Los 'reaganomiocs'
R. V. El poderoso Ronald Reagan opt¨® por el foro m¨¢s adecuado para exponer su doctrina econ¨®mica, de repercusiones planetarias, conocida como los reaganomics. Eligi¨® un fundaci¨®n con firmes ra¨ªces bancarias, la Fundaci¨®n Juan March, por delante del Parlamento, hemiciclo habitual donde el influyente dirigente gusta de hablar cuando viaja por sus territorios aliados.
Reagan habl¨® en la Fundaci¨®n Juan March ante la crema de la sociedad dirigente espa?ola, en presencia del rey Juan Carlos; del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n; del ministro de Econom¨ªa, Miguel Boyer -que posiblemente escuch¨® con gran atenci¨®n las tesis de reducci¨®n de impuestos-, del jefe de la oposici¨®n conservadora, Manuel Fraga -defensor de reducir impuestos-, del ex presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo; de varios presidentes de bancos, altos miembros de la Administraci¨®n socialista y propietarios y directores de influyentes medios de comunicaci¨®n.
El mensaje de Reagan, difundido con su habitual seguridad ante las c¨¢maras, gracias al truco del telepromter que, invisible para el telespectador, ilustra por un sistema electr¨®nico el texto del discurso ante los ojos del orador, cay¨® en terreno abonado. No todos los selectos participantes al ¨²nico acto p¨²blico comulgaron con las teor¨ªas econ¨®micas de Reagan.
Para los m¨¢s fervientes, como Fraga, dirigente de AP, fue "un gran discurso en cuanto a su contenido, su oportunidad y la manera que lo ha dicho". Para Jos¨¦ Antonio Segurado, presidente del Partido Liberal, el discurso mereci¨® un "diez sobre diez".
M¨²gica, en contra
En el bando de los invitados socialistas, la reacci¨®n por parte de Enrique M¨²gica destac¨® las cr¨ªticas de Reagan a las dictaduras -que Reagan llam¨® s¨®lo reg¨ªmenes militares- de Paraguay y Chile, mientras que en el asunto econ¨®mico el pol¨ªtico socialista consider¨® "que la teor¨ªa de la reducci¨®n de impuestos como panecea m¨¢gica es contradictoria y parad¨®jica".
El acto fue simb¨®licamente boicoteado por los dirigentes de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE), que se consideraron discriminados por el hecho que fuera la Asociaci¨®n para el Progreso de la Direcci¨®n (APD) la organizadora del principal acto multitudinario y selectivo en que particip¨® Reagan.
Todos los asistentes fueron debidamente filtrados por los deectores de metales y servicios de seguridad norteamericanos, y fueron convocados casi dos horas antes de la llegada del presidente Reagan. Al final, una breve recepci¨®n, donde hab¨ªa casi empujones para apretar la mano del presidente, cerr¨® el acto que culmin¨® con varios vivas al Rey y a Reagan por parte de unos centenares de personas que, con banderas espa?olas y alguna estadounidense, esperaban a la salida de la sede de la Fundaci¨®n Juan March. En definitiva, Reagan logr¨® mas adeptos, condicionales o incondicionales, a su teor¨ªa conocida como los reaganomics.
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