Lo que no cuadra en Leonardo Boff
Algo que no cuadra a quien, ya cansado de escribir, tiene que limitarse a preguntar. Y con admiraci¨®n, mucho m¨¢s que con respeto. A Boff y a todos y tantos que abren camino y escandalizan a los de siempre. Algo que a un viejo se le escapa.Por ejemplo, lo tan dicho y cantado de la opci¨®n por los pobres. Primero, porque tan s¨®lo quien no lo es tiene libertad para elegir (el pobre no opta, mejor dicho, opta fatalmente y racionalmente por no serlo), y da como verg¨¹enza salirnos ahora diciendo a los cristianos que hay que optar por ellos; se entiende entonces... Segundo, pues sospecho que se trata de una praxis imposible. Hubo un tal Francisco y algunos m¨¢s que eligieron eso, lo imposible; a los dem¨¢s fieles nos sobra, probablemente, no siempre del todo dinero, pero s¨ª cultura y sobre todo resignaci¨®n, y hasta caridad bien entendida y practicada. Confieso, Boff, que este jubilado nunca ha podido ni ha sabido llevar a cabo esa opci¨®n. Prueba: que estoy escribiendo lo que y como no escriben los pobres.
Se lo que contest¨¢is, o lo que contestamos: "Optar por los pobres es trabajar por su liberaci¨®n". Y aqu¨ª -perd¨®n, maestro-, aqu¨ª mi otro estupor. Siempre he cre¨ªdo que hab¨ªa una logia del antrophos que trataba de la continua, enorme, fatal presi¨®n o tensi¨®n de los de abajo por subir y liberarse de quienes cabalgaban de una u otra forma, personal o socialmente, sobre ellos. Una logia que explica nada menos que casi toda la marcha de la historia humana. Y que, por supuesto, para quienes creemos en Dios -que nos hizo lo suficientemente libres para llevar a cabo tal batallita-, para nosotros, algo pinta ?l en el caso. Pero no ser¨ªa logia del Theos, sino logia del antrophos. Y con sus conquistas y avances indiscutibles, y con sus crueldades, con su mucha sangre y su mucha justicia, porque se trataba y se trata de que todos somos iguales en dignidad e hijos de Dios -decimos nosotros- Me quedar¨ªa, pues, con la antropolog¨ªa de la liberaci¨®n vista y reconocida desde un ¨¢ngulo cristiano, el que a buena hora est¨¢is no pocos intentando sacar a luz.
Pero el tema vuestro es tan antiguo como el hombre, y vuelvo con la verg¨¹enza de tener a estas calendas que decir ser nuestro cuando tantos y tantos millones de hombres han vivido y han muerto por tal liberaci¨®n sin pensar ni dar culto a Theos alguno.
(Alguien podr¨ªa salir aqu¨ª con lo del retraso tan manido del cristianismo, el que., por ejemplo, descubri¨® el barroco en la madurez del Renacimientc, o la doctrina social de la Iglesia 100 a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n del siglo XVIII, porque tambi¨¦n vuestra teolog¨ªa coincide con otro centenario... Quiero decir lo de cierto prurito y af¨¢n por abanderar algunos cristianos y su magisterio, abanderar con retraso y una ingenua como petulancia de arrepentimiento, causas precedentes, como quien a m¨¢s de tarde quiere tomar el pend¨®n.)
Opresores y oprimidos
Pero me atrevo a ir a mi ¨²ltima preocupaci¨®n. Resulta que Jes¨²s opt¨® por los pobres -aqu¨ª bien que os ensa?¨¢is con los que dicen que igualmente por todos los hombres, pobres o ricos-, proyectando lo nuestro de hoy a algo tan dif¨ªcil. y lejano suyo. ?l predic¨® la Buena Nueva, el Reino de nada f¨¢cil precisi¨®n, pues no incluye solamente lo del cielecito que tanto consolaba y alienaba a tantos p¨ªos. Y con su noticia de ?l, la llamada a un seguimiento hacia el Reino y la cr¨ªtica de la actitud contraria. Me parece que nos encontramos en el quid. de vuestro caso: cierta confusi¨®n entre situaciones y actitudes. La situaci¨®n social-nacional en los tiempos del Nazareno era poco m¨¢s o menos la de siempre, unos arriba y opresores, otros abajo y oprimidos. Y la actitud de los de arriba indigna, y bien que la flagel¨® ?l, en tanto bendec¨ªa y exaltaba a los pobres de todo tipo. Y porque no hubo m¨¢s, ni una espada m¨¢s, fracas¨® Jes¨²s totalmente ante los de arriba y ante los del pueblo que pidieron su cruz.
Su fracaso hist¨®rico no pudo ser m¨¢s rotundo. Despu¨¦s, a la luz de la fe, nos lleg¨® mucho bueno, con interpretaciones m¨¢s o menos justas y precisas. Y entre otras cosas de todo color y viento, aquello de confandir situaci¨®n hist¨®rica con actitud cristiana. Es decir, resumiendo grotescamente la cosa, se pudo vivir en situaci¨®n injusta -la de siempre- diciendo que era orden, imperio, ley y no se cu¨¢ntas cosas m¨¢s en actitudes cristianas o piadosas sin tocar la situaci¨®n y suavizando o disfrazando benditamente, por ejemplo con lo de la pobeza, lo de la obediencia seg¨²n leyes..., lo del culto (del cual, Jes¨²s nada).
Actitud personal
Total, que tras diversas interpretaciones y ?tanta sabidur¨ªa., llegasteis vosotros y dijisteis: no nos basta la actitud personal sin que se exprese en la situaci¨®n; ya est¨¢ bien de un cristianismo que se ha ido desvital¨ªzando por esta ambig¨¹edad o confusi¨®n. Pero, ?amigos!, bien venidos, m¨¢s yo os pregunto: ?Jes¨²s tambi¨¦n encaj¨® la situaci¨®n hist¨®rica? -?qu¨¦ f¨¢cil hubiera sido con el zelotismo, al que, por cierto, no conden¨® tampoco ¨¦l; qu¨¦ f¨¢cil armarla frente a Pilatos y Caif¨¢s!- Pues tampoco, y se qued¨® en la nueva de su promesa y en la rigidez y transparencia de su actitud.... fracasando en la historia. Porque en su conjunto, y para m¨ª, contin¨²a su fracaso, bien envuelto en tanta fe y no poca virtud de creyentes, cierto, pero ?hay que revolverlo hoy y aqu¨ª a¨²n m¨¢s y salirnos con una actitud cristiana, la verdadera, la casi in¨¦dita, que comience por airear y dar tanto fuste hasta ingenuo a una situaci¨®n tan fatalmente injusta en la historia corno siempre, y en nombre de aquel Jes¨²s, salvador, s¨ª, pero desconcertante? ?No os parece, Boff, que resulta as¨ª, todo al tiempo, demasiado vergonzoso, demasiado bonito, demasiado servido al gusto del d¨ªa..., y demasiado hist¨®ricamente tarde?
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