La 'econom¨ªa de guerra' argentina da sus primeros frutos
A mediados del mes de junio pasado, Ra¨²l Alfons¨ªn, presidente argentino, dio la sorpresa y puso en marcha el plan de econom¨ªa de guerra que avanz¨® en la Plaza de Mayo, en el memorable d¨ªa en que los argentinos dieron su apoyo al presidente para el juicio de los militares de las Juntas de Reconstrucci¨®n nacional. Sustituci¨®n del peso argentino por una nueva moneda, el austral; supresi¨®n de tres ceros a la moneda; congelaci¨®n de precios, salarios y tarifas por un m¨ªnimo de 60 d¨ªas; y firme y p¨²blico compromiso del poder ejecutivo de no volver a emitir moneda para sufragar el d¨¦ficit p¨²blico.Tras conocerse el programa ideado por el l¨ªder radical para evitar que Argentina fuese un suced¨¢neo de la Rep¨²blica de Weimar -indice oficial inflacionario del 1% al d¨ªa-, Buenos Aires qued¨® conmocionada.
La capital porte?a vio c¨®mo el d¨®lar negro trepaba violentamente un 30% en 24 horas alcanzando la cotizaci¨®n r¨¦cord de 1.055 pesos por d¨®lar.
Decadencia nacional
Alfons¨ªn apel¨® a la necesidad de clausurar el cap¨ªtulo de la decadencia nacional, de escapar del atraso, la marginalidad y la dependencia. El presidente argentino, ojeroso, macilento, abotargado, con expresi¨®n de profundo cansancio f¨ªsico, aludi¨® en la presentaci¨®n del plan por dos veces a la necesidad de reordenar la econom¨ªa para salvaguardar la democracia. "No es un proyecto", afirm¨®, "para salvar a un Gobierno, sino para preservar un sistema pol¨ªtico. Si el problema econ¨®mico no es resuelto, acechar¨¢n graves riesgos pol¨ªticos a la naci¨®n".
El plan de ajuste implementado por el Gobierno argentino para enfrentar la econom¨ªa de guerra declarada por el presidente Ra¨²l Alfons¨ªn, ya ha obtenido resultados concretos. La inflaci¨®n del mes de junio, que alcanz¨® el 30,5%, fue la m¨¢s alta desde que se restableciera la democracia y revela la hiperinflaci¨®n galopante que se cern¨ªa sobre el pa¨ªs. De ese ¨ªndice, s¨®lo el 7% corresponde a los ¨²ltimos 15 d¨ªas de julio, despu¨¦s de que el 14 de junio pasado se aplicara, imprevistamente, un congelamiento total de precios y salarios, adem¨¢s de sustituir el hist¨®rico peso argentino por una nueva moneda denominada austral. Cada austral equivale a 1.000 de los viejos pesos.
Crecen las reservas
El aumento de precios se detuvo sin que se registraran filtraciones en el control. En la primera semana de julio la inflaci¨®n baj¨® al nivel del 0%. La prohibici¨®n expresa de emitir fondos para el Banco Central fue respetada por el Gobierno despu¨¦s de que un d¨ªa antes de anunciarse el plan se imprimieran urgentemente 150.000 millones de pesos. La cotizaci¨®n del d¨®lar, que se fij¨® en 0,80 australes, aument¨® inicialmente a 0,93, y desde entonces se mantuvo estable.
Las reservas del Banco Central en divisas crecieron hasta los 950 millones de d¨®lares, y Argentina ha pagado ya 250 millones a cuenta de intereses pendientes en su deuda externa con la banca privada internacional. La reacci¨®n favorable de todos los sectores pol¨ªticos y sociales que coincidieron en la necesidad de tomar medidas extremas contribuy¨® a fortalecer el plan. Los consumidores adoptaron una actitud vigilante en sus compras, y se registraron miles de denuncias ante la Secretar¨ªa de Comercio por infracciones a las listas de precios m¨¢ximos, anunciadas oficialmente y publicadas por todos los peri¨®dicos. Por su parte, el Gobierno mantiene una intensa campa?a de difusi¨®n publicitaria del plan por la red de televisi¨®n estatal y las emisoras de radio privadas.
Los aspectos recesivos a¨²n no se han hecho notar, y la onda expansiva m¨¢s fuerte se aguarda para el mes de agosto. Los trabajadores han recibido a finales del pasado mes sus salarios incrementados con el ¨²ltimo aumento oficial que concedi¨® el Gobierno m¨¢s el llamado medio aguinaldo, la mitad del sueldo anual complementario, que en Argentina se percibe en dos cuotas, una en junio y otra a fin de a?o. Ese dinero extra, agotado en julio, ya no podr¨¢ disimular la dura realidad, puesto que el congelam¨ªento se ha establecido sobre un salario real muy deprimido.
Recesi¨®n
Los ¨ªndices econ¨®micos revelan que ya se ha producido una ca¨ªda importante en la demanda de puestos de trabajo, y los dirigentes de la oposici¨®n pol¨ªtica y sindical han criticado duramente al Gobierno por no prever medidas que reactiven la producci¨®n. La Uni¨®n Industrial Argentina supone que muchas empresas no van a poder resistir el tipo de inter¨¦s real (alrededor de un 4% mensual) y la constante presi¨®n fiscal.
El conflicto desatado en la f¨¢brica de autom¨®viles Ford cuando la empresa decidi¨® despedir a 33 operarios, que provoc¨® la posterior ocupaci¨®n de la planta por parte de sus 4.500 trabajadores, a¨²n no se ha resuelto. La poderosa Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT), de orientaci¨®n peronista, reaccion¨® con un severo documento y mantuvo luego una reuni¨®n con Ra¨²l Alfons¨ªn en la que el presidente argentino prometi¨® aprobar un decreto para "controlar los despidos y suspensiones". La ola de ocupaciones de f¨¢bricas se ha extendido al interior del pa¨ªs, y esa medida ser¨ªa el primer paso para evitar el p¨¢nico. El equipo econ¨®mico, liderado por el ministro Juan Sourrouille, pretende mantener la congelaci¨®n m¨¢s all¨¢ de los 60 d¨ªas y extenderlo hasta fin de a?o, contra la resistencia de trabajadores y empresarios.
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