La Casa de la Caritat no registra anomal¨ªas desde 1983, seg¨²n la Diputaci¨®n de Barcelona
El presidente de la Diputaci¨®n de Barcelona, Antoni Dalmau, declar¨® ayer que las irregularidades en la imprenta de la Casa de la Caritat, puestas de relieve por un informe de la propia corporaci¨®n (v¨¦ase EL PAIS del pasado 7 de julio), "quedaron totalmente subsanadas" con la constituci¨®n de la Fundaci¨®n P¨²blica Casa de la Caritat, en marzo de 1983, cuyo control de gesti¨®n, seg¨²n Dalmau, `es irreprochable".
"Desde hace dos a?os, nuestra ¨²nica preocupaci¨®n es, estrictamente, gestionar el patrimonio y los servicios de la Casa de la Caritat", agreg¨® Dalmau. "La Casa de la Caritat fue, quiz¨¢, el caso m¨¢s agudo, pero no el ¨²nico en el que se detectaron y corrigieron algunas irregularidades. Afortunadamente, esta etapa hace tiempo que se acab¨®% se?al¨® Dalmau, refiri¨¦ndose a los primeros a?os de "saneamiento necesario".En la imprenta de la Casa de Caritat se descubri¨® una situaci¨®n en la que se apreci¨® una pr¨¢ctica propia de una empresa privada, as¨ª como irregularidades contables, "balances enga?osos" que posibilitaban la distribuci¨®n de beneficios entre altos cargos.
"En el caso de la Casa de la Caritat", explic¨® Dalmau, "hubo conciencia desde el primer momento de la inadecuaci¨®n del r¨¦gimen de gesti¨®n existente -la llamada Junta de Administraci¨®n de los Servicios Industriales- en relaci¨®n a la legislaci¨®n vigente, as¨ª como de las anomal¨ªas que se hab¨ªan producido en el r¨¦gimen presupuestario y en la gesti¨®n econ¨®mica. A partir de julio de 1980 se adoptaron las primeras medidas de cambio y se abri¨® un per¨ªodo de transici¨®n que enlaz¨® hasta marzo de 1983, cuando se estableci¨® definitivamente el nuevo modelo de gesti¨®n", mediante la constituci¨®n de la fundaci¨®n p¨²blica.
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