Las pensiones de la discordia
El proyecto presentado por el Gobierno provoca duros enfrentamientos entre los socialistas
Ahora, hoy, algunos militantes socialistas con esca?o en el Congreso o en el Senado sufren la angustia de tener que decidir entre ser fieles al partido que les alz¨® hasta su cargo, apoyando al Gobierno en la reforma de las pensiones, o seguir los criterios mayoritarios en UGT -sindicato en el que tambi¨¦n ocupan un puesto de responsabilidad-, rompiendo la disciplina de voto. Tras dos a?os y medio de Gobierno socialista, se ha abierto un abismo entre la organizaci¨®n obrera y el partido en el poder. En el fondo, han cristalizado las l¨®gicas contradicciones que supone el asumir dos papeles distintos dentro de organizaciones de la misma ideolog¨ªa.
R. SERRANO / B. CEBRI?N, El pasado mi¨¦rcoles los miembros de la ejecutiva de UGT aprovecharon el car¨¢cter festivo de la jornada en Madrid para reunirse con la m¨¢xima discreci¨®n posible y recibir, formalmente, la dimisi¨®n del n¨²mero dos del sindicato, Jos¨¦ Luis Corcuera.
Aunque anunciada, la decisi¨®n del responsable de acci¨®n sindical supon¨ªa la m¨¢s grave crisis vivida en el sindicato en los ¨²ltimos a?os. Era, por otra parte, un paso m¨¢s en el largo camino de enfrentamientos entre la central socialista y el partido en el poder.
La reforma de las pensiones de jubilaci¨®n e invalidez propuesta, por el Gobierno hab¨ªa provocado, pr¨¢cticamente desde su anuncio, una fuerte crispaci¨®n entre el sindicato y el Ministerio de Trabajo. Las tensiones no tardaron en superar el ¨¢mbito de la comisi¨®n creada en el Acuerdo Econ¨®mico y Social (AES) para la reforma de la Seguridad Social, extendi¨¦ndose al conjunto de la familia socialista. Sectores del PSOE, en abierta oposici¨®n a las propuestas del Gobierno, llegaron a plantear la posibilidad de retrasar la reforma hasta una pr¨®xima legislatura.
A todo ello no era ajeno el hecho de que UGT hubiera adelantado, desde el comienzo de las negociaciones, su rechazo a unas medidas que, a su entender, no solucionaban el problema global del sistema de Seguridad Social.
Pero dentro del sindicato las posturas no resultaban coincidentes. Frente a la posici¨®n asumida por Nicol¨¢s Redondo -apoyada por la mayor¨ªa de los dirigentes-, Jos¨¦ Luis Corcuera defend¨ªa la necesidad de apoyar al Gobierno y asumir su propuesta, convencido de que con ello se contribu¨ªa a garantizar el futuro del sistema p¨²blico de Seguridad Social.
El apoyo que el comit¨¦ confederal dio a las tesis de Redondo acentu¨® la sensaci¨®n de soledad que desde hac¨ªa un a?o ven¨ªa experimentando Corcuera y le decidi¨® a plantear el abandono de sus tareas en la direcci¨®n del sindicato. Para el secretario de Acci¨®n Sindical, las cr¨ªticas que, cada vez con m¨¢s frecuencia, ven¨ªa realizando la central socialista hab¨ªan sobrepasado la prudencia con la que deb¨ªa actuar la organizaci¨®n ante un Gobierno de la misma ideolog¨ªa.
Dolorosa decisi¨®n
Corcuera hab¨ªa expresado a sus m¨¢s directos colaboradores su malestar y su intenci¨®n de renunciar a su cargo en la ejecutiva. El partido y el Gobierno perd¨ªan as¨ª a una de sus m¨¢s valiosas conexiones con UGT. Y la central socialista se quedaba sin la alternativa m¨¢s clara a la secretar¨ªa general.
En el comit¨¦ confederal se tomaba, adem¨¢s, una de las resolu ciones m¨¢s importantes de la cen tral: salir a la calle para expresar con movilizaciones y manifestaciones su protesta. La resoluci¨®n, un tanto confusa, dejaba abierta la posibilidad de dar marcha atr¨¢s en las acciones, siempre y cuando el Gobierno modificara sustancial mente sus propuestas. Cuando el 8 de mayo el Consejo de Ministros aprob¨®, casi por sorpresa, el proyecto, se comprob¨® que no se ha b¨ªan recogido las m¨¢s importantes reivindicaciones de UGT.
Poco antes de que Corcuera anunciara su dimisi¨®n, Nicol¨¢s Redondo tomaba una de sus m¨¢s dolorosas decisiones: no votar a favor del proyecto de ley sobre pensiones en el tr¨¢mite parlamentario. Aunque ¨¦l mismo ped¨ªa que no se interpretara como un reto, ni al partido ni al Gobierno, no descartaba que su postura podr¨ªa ser objeto de medidas sancionadoras. "Que el partido haga conmigo, despu¨¦s, lo que crea conveniente".
Las palabras de Redondo fueron pronunciadas tras una intervenci¨®n en el Club Siglo XXI, de Madrid, en la que no ahorr¨® cr¨ªticas a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, que calific¨® de "excesiva y descompensada y que s¨®lo est¨¢ trayendo a nuestro pa¨ªs m¨¢s paro, mas desigualdad y m¨¢s miseria". Para el dirigente sindical, Espa?a no se hab¨ªa librado de una corriente conservadora que recorre los pa¨ªses europeos. El n¨²cleo de su intervenci¨®n fue muy similar a los criterios expuestos en el congreso de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES), que alert¨® a sus organizaciones afiliadas sobre las pr¨¢cticas del "simple y puro librecambismo".
