Disparidad de opiniones sobre las nuevas medidas econ¨®micas
Los mercados de valores mantienen su disparidad de opiniones respecto a la recuperaci¨®n que est¨¢n registrando en estos d¨ªas, y as¨ª, mientras que la mayor¨ªa piensa que los beneficios obtenidos son una prueba m¨¢s que suficiente del apoyo de las bolsas a las variaciones introducidas por la Administraci¨®n en su pol¨ªtica econ¨®mica, hay algunos sectores que mantienen que los mercados estaban deseando encontrar cualquier tipo de excusas para poder resarcirse de las minusval¨ªas acumuladas.Los primeros tienen, efectivamente, a su favor, las alzas que han experimentado la mayor parte de las cotizaciones, ya desde antes de que el ministro de Econom¨ªa expusiese las alteraciones introducidas en la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, y que han de significar un relanzamiento de algunos indicadores econ¨®micos que se mostraban un tanto d¨ªscolos. Los partidarios del criterio contrario cuentan con la falta de selectividad que han mostrado las alzas, ya que tan s¨®lo el sector de construcci¨®n podr¨ªa aparecer, a prior¨ª, como el m¨¢s directo beneficiario de este cambio de planes.
Pero, al fin y al cabo, lo inmediato es lo m¨¢s preocupante para la mayor¨ªa de los interesados en este juego, y en este punto hay que reconocerles el m¨¦rito de haber conseguido una mejora que ha recordado la situaci¨®n que viv¨ªan los mercados hace dos meses, ya que, desde entonces, tan s¨®lo las bajas hab¨ªan logrado superar la barrera del punto en las diferencias del ¨ªndice general.
La posici¨®n contraria, se pregunta por la incidencia que pueda tener este paquete de medidas en la situaci¨®n de los valores el¨¦ctricos, o del sector de automoci¨®n, al tiempo que considera algo exageradas las posiciones de dinero sin operaciones de algunos valores inmobiliarios.
Es evidente, y ya al margen de estas opiniones contrarias, que una reducci¨®n de los impuestos va a tener una repercusi¨®n positiva en el consumo, y que ¨¦sta quedar¨¢ registrada en los balances que presenten los diferentes sectores al final del ejercicio. Pero tan inmediata repercusi¨®n en un mercado que hasta hace un par de d¨ªas no apostaba un duro por su propio futuro, es algo que, cuando menos, debe despertar algunas precauciones entre los habituales, y la prudencia casi impone un comp¨¢s de espera de unos cuantos d¨ªas. Claro que, en nuestros mercados, la espera de un par de d¨ªas puede suponer la p¨¦rdida de las ventajas de la inversi¨®n a corto plazo.
Por el momento, conviene tener en cuenta que el inicio de esta recuperaci¨®n se realiz¨® con un volumen de contrataci¨®n francamente pobre, ya que apenas se sobrepasaron los 1.000 millones de pesetas efectivos. Tampoco el mercado a cr¨¦dito apunta datos muy positivos acerca del futuro, al situarse las compras en torno a los 45 millones de pesetas. Los saldos por caja de los bancos, indican un descenso de la demanda, y existe un buen n¨²mero de valores que no han conseguido enderezar su tendencia a pesar de la mejor disposici¨®n del mercado. Todo esto no pretende ponerle sombras a un paisaje buc¨®lico, sino llamar la atenci¨®n sobre una serie de factores que se muestran contrarios a los hechos, y qu si no se tienen en cuenta podr¨ªan llegar a estropear la fiesta.
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