Bulgaria declara su fe en el Papa

Juan Pablo II recibi¨® el viernes pasado a una delegaci¨®n b¨²lgara, mientras llegaban a Roma cientos de periodistas de todo el mundo para seguir el proceso de la llamada pista b¨²lgara sobre el atentado cometido contra el Pont¨ªfice en 1981. El vicepresidente del Consejo del Estado b¨²lgaro, Georgi Jagarof, manifest¨®, en el transcurso de la entrevista, la fe de Bulgaria en el Papa. La Santa Sede mantiene en secreto el encuentro, y alega que se trat¨® de una audiencia completamente privada.En realidad, aquel encuentro revisti¨® mucha importancia, porque, guiaba la delegaci¨®n el vicepresidente del consejo de Estado b¨²lgaro, Georgi Jagarov, a quien acompa?aba una representaci¨®n de acad¨¦micos, algunos de ellos ortodoxos. Jagarov pronunci¨® un largo discurso ante Juan Pablo II, que ¨¦ste escuch¨® de pie, con la cabeza inclinada y los brazos ca¨ªdos. El dirigente b¨²lgaro le habl¨® en su lengua y un int¨¦rprete traduc¨ªa palabra por palabra al italiano.

Tras haberle recordado a Juan Pablo II que los b¨²lgaros, desde el momento de su elecci¨®n al trono de Pedro, le hab¨ªan considerado como "el jefe espiritual de todo el mundo eslavo", Jagarov afirm¨® que su pueblo hab¨ªa vivido dos grandes momentos de dolor. El primero, cuando conocieron la no ticia del atentado, que nuestro pueblo, dijo Jagarov, "vivi¨® como un atentado hecho a ¨¦l mismo". El segundo, "cuando se mezcl¨® el nombre de Bulgaria en esta historia llena de pecados".

Jagarov hizo luego profesi¨®n de fe en el Vaticano con estas palabras: "Santidad, en el cicl¨®n de los sentimientos antib¨²lgaros que a veces nos rodean, nosotros nos permitimos responder siempre que creemos en Su Santidad, en su conciencia, en la conciencia de la Santa Sede, en su cultura, que no permitir¨¢ que el nombre de la Santa Sede pueda mezclarse con una cosa tan antirreligiosa y antihumana". Y concluy¨® diciendo: "Nuestro pueblo, Santidad, no quiere cargar con tal amargura en su futuro, porque no est¨¢ implicado, no debe ser mezclado en una obra tan monstruosa".

El Papa, acabado el discurso del dirigente b¨²lgaro, levant¨® la cabeza y dijo en italiano: "Dar¨¦ una respuesta breve. Quiero agradecer esta visita, que ha sido preciosa para la Santa Sede y para mi persona, y que me permite expresar mis sentimientos de gran respeto y de gran amor para este pueblo que tanto ha sufrido y que ha sabido mantener su identidad".

Respecto al atentado, Juan Pablo II, en un italiano no siempre comprensible, dijo tres cosas: Que s¨¦ trata de un proceso "completamente externo" a la Santa Sede; que a pesar de ello el Vaticano ha convencido a las autoridades italianas "para que presentaran las motivaciones primero a las autoridades b¨²lgaras", y que el Papa reza cada d¨ªa "por una soluci¨®n buena y positiva de este asunto".