La amargura que Redondo expresaba en su discurso ven¨ªa creciendo desde tiempo atr¨¢s. La reforma de las pensiones fue la oportunidad para plantear un viejo debate sobre el control del partido en el sindicato y la necesidad de clarificar posiciones. Para Redondo, asumir la posibilidad de abstenerse en la votaci¨®n del proyecto de ley supon¨ªa ser fiel a la organizaci¨®n con la que se sent¨ªa m¨¢s comprometido. Y actuar de acuerdo con su conciencia de sindicalista. Ese mismo mensaje fue el que, de alguna manera, lanz¨® a los dem¨¢s parlamentarios vinculados a UGT. Son los que ahora tienen que optar entre su partido y su sindicato.
Siguen las inc¨®gnitas
La reuni¨®n del Grupo Parlamentario Socialista, en la que el ministro de Trabajo, Joaqu¨ªn Almunia, explic¨® el contenido y alcance de la reforma, no despej¨® las inc¨®gnitas sobre la intenci¨®n de voto por parte de los diputados y senadores m¨¢s significados por su militancia en la central. Nicol¨¢s Redondo prefiri¨® no asistir a la sesi¨®n. Ninguno de los presentes plante¨®, sin embargo, la posibilidad de ejercer la cl¨¢usula de conciencia, aunque no faltaran las cr¨ªticas al proyecto.
El rechazo de UGT a la reforma de las pensiones se basa en dos aspectos claramente diferenciados. En primer lugar, UGT no quiere reformas parciales que vayan condicionando medidas posteriores, y plantea, por tanto, que el problema se aborde en su conjunto. Pero una vez que el Gobierno ha desechado esta posibilidad, exige que, al menos, las propuestas no sean lesivas para los intereses de los trabajadores.
As¨ª, entiende que el proyecto de ley de pensiones contiene aspectos que no pueden ser aceptados por el sindicato. Fundamentalmente, los puntos que aglutinan las mayores discrepancias se encuentran en el per¨ªodo para el c¨¢lculo de las prestaciones, la revalorizaci¨®n de las pensiones y el per¨ªodo transitorio.
En el proyecto del Gobierno se establece un per¨ªodo de c¨¢lculo que toma las bases de cotizaci¨®n de los ¨²ltimos ocho a?os, revalorizando los seis primeros y dejando las correspondientes a los dos ¨²ltimos en su valor nominal. La UGT propone que, cuando menos, se actualicen las bases de todos los a?os, de forma que el trabajador
Las pensiones de la discordia
no pierda respecto al sistema actual.En cuanto a la revalorizaci¨®n de las prestaciones -que el Gobierno plantea de acuerdo con el ¨ªnd¨ªce de precios previsto para cada a?o-, la central socialista pretende que se introduzca una cl¨¢usula de revisi¨®n que tenga en cuenta las posibles desviaciones de las previsiones de inflaci¨®n. Sobre el per¨ªodo transitorio, UGT defiende que se establezca un sistema lo suficientemente amplio para impedir que alg¨²n trabajador quede sin la pensi¨®n a que tendr¨ªa derecho con los actuales per¨ªodos de cotizaci¨®n.
Y, sobre todo, quiere que no se d¨¦ por cerrada la reforma y contin¨²en negoci¨¢ndose otros puntos que considera fundamentales para garantizar el futuro de la Seguridad Social: la financiaci¨®n y la gesti¨®n.
Estas propuestas, seg¨²n han comentado en medios del sindicato, han sido ya planteadas, extraoficialmente, a representantes del partido y del Gobierno. Su aceptaci¨®n no significar¨ªa, sin embargo, el fin de las hostilidades, pero como dec¨ªa un dirigente sindical: "har¨ªa bajar el tono de nuestras protestas". Protestas que ya tienen fecha fija. El pr¨®ximo d¨ªa 4 UGT tiene convocadas manifestaciones en toda Espa?a. Ser¨ªa la primera vez que la central socialista se echara a la calle contra su Gobierno.
A mediados de junio, CC OO llevar¨¢ a cabo una huelga general de 24 horas contra la reforma. A la convocatoria de CC OO se han sumado otras organizaciones. USO, ELA-STV y CNT han decidido aceptar su invitaci¨®n. Y es muy posible que las acciones organizadas por UGT cuenten tambi¨¦n con la presencia de otras centrales.
Todos contra el Gobierno
La oposici¨®n a la reforma ha hecho converger las cr¨ªticas al Gobierno desde la derecha y desde la izquierda. Desde el PCE -que ya ha anunciado su apoyo a la huelga general convocada por CC OO- a Alianza Popular, pasando por el CDS o el Partido Reformista Democr¨¢tico, todos han mostrado su rechazo, no exento de oportunismo pol¨ªtico. Pero la confrontaci¨®n, en este caso, se dar¨¢ en el debate parlamentario del pr¨®ximo d¨ªa 28.
Aunque el portavoz del Grupo Socialista, S¨¢enz de Cosculluela, advert¨ªa que la verdadera batalla se dar¨ªa con la derecha del pa¨ªs, la atenci¨®n se centrar¨¢ en la postura que finalmente adopte cada diputado socialista.
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