Un sacerdote afirma que fueron seis los j¨®venes maltratados en la comisar¨ªa de Parla
Enrique de Castro, un sacerdote de Entrev¨ªas comprometido en una labor de ayuda a los j¨®venes marginados, sostuvo p¨²blicamente el martes por la noche que fueron seis los; muchachos maltratados por polic¨ªas de la comisar¨ªa de Parla en relaci¨®n con el homicidio de un comerciante y un polic¨ªa nacional, en la ¨²ltima semana del pasado abril. S¨®lo uno de ellos, Manuel Rafael G¨®mez, ha denunciado los hechos y ha anunciado la presentaci¨®n de una querella criminal por malos tratos, despu¨¦s de haber sido sometido a una operaci¨®n en el bazo.
Los otros cinco, seg¨²n afirm¨® De Castro -que presentaba ante varios centenares de personas un libro del que es autor sobre la marginaci¨®n juvenil- "se callaron por el miedo a las represalias; los propios polic¨ªas les amenazaron con implicarles en alg¨²n hecho delictivo si se iban de la lengua".El pasado s¨¢bado, el delegado del Gobierno en Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Colorado, y el inspector general de Servicios de la Jefatura Superior de Polic¨ªa manifestaron que desconoc¨ªan que hubieran existido adem¨¢s de Manuel Rafael G¨®mez otros detenidos en relaci¨®n con los sucesos de Parla. Sin embargo, otras fuentes relacionadas con el caso han confirmado a este peri¨®dico que hubo m¨¢s de un detenido, aunque no se conoce su identidad.
El sacerdote, buen conocedor del ambiente de la delincuencia madrile?a, realiz¨® las afirmaciones anteriores en la presentaci¨®n de un libro titulado ?Hay que colgarlos? Una experiencia sobre marginaci¨®n y poder, en el que narra su experiencia junto a un grupo de j¨®venes marginados empe?ados en escapar del mundo de la droga y la delincuencia.
El libro est¨¢ prologado por el jesuita Jos¨¦ Mar¨ªa de Llanos y el ep¨ªlogo es obra de Enrique Mart¨ªnez Reguera, estudioso del tema de la marginaci¨®n juvenil.
El sal¨®n de actos del instituto Tirso de Molina, situado en la Avenida de la Albufera, en el barrio de Vallecas, estaba abarrotado de j¨®venes, estudiantes del centro y vecinos en general, atra¨ªdos por la personalidad del sacerdote y la labor del equipo que Enrique de Castro dirige en la zona de Vallecas. Entre los asistentes al acto se encontraban tambi¨¦n dos jueces de instrucci¨®n de Madrid, a los que De Castro dio las gracias especialmente por su asistencia.
?Hay que colgarlos? es un libro escrito sin pretensiones literarias que narra el descubrimiento de la realidad social de los barrrios perif¨¦ricos del sur de Madrid por un sacerdote inexperto en esas lides, y su proceso de apoyo incondicional a unos j¨®venes a los que De Castro, sin disculparlos de forma paternalista, considera "m¨¢s v¨ªctimas que verdugos".
Seg¨²n las palabras del sacerdote en el acto de presentaci¨®n, "no podemos olvidar que esos j¨®venes delincuentes son nuestros hijos. He conocido comerciantes que dec¨ªan tajantemente hay que colgarlos, y luego se callaron al descubrir que tambi¨¦n su hijo era un drogadicto y tal vez un atracador".
Rodr¨ªguez Colorado
"Existe todo un montaje social para presentarlos a la opini¨®n p¨²blica como gente peligrosa, pero nadie habla de sus humillaciones en los reformatorios, de las torturas en las comisar¨ªas, de los abogados sin escr¨²pulos que les sacan el dinero, de su ni?ez en la calle, no como un lugar de juegos al que se sale desde una casa agradable y un ambiente familiar comprensivo, sino como el ¨²nico lugar donde se desarrolla su vida. El delegado del Gobierno en Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Colorado, reconoce en privado que hubo malos tratos en la comisar¨ªa en Parla, pero no lo hace en p¨²blico", dijo Enrique de Castro.
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