El Vaticano condena al te¨®logo Boff al "silencio voluntario"
Leonardo Boff, sacerdote franciscano, de 46 a?os, brasile?o, considera do uno de los "padres de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n", ha sido condenado a "un per¨ªodo de silencio voluntario", durante el cual "no podr¨¢ desempe?ar sus actividades de conferenciante y escritor". La noticia, que se hab¨ªa filtrado como un rumor en Roma desde Brasil en la noche del mi¨¦rcoles, fue confirmada ayer oficialmente por el Vaticano con una nota escrita difundida por la sala de Prensa pontificia.
El comunicado se?ala que el padre Boff no podr¨¢ continuar manteniendo sus responsabilidades en la redacci¨®n de la Revista EccIesi¨¢stica Brasileira.No se especifica si podr¨¢ o no continuar ense?ando teolog¨ªa dogm¨¢tica en el convento franciscano de Petr¨®polis, pero, seg¨²n medios religiosos brasile?os, tambi¨¦n le ha sido prohibida dicha actividad.
El Vaticano especifica adem¨¢s que dicho per¨ªodo de "silencio", del que no se indica el tiempo concreto, deber¨¢ servir al religioso franciscano para hacer "una seria reflexi¨®n", y explica que dichas medidas disciplinarias hab¨ªan sido enviadas con fecha 26 de abril al ministro general de la orden franciscana, provenientes conjuntamente de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, del ex Santo Oficio y de la Congregaci¨®n de Religiosos.
Esto se explica porque Boff pertenece a una orden religiosa que debe responder directamente al Papa a trav¨¦s de la Congregaci¨®n de Religiosos.
En la nota vaticana se a?ade que con fecha 1 de mayo el ministro general de los hermanos menores franciscanos inform¨® que hab¨ªa comunicado al padre Boff las medidas en cuesti¨®n, "quien las ha aceptado con esp¨ªritu religioso".
Apoyo de los obispos
Boff fue convocado el 7 de septiembre pasado por ex Santo Oficio para un coloquio-interrogatorio con el prefecto de dicha congregaci¨®n, el cardenal alem¨¢n Joseph Ratzinger, para pedirle explicaciones acerca de su obra Iglesia: carisma y poder, considerada por Roma peligrosa para la fe.
En aquella ocasi¨®n estuvieron al lado de Boff, para sostenerle, dos de las figuras m¨¢s eminentes de la Iglesia brasile?a, los cardenales Aloisio Lorcheider, arzobipo de Fortaleza, y Evaristo Arris, arzobispo de S?o Paulo, ambos franciscanos como ¨¦l y que consideran al te¨®logo Boff como un religioso de plena ortodoxia y en total comuni¨®n con su Iglesia.
Ambos cardenales, tras haber presionado al propio Papa, consiguieron la misma ma?ana del proceso-coloquio en el ex Santo Oficio ser recibidos por el prefecto, cardenal Ratzinger, ante la presencia del te¨®logo acusado. En aquel momento quedaron satisfechos porque, al parecer, el cardenal Ratzinger se mostr¨® comprensivo con Boff, llegando a ofrecerle hasta un caf¨¦. Incluso brome¨® con ¨¦l dici¨¦ndole "que le ca¨ªa muy bien el h¨¢bito".
Pero el 20 de marzo de este a?o le lleg¨® a Boff el mazazo de Roma. La Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe emiti¨® sentencia negativa contra su obra, en la que se afirmaba que su libro Iglesia: carisma y poder, pon¨ªa "en peligro la sana doctrina de la fe". En dicha sentencia se acusaba a Boff, entre otras cosas, de "mundanizar la jerarqu¨ªa", de "relativizar la teolog¨ªa y el dogma", de "empobrecer la realidad de los sacramentos" y de "aparecer como subversivo de la realidad religiosa".
Medidas disciplinarias
La condena no estuvo entonces acompa?ada de medidas disciplinarias, y no pocos hab¨ªan cantado ya victoria, afirmando que en realidad al te¨®logo brasile?o "no le hab¨ªan hecho nada".
Pero Boff sigui¨® actuando y escribiendo, y sigui¨® creciendo su popularidad, cosa que no ha gustado al ex Santo Oficio. Ahora ha sido Roma quien le ha impuesto la mordaza. Y ya se insinuaba ayer que, en caso de desobediencia, el paso siguiente ser¨ªa la pena can¨®nica de la "suspensi¨®n a divinis", es decir, la prohibici¨®n de ejercer sus funciones sacerdotales.
En realidad, ser¨¢ dif¨ªcil que se llegue a dicho paso, porque lo que est¨¢ en juego es un pulso muy duro y dif¨ªcil entre Roma y la progresista Iglesia de Brasil. Boff no dar¨¢ un paso sin contar con los obispos y cardenales que lo defienden y con su superior general, quien tambi¨¦n est¨¢ de su parte.
El juego es altamente pol¨ªtico, adem¨¢s de religioso, y por el momento ir¨¢n todos con pies de plomo para no agravar el caso. Boff ya anunci¨® el a?o pasado que en el caso de que le impusieran un per¨ªodo de "silencio sab¨¢tico", pediri¨¢ que lo enviasen a un pa¨ªs del Tercer Mundo, es decir, a¨²n m¨¢s pobre que Brasil.
Reacci¨®n de sorpresa
Las primeras reacciones ayer en Roma fueron de sorpresa. Aun los te¨®logos m¨¢s abiertos estaban convencidos de que el ex Santo Oficio se hab¨ªa dado por satisfecho en el caso de Boff con la condena hecha de su obra, sin llegar a medidas disciplinarias. Y se comentaba que no se conoc¨ªa ¨²ltimamente ning¨²n caso de una prohibici¨®n de libertad de palabra tan global como la impuesta a Boff.
Ni siquiera al terrible te¨®logo Hans K¨¹ng le fue nunca prohibido escribir o dar conferencias. Hay que remontarse quiz¨¢ a un caso italiano de 1935, en tiempos de P¨ªo IX; el del sacerdote Don Mazzolari que fue rehabilitado por Pablo VI, a quien, adem¨¢s de quitarle como director de la revista progresista Adesso, se le conden¨® al silencio total en p¨²blico. Lo que ha llamado tambi¨¦n la atenci¨®n es que dichas medidas disciplinarias a Boff, tan antipopulares en los medios progresistas de la Iglesia, se hayan hecho p¨²blicas en v¨ªsperas del dif¨ªcil viaje de Juan Pablo II a Holanda, donde le espera la comunidad cat¨®lica m¨¢s avanzada del mundo.
La impresi¨®n entre algunos te¨®logos romanos es que ha empezado un per¨ªodo de cerrojo que no se acabar¨¢ con Boff. Sobre todo, los te¨®logos de la liberaci¨®n son quienes podr¨ªan tener un futuro dif¨ªcil, ya que uno de los personajes de la Iglesia que en este momento est¨¢ presionando m¨¢s a Roma para que se les cierre la boca a dichos te¨®logos es eljoven cardenal suramericano L¨®pez Trujillo, una de las personas m¨¢s escuchadas por el Papa y que, parad¨®jicamente, mantuvo, como el cardenal Ratzinger, posiciones relativamente avanzadas durante el Concilio Vaticano II.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.