Mi ¨²ltimo toro en Sevilla

Todos estos d¨ªas que giran en torno a mi ¨²ltima corrida y a mi ¨²ltimo toro en Sevilla los estoy viviendo con mucha intensidad. Siento alegr¨ªa y pena. El pasado lunes, que toreaba por la tarde, no dej¨¦ de pensar durante todo el d¨ªa en mi deb¨², el a?o 195 1, y estuve preocupad¨ªsimo por el compromiso que ten¨ªa con la afici¨®n. Y es que ese lunes iba a ser mi ¨²ltima oportunidad de torear en Sevilla.Lo que m¨¢s me preocupaba era poder torear bien, que la afici¨®n sevillana viera torear al Anto?ete aut¨¦ntico. Lo intent¨¦ en el primer toro, aunque era ese toro m¨¢s de cruz que de cara, pues ten¨ªa peligro. Prefer¨ª reservarme para echar toda la carne en el asador en el cuarto.

El cuarto no se rompi¨® hasta la mitad de la faena. Procur¨¦ hacer bien las cosas desde el principio, no tocarle los costados ni forzarle, porque ese toro manseaba un poco y prefer¨ªa los adentros; es decir, que ten¨ªa querencia a tablas. Me preocupaba que el toro se fuera a rajar en seguida. Por eso plante¨¦ la faena en su terreno y procur¨¦ darle las ventajas a ¨¦l; precisamente por eso, para que no se rajara.

Cuajar la faena

En esos momentos, lo ¨²nico que me importaba en la vida era cuajar la faena costara lo que costara. El toro obedeci¨®, se vino arriba, y cuando me sent¨ª mejor en la faena fue cuando le ligu¨¦ tres naturales con el de pecho. Entonces me volv¨ª y vi a la gente en pie. Sent¨ª algo especial que no tiene comparaci¨®n con nada en el mundo.

La salida al terminar el festejo fue emocionante pero triste, porque ves esa plaza abarrotada puesta en pie y sabes que nunca volver¨¢s a pisar su ruedo. Creo que hice en ese cuarto toro mi mejor faena, y naturalmente estoy contento.

A Sevilla le env¨ªo un ?ol¨¦! igual a los que el p¨²blico de la Maestranza sabe dar por gustarle la fiesta, y conocerla, y saber esperar y ver las cosas importantes que suceden en el ruedo, como supo ver las que hac¨ªan los toreros de mi cuadrilla. ?Un ol¨¦ muy fuerte a Sevilla!