La evoluci¨®n a largo plazo del paciente depender¨¢ en gran medida de la suerte
Las informaciones que tenemos sobre la enfermedad que aqueja al presidente de Estados Unidos parecen, a la luz de los actuales conocimientos m¨¦dicos, totalmente coherentes. El primer s¨ªntoma que present¨® el paciente fue una hemorragia digestiva por el recto, lo que motiv¨® l¨®gicamente una exploraci¨®n exhaustiva del intestino grueso. En principio se encontr¨® una formaci¨®n polipoidea en colon descendente, y posteriormente otra en la porci¨®n m¨¢s pr¨®xima al intestino grueso, llamada ciego.Los p¨®lipos que se localizan en el intestino grueso son formaciones m¨¢s o menos excrescentes de diversos tama?os, cuyo s¨ªntoma m¨¢s com¨²n es la hemorragia. Generalmente no presentan otros s¨ªntomas, pero tienen una cierta tendencia a degenerar.
Por las ¨²ltimas noticias, parece que hab¨ªa indicios razonables de que el p¨®lipo del ciego estuviese ya degenerado y, por ello, se propuso una operaci¨®n importante, cual es una resecci¨®n de un tramo largo, 60 a 70 cent¨ªmetros, del intestino.
Dos factores
Las posibilidades de la evoluci¨®n posterior del paciente dependen ahora de dos hechos. Primero, del desarrollo del posoperatorio precoz, puesto que este tipo de intervenciones, a la edad del presidente, tiene diferentes riesgos, como trombosis, infecci¨®n, y las temidas dehiscencias de sutura, es decir, la ruptura de la uni¨®n de los bordes del intestino suturados despu¨¦s de que se ha extirpado el asa enferma. Segundo, de cu¨¢l sea la extensi¨®n que en realidad tuviese el proceso degenerativo. Sobre este ¨²ltimo hecho las noticias parecen ser bastante optimistas, puesto que no hay indicios de que se haya encontrado propagaci¨®n del mismo ni a los ganglios linf¨¢ticos ni a la cavidad abdominal, peritoneo o h¨ªgado, que son las estructuras que mayor riesgo tienen de ser invadidas por un proceso canceroso del colon.
El alto nivel de la medicina y la cirug¨ªa norteamericana y las muestras previas de buena salud que el presidente ha dado ya en otras ocasiones permiten ser optimistas sobre la evoluci¨®n inmediata del enfermo.
La evoluci¨®n tard¨ªa depende mucho m¨¢s de la suerte, es decir, de cu¨¢l sea la difusi¨®n real del proceso, ya que, en ocasiones, aunque los ¨®rganos no parezcan estar afectados por el c¨¢ncer, existen ya en ellos peque?os nidos de c¨¦lulas cancerosas que hacen incierto el pron¨®stico de estos enfermos a la larga.
Trastornos digestivosEn el caso de que existiese una reca¨ªda del tumor fuera del intestino, las posibilidades de tratamiento ser¨ªan muy precarias, toda vez que este tipo de tumores es muy poco sensible al tratamiento con quimioterapia.
No obstante, si realmente el tumor est¨¢ limitado a, la pared intestinal puede augurarse un porvenir esperanzador para el paciente, aunque quedase con alg¨²n trastorno digestivo producido por la resecci¨®n amplia que se ha hecho del intestino. Por ejemplo, podr¨ªa presentar trastornos diarreicos, o tener alguna tendencia a absorber con alguna dificultad algunas sustancias nutritivas de cierta importancia. Sin embargo, estos trastornos a los que nos referimos ¨²ltimamente podr¨ªan ser adecuadamente tratados con productos farmac¨¦uticos.
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