Libertades bajo m¨ªnimos
Los escritores Arthur Miller y Harold Pinter visitaron recientemente Turqu¨ªa enviados por el Pen Club Internacional, del que Miller es presidente, para conocer sobre el terreno la situaci¨®n de los derechos humanos en el pa¨ªs y especialmente de los intelectuales. Los militares, que administran la ley marcial, prohibieron que la Prensa informara de la reuni¨®n en la que dieron cuenta del resultado de su trabajo. Miller y Pinter recogieron numerosos testimonios, entre ellos los de Suleiman Demirel, Bulent Ecevit y Necmetin Erbakan, dirigentes de partidos disueltos tras el golpe de 1980 y que ahora tienen prohibida toda actividad pol¨ªtica. Los dos dramaturgos denunciaron el recurso sistem¨¢tico a la tortura en las prisiones, los largos per¨ªodos de detenci¨®n sin proceso y el hecho de que la expresi¨®n de las ideas pueda ser causa de persecuci¨®n y encarcelamiento.
De hecho, la restauraci¨®n democr¨¢tica de 1983 no s¨®lo fue parcial por las limitaciones a las fuerzas pol¨ªticas que pod¨ªan concurrir a las urnas, sino por el mantenimiento de situaciones de excepci¨®n que pasan por las limitaciones o prohibiciones en la pr¨¢ctica de derechos ciudadanos como el de manifestaci¨®n, huelga o expresi¨®n. La primera manifestaci¨®n en varios a?os en Turqu¨ªa se celebr¨® el pasado 21 de marzo en Estambul. Motivo: protestar contra el hostigamiento b¨²lgaro a la minor¨ªa turca.
Aunque el primer ministro, Turgut Ozal, lo niegue, hay presos pol¨ªticos, y no todos ellos lo son por haber cometido actos violentos. A¨²n hay en marcha varios procesos masivos -a cientos de vecinos de la localidad de Fatsa y a dirigentes de la central sindical izquierdista Disk, por ejemplo con centenares de peticiones de pena de muerte. Pero la amnist¨ªa est¨¢ excluida. Ozal no la pretende y, si lo hiciera, necesitar¨ªa 300 de los 400 esca?os del Parlamento adem¨¢s de algo m¨¢s importante y dif¨ªcil de conseguir: el visto bueno de los militares.
Los dos procesos m¨¢s espectaculares son los que afectan a grupos de intelectuales cuyos delitos son de opini¨®n. Docenas de miembros del Comit¨¦ Turco de Paz han sido condenados ya en primera instancia a penas de entre cinco y ocho a?os de prisi¨®n por propaganda comunista (el comunismo es ilegal en Turqu¨ªa). M¨¢s de 50 intelectuales est¨¢n sometidos a lo que Ozal llama "una investigaci¨®n" como redactores y promotores de una petici¨®n dirigida al presidente, general Kenan Evren, en la que se denunciaba la ausencia de libertades en el pa¨ªs. La investigaci¨®n puede terminar con penas de prisi¨®n de hasta un a?o.
Las delegaciones de organismos internacionales siguen denuncian do torturas y malos tratos en las prisiones. En muchos casos, el resultado es la muerte del detenido. El Gobierno presenta su contraprueba: la condena de unas docenas de polic¨ªas y guardianes. Pero los 1.260 firmantes de la petici¨®n a Evren denuncian la falta de garant¨ªas legales.
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