Un toque de finura
ENVIADO ESPECIAL Manzanares, al que llaman "fino torero alicantino", justific¨® el adjetivo y dio ayer un toque de finura en la Maestranza. Y el Manzanarismo cay¨® en ¨¦xtasis. En realidad tambi¨¦n tore¨®, que es lo bueno. El principio de su faena al cuarto fue de categor¨ªa y si siempre lo hiciera as¨ª no les estar¨ªan llamando continuamente "el fino torero alicantino", para justificar sus inhibiciones y sus unipases; le llamar¨ªan torero, que es lo que se cotiza y pasa a la historia.
La finura de Manzanares destac¨® m¨¢s entre las crispaciones de Emilio Mu?oz y las ma?as trapaceras de Curro Dur¨¢n, que de eso tambi¨¦n hubo mucho en la tarde.
Buena parte de finura, crispaci¨®n y trapacer¨ªa se debieron, no obstante, a las condiciones de los toros que, como es natural, marcaban la pauta de la corrida. En general salieron encastados y nobles, pero algunos con la casta m¨¢s acentuada que la nobleza y en estos casos a los espadas les entraban los nervios y las ganas de correr.
Plaza de Sevilla
21 de abril. Tercera corrida de feria.Toros de Torrestrella, desiguales de presencia, encastados. Manzanares. Estocada corta trasera tendida; aviso (vuelta). Estocada baja (dos orejas). Emilio Mu?oz. Estocada corta muy baja (algunos pitos). Pinchazo y estocada caida (oreja). Curro Dur¨¢n. Media (algunas palmas y pitos). Tres pinchazos y bajonazo (silencio).
A Manzanares le correspondi¨® lo mejorcito. El primero, un ensabanao guapo de cara, se ca¨ªa de bueno -literalmente se ca¨ªa-, y era de una docilidad absoluta. Se lo podr¨ªa haber llevado a casa para presumir con las amistades. Diez minutos de reloj estuvo el alicantino peg¨¢ndole derechazos y naturales; exactamente el doble de lo que hab¨ªan durado, juntos el paseillo y los dos primeros tercios.
Por supuesto, ese toro angelical no soport¨® m¨¢s que una varita, y as¨ª hubo tres m¨¢s. Toros de una varita no hacen fiesta, hurtan al espect¨¢culo la emoci¨®n del primer tercio y anulan uno de los fines principales de la lidia que consiste en calibrar con el castigo el grado de bravura de las reses. Sin castigo, es imposible conocer la bravura del toro. De manera que urge reformar el reglamento y cuando salgan estos toros que solo soportan un puyacito, el picador echara pie a tierra, le arreara una patada en las partes pudendas, y esperara all¨ª a ver c¨®mo reacciona.
Toros encastados
No se sabe si bravos, pero encastados s¨ª resultaron los Torrestrella. Al cuarto lo dobl¨® Manzanares con gran torer¨ªa y despu¨¦s le lig¨® una sensacional tanda de redondos. El toreo puro, bello y emotivo, enardeci¨® al p¨²blico y lo puso de acuerdo: eso es torear. Despu¨¦s el trasteo continu¨® largo y desigual, unas veces con pases de filigrana, otras con muletazos vulgares, pero el arranque de la faena ya le hab¨ªa brindado el triunfo a Manzanares.Asco le dio a Emilio Mu?oz su primer toro, y se lo quit¨® de en medio de mala manera. Llevaba mala tarde, sin acertar en casi ninguna de sus intervenciones, cuando en el quinto toro, que era noble y encastado, sali¨® literalmente a com¨¦rselo. Tampoco era para tanto. Con m¨¢s sosiego habr¨ªa conseguido una gran faena, porque valor no le faltaba, ni t¨¦cnica tampoco, como pudo apreciarse en las series de naturales que dio de frente y en el sensacional molinete que lig¨® al concluir una de ellas.
Es un temperamento tormentoso que le destempla el toreo, seguramente porque empieza por destemplarle el cuerpo.
Otro torero destemplado, aunque por distintas causas, fue Curro Dur¨¢n. No pudo con su primero, ni supo sacar partido de la nobleza del sexto. Sin sentimiento ni estilo, y con escasa t¨¦cnica, sus faenas fueron expresi¨®n de la incapacidad.
Muy cuesta arriba tiene Dur¨¢n su futuro si s¨®lo sabe lo que ayer ense?¨® en la Maestranza. Que a¨²n pareci¨® peor, por contraste, despu¨¦s de las exhibiciones del fino torero alicantino, en su d¨ªa inspirado.
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