Un calendario con sorpresas

Pese a sus declaraciones p¨²blicas, asegurando que el Gob¨ªerno acabar¨¢ por anticipar significativamente las elecciones, la mayor parte de los partidos de oposici¨®n basan ya sus hip¨®tesis de trabajo en un calendario que incluye la celebraci¨®n deelecciones legislativas en torno a mediados de junio de 1986, coincidiendo con las auton¨®micas andaluzas y las del Parlamento europeo.Sin embargo, ni la oposici¨®n, ni fuentes del Gabinete, excluyen sorpresas: existen demasiados factores imprevisibles como para asegurar que este calendario es definitivo. Lo que digan los sondeos, a los que tanto Gonz¨¢lez como Guerra conceden gran importancia, sobre los posibles resultados de las elecciones gallegas de diciembre -que los socialistas no pueden permitirse perder de manera abultada- y del refer¨¦ndum OTAN -que el Gobierno deber¨¢ ganar- ser¨¢ dec¨ªsivo, seg¨²n admiten los propios medios gubernamentales. Para cubrir todos los flancos, el Ejecutivo pondr¨¢ en marcha en oto?o una campa?a de mentalizaci¨®n sobre la Alianza Atl¨¢ntica. Y tratar¨¢ de acelerar reformas concretas, al margen de las que hoy -educaci¨®n, sindical- permanecen congeladas a la espera de las decisiones del Tribunal Constitucional. No se descartan nuevas concesiones a UGT en los segundos escalones de la Administraci¨®n, lo mismo que compensaciones a la pol¨ªtica atlantista, dirigidas al electorado de izquierda.