El peso del rumor envuelve a la Moncloa
Los nervios se desataron ayer en los habitualmente llamados mentideros pol¨ªticos, que, desde hace seis d¨ªas, viven pendientes del desenlace de la rumoreada remodelaci¨®n ministerial. La convocatoria del Consejo de Ministros de hoy, realizada por carta, y no por telegrama como es pr¨¢ctica habitual, y el largo despacho mantenido por el Rey con el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, dispararon rumores y las listas de ministrables apenas contenidos desde hace una semana.Y, sin embargo, todos sab¨ªan, o intu¨ªan, que hoy no ser¨¢ el d¨ªa de la crisis. Entre otras cosas, porque el presidente Gonz¨¢lez viajar¨¢ esta tarde en visita oficial a Holanda, acompa?ado del ministro de Asuntos Exteriores y del portavoz gubernamental, entre otros. Algunos ministros, presuntamente afectados por el eventual reajuste, y que estos d¨ªas se muestran especialmente nerviosos y herm¨¦ticos, admit¨ªan, sin embargo, que en el Consejo de hoy, mayoritariamente dedicado a temas de importancia secundaria, Gonz¨¢lez podr¨ªa avanzar algunos de sus planes para el futuro.
Algo, por otro lado, inhabitual, dado que las reuniones del Gabinete suelen ser t¨¦cnicas, y, en ellas Felipe Gonz¨¢lez deja escaso margen para la divagaci¨®n pol¨ªtica.
La Comisi¨®n Delegada para Asuntos Econ¨®micos, donde radica uno de los ejes del hipot¨¦tico reajuste -probable, seg¨²n alg¨²n fontanero del entorno presidencial-, se reuni¨® ayer con la misma normalidad, de siempre (y con la ya casi tradicional ausencia de alg¨²n minis tro presuntamente afectado por los cambios). El orden del d¨ªa del Consejo se prepar¨® como cada semana.
En los pasillos del Congreso de los Diputados, el vicepresidente Guerra se limitaba a responder a las declaraciones de Fraga sobre formas de acabar con el terrorismo. Nadie os¨® preguntarle por los cambios en el Gobierno, aunque m¨¢s de un periodista se qued¨® con las ganas, a la vista de las escasas ganas de hablar que mostraba el vicepresidente.
Los indicios
Pero la b¨²squeda de indicios contin¨²a, los felip¨®logos no descansan en sus pesquisas. La reuni¨®n de Nicol¨¢s Redondo con los secretarios de federaciones de industria de UGT es analizada en medios socialistas en clave de remodelaci¨®n. Lo mismo que la convocatoria ma siva de una cena-homenaje a Fernando Mor¨¢n, otro de los ejes de un cambio posible y cuya ausencia a la diestra de Gonz¨¢lez, en la conferencia de prensa dada por el presidente el pasado jueves, tras la firma de adhesi¨®n a la CEE (Mar¨ªn s¨ª se sentaba junto al presidente), ha sido causa de innumerables conjeturas. Todo sirve para la especulaci¨®n: el nombramiento de los dos comisarios para la CEE, el posible ¨¦xito o fracaso de la huelga convocada para ma?ana y hasta la agenda de actividades de los ministros, que est¨¢ siendo escrupulosamente escrutada en busca de posibles e insuficientemente explicados suspensiones de actos.
Todo ello muestra, una vez m¨¢s, que, como ya ocurriera el a?o pasado, lo cierto es que nadie sabe nada, si se except¨²a al presidente y a dos, o tres ¨ªntimos (e incluso aqu¨ª existe controversia). Y que, entre tanto, las maquinarias de varios ministerios han comenzado a disminuir su ritmo, agobiados como est¨¢n los segundos escalones de la Administraci¨®n por el peso del rumor.
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