Trabajadores franceses, condenados a pagar los salarios de sus compa?eros no huelguistas

Los 24 trabajadores de la empresa Delsey, en Amiens, que mantuvieron una huelga el mes de junio de 1983, deber¨¢n pagar, cada uno, unas 200.000 pesetas a los compa?eros que no se sumaron al paro, seg¨²n una pol¨¦mica sentencia dictada ayer por una juez francesa.

Par¨ªsLa huelga, que ten¨ªa como objetivo lograr una paga extraordinaria, estuvo sostenida por el sindicato Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT), de influencia comunista, pero s¨®lo fue seguida por una peque?a parte del personal, que impidi¨® que los otros empleados llegaran a sus puestos de trabajo. Terminado el paro, que fue un fracaso y que caus¨® el despido de 18 obreros, un peque?o grupo de no huelguistas decidi¨® presentar demanda contra quienes no hab¨ªan trabajado, reclam¨¢ndoles los salarios no percibidos.La sentencia, dictada por la juez Reygnier, afirma que al bloquear el acceso a la f¨¢brica, los huelguistas vulneraron la libertad de trabajo y causaron da?os a sus compa?eros. Cuando un grupo de personas realiza un acto que causa da?os a otro grupo, est¨¢ obligado a reparar el perjuicio causado y a indemnizarle". En total, los 24 huelguistas deber¨¢n pagar 252.000 francos (unos cinco millones de pesetas), lo que supone algo m¨¢s de 34.000 pesetas para cada uno de los no huelguistas.

La sentencia ha provocado una enorme pol¨¦mica en medios sindicales y no pocos problemas a nivel personal en la empresa. La CGT considera que es "un ultraje" y reclama que sea anulada. La mayor parte de los condenados contin¨²a en paro, cobrando una pensi¨®n mensual de poco m¨¢s de 24.000 pesetas y est¨¢n absolutamente imposibilitados de pagar la indemnizaci¨®n. Los trabajadores de la empresa decidieron ayer celebrar una asamblea para discutir el problema. La mayor parte asegura que no piensa reclamar el pago efectivo a sus antiguos compa?eros, y que prefiere que todo sea olvidado, pero un peque?o grupo mantiene que la sentencia debe ser cumplida. Todo parece indicar que se impondr¨¢ la opini¨®n mayoritaria y que los obreros de Delsey renunciar¨¢n voluntariamente a las cantidades prometidas.

En medios judiciales franceses se estima que la sentencia es "ejemplarmente dura" y que constituye una novedad importante. Los abogados defensores de los no huelguistas consideran, por su parte, que es una sentencia hist¨®rica, mientras que sus oponentes afirman que se ha tomado una decisi¨®n "muy grave" que puede sentar jurisprudencia.