¦stico y un 22,7% en el sector industrial. Por el contrario, estos porcentajes son ahora, para el resto de Espa?a, de s¨®lo un 1,2% y un 2,3%. Asimismo, con el desarrollo del gas en t¨¦rminos parecidos a Catalana de Gas, Espa?a hubiera cumplido sus compromisos con Argelia.
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