Im¨¢genes de la cultura de importaci¨®n
Antes de dedicarse al cine, Fassbinder trabaj¨® apasionadamente en el teatro; o el "antiteatro", dec¨ªa ¨¦l para expresar su intento de demolici¨®n de las convenciones burguesas. En la d¨¦cada de los setenta hubo en M¨²nich un cierto movimiento de autores en ese sentido (con ¨¦l, Kroetz y Martin Sperr) que intentaba la incorporaci¨®n de lo cotidiano, la expresi¨®n de las alienaciones, la cr¨ªtica del lenguaje. No consigui¨® doblegar el tejido r¨ªgido del teatro y se pas¨® al cine, con los resultados pol¨¦micos que se conocen.Sangre en el cuello del gato (1971) responde a esas ideas. Rompe la situaci¨®n naturalista o el esquema cl¨¢sico, pero reproduce -en mon¨®logos, di¨¢logos o alguna escena de conjunto- el realismo de una sociedad agresiva y agredida, en la que defiende los elementos que cree m¨¢s d¨¦biles o le son m¨¢s afines. La situaci¨®n de la obra es la de una serie de personajes inconexos entre s¨ª, situados en una zona indefinida, que expresan problemas de la vida cotidiana. Son personajes sin nombre, y cada actor interpreta varios de ellos. La cr¨ªtica del lenguaje se hace por un personaje fant¨¢stico: una extraterrestre que escucha el lenguaje terrestre, recibe las palabras de las varias conversaciones o encuentros, lo asimila mal y cuando al final lo emplea muestra su desprop¨®sito. Lo que ha quedado grabado en su memoria son, sobre todo, frases de violencia y de dominio, que al convertirse en r¨¦plicas para cualquier proposici¨®n, resaltan su incongruencia.
Sangre en el cuello del gato, de Werner Fassbinder
Teatro de la Ribera (Compa?¨ªa Estable de Arag¨®n). Direcci¨®n: Pilar Laveaga. Estreno, Sala Cadarso. Madrid, 27 de marzo.
Teatro dif¨ªcil. Necesita mucho clima, y Pilar Laveaga trata de conseguirlo por un remedo de alguna cultura germ¨¢nica: luz -m¨¢s bien, oscuridad- del expresionismo, mucho cuero negro, saltos de voz de lo tenue a lo gritado, m¨²sica de Brecht. No resulta: se nota demasiado la cultura de importaci¨®n, y los actores no est¨¢n maduros para el esfuerzo. El p¨²blico r¨ªe a veces donde no debe, y no por culpa suya. Pero al final aplaude: con todo, el mensaje del joven rebelde Fassbinder contra la violencia social le llega de alguna forma.
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