Leyenda vasco-francesa inspirada en una canci¨®n popular

Este primer largometraje de Jos¨¦ ?ngel Rebolledo se inspira, al parecer, en una canci¨®n popular vasca del siglo XVII seg¨²n la cual una mujer joven, viuda desde el mismo d¨ªa de su boda, convivi¨® con el cad¨¢ver de su fugaz esposo a lo largo desiete a?os, "de d¨ªa sobre el suelo y de noche entre mis brazos". La pel¨ªcula, no obstante, va m¨¢s all¨¢, abriendo esa inspiraci¨®n a otras posibilidades hist¨®ricas y dram¨¢ticas: de un lado, la Inquisici¨®n, con sus cegatas acusaciones de brujer¨ªa, y de otro, las relaciones en el tiempo de un conjunto de personajes que frustran en sus metas los sue?os que hab¨ªan anhelado.

Resonancias m¨ªticas

En un clima de resonancias m¨ªticas, Fuego eterno ofrece los aspectos de su trama interrumpiendo la narraci¨®n con frecuentes saltos temporales o con elipsis que sintetizan sus aspectos m¨¢s importantes.En torno al n¨²cleo central se acumulan apuntes de historias paralelas, complementos a veces de la primera y s¨®lo laterales en las dem¨¢s ocasiones. El conjunto corre as¨ª el riesgo de cierta confusi¨®n, ya que el espectador, de hecho, ignora hasta el final el punto inspirador de la pel¨ªcula, as¨ª como la identidad del joven can¨®nigo que, 30 a?os despu¨¦s de los hechos, investiga el proceso sufrido por la desposada.

Las secuencias se suceden sin invitar a la complicidad emocional y dificultando la f¨¢cil comprensi¨®n de cuanto circula por la pantalla. Es despu¨¦s de acabada la proyecci¨®n cuando puede reconstruirse en su linealidad lo que Fuego eterno encierra, aunque con la sugerente sospecha de que otros elementos han sido concebidos por Rebolledo sin una ajustada transcripci¨®n cinematogr¨¢fica.

Excelentes actores

Por momentos, Fuego eterno es un filme inquietante, si el espectador se deja conducir por la fascinaci¨®n de algunas de sus im¨¢genes, la sensible composici¨®n que de sus personajes hacen los actores centrales, Imanol Arias y, especialmente, ?ngela Molina, y el ambiente irreal, de leyenda, que preside la pel¨ªcula. Pero en su irregularidad tambi¨¦n encierra Fuego eterno ese hermetismo narrativo, distanciador del drama -o de los dramas-, y deslavaza sus intenciones sin concitar el necesario fervor.Una primera obra cinematogr¨¢fica suele adolecer de tales impericias narrativas, aunque en el caso de Fuego eterno sean m¨¢s consecuencia de su deseada incomunicaci¨®n (lo que supondr¨ªa una distinta intenci¨®n est¨¦tica en Jos¨¦ ?ngel Rebolledo) que de reales debilidades t¨¦cnicas.

El filme es un producto seriamente profesional de la mano del productor Imanol Uribe, del responsable de la fotograf¨ªa, Xabier Aguirresarobe, del figurinista Gerardo Vera y de los espl¨¦ndidos actores secundarios Fran?ois-Eric Gendron, Myriam Maeztu, Ovidi Montllor, Montserrat Salvador, Juana Ginzo y Walter Vidarte. El conjunto, sin embargo, no acaba de encontrar una combinaci¨®n acertada, frustrando, quiz¨¢, sus expectativas.

Fuego eterno, filme curioso, sugestivo, a medio camino entre logros y promesas, supone la carta de presentaci¨®n de un cineasta original que no se conforma con abundar en los moldes narrativos habituales.