La rebeli¨®n de la m¨¢quina
La rebeli¨®n de las m¨¢quinas es un tema del que el cine se ha ocupado en muchas ocasiones. Los motivos de la rebeld¨ªa de los robots en las ficciones novelescas y cinematogr¨¢ficas pueden fundarse en razones morales, cuando el punto de vista del relato est¨¢ imbuido de principios religiosos, pues en esos casos el robot es ante todo un desaf¨ªo al propio Dios, a su condici¨®n de ¨²nico creador. El robot de esas pel¨ªculas es una versi¨®n moderna de la criatura deforme creada por el doctor Frankenstein, es decir un invento malvado porque es fruto de la soberbia pecadora de los hombres.
El alma del robot
Runaway
Director y guionista: Michael Crichton. Int¨¦rpretes: Tom Selleck, Cynthia Rhodes, Gene Simmons, Kristie Alley. Fotograf¨ªa: John Alonzo. M¨²sica: Jerry Goldsmith. Estadounidense, 1984.Estreno en Madrid en Palacio de la Prensa, Bilbao, Princesa, Vel¨¢zquez, Garden, Liceo, Versalles y Victoria.
En otras pel¨ªculas, la religi¨®n deja su lugar a la pol¨ªtica o a los derechos humanos, de manera que los robots aparecen como el trasunto contempor¨¢neo de los esclavos de otra ¨¦poca. Sus levantamientos, de esta manera, obedecen a la necesidad de enfrentarse a la explotaci¨®n a que los someten los hombres, que mantienen una actitud indiferente e incluso inconsciente ante tan delicada cuesti¨®n.En Runaway, como en Almas de metal (Westworld, 1973), Michael Crichton se preocupa por el alma de los robots. Pero si en el filme de su deb¨² todo transcurr¨ªa en un espacio irreal, en un parque de atracciones en el que los visitantes pod¨ªan ser los h¨¦roes de unas ficciones prefabricadas en las que unos robots se dejaban derrotar tan s¨®lo para satisfacci¨®n de la vanidad de los humanos, en Runaway la acci¨®n se sit¨²a en el futuro, pero al mismo tiempo en la Cotidianidad de la tarea policial.
En Almas de metal la rebeli¨®n no pod¨ªa explicarse si no era aceptando lo que afirma el t¨ªtulo en castellano; en Runaway es el inefable profesor loco quien subleva a los servidores mec¨¢nicos, gracias a la colocaci¨®n de un microchip que metamorfosea la obediencia de la m¨¢quina en malignidad asesina.
Desde el miedo a una sociedad a¨²n m¨¢s tecnificada se logra la adhesi¨®n del espectador. Adem¨¢s, el polic¨ªa interpretado por Tom Selleck tambi¨¦n se dir¨ªa hijo de la rob¨®tica, pues es un replicante del James Stewart de V¨¦rtigo. Y esa referencia cin¨¦fila y ese manejar las piezas sueltas sacadas de otros filmes acaba por perjudicar a la pel¨ªcula, que se dir¨ªa dirigida por un ordenador ben¨¦volo que nunca ha pensado en colocarse uno de esos microchips. La sensaci¨®n que produce Runaway -una estimable cinta del g¨¦nero- es id¨¦ntica a la que provocaba Almas de metal una maquinaria ingeniosa, bien engrasada, pero incapaz de trascender su programa.
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