La tragedia pudo haber sido evitada, seg¨²n expertos ge¨®logos
Lo m¨¢s terrible de la tragedia de las Dolomitas es que "se pod¨ªa haber evitado" y que, por tanto, "se ha tratado de un desastre cargado de responsabilidades", declar¨® ayer ante la televisi¨®n el ingeniero Florian Villa, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Ge¨®logos italianos. Con acentos dur¨ªsimos de cr¨ªtica, Villa afirm¨® que se ha tratado de un desastre t¨ªpicamente "antr¨®pico", es decir, debido a circunstancias completamente previsibles en ambientes de tipo geol¨®gico.
Seg¨²n Florian Villa, de nada sirve la movilizaci¨®n que se pone en marcha en el momento de una tragedia de este tipo si al mismo tiempo el Ministerio de la Protecci¨®n Civil no acaba convirti¨¦ndose definitivamente en "una instituci¨®n de control y de prevenci¨®n". Y a?adi¨® que no se puede olvidar que Italia es el pa¨ªs de Europa m¨¢s sujeto a los riesgos de origen natural, dadas las condiciones accidentales de su suelo". "Como simple ciudadano me averg¨¹enzo de que las familias de este pa¨ªs no puedan llevar a sus ni?os a veranear a unas zonas que deb¨ªan estar eficientemente controladas, ya que se conoce de antemano el posible riesgo", agreg¨® Villa.Otros dos personajes importantes del mundo de la Geolog¨ªa corroboraron las declaraciones de Villa.
Todo hace prever, seg¨²n estos cient¨ªficos, que ha habido descuido en la vigilancia de la presa frente a los posibles peligros de la erosi¨®n del agua.
Por eso, el Partido Comunista de Trento ha pedido que se abra inmediatamente una investigaci¨®n judicial para descubrir las posibles responsabilidades y para que los culpables, si los hay, no acaben desapareciendo en la nada como en otras ocasiones. Los comunistas trentinos aseguraron que ya el a?o pasado se hab¨ªa sospechado de posibles riesgos en aquella presa.
Mientras tanto, las operacionesde socorro han resultado m¨¢s dif¨ªciles de lo que parec¨ªa en un principio, ya que la avalancha de agua y escombros ha derribado ¨¢rboles enormes y arrastrado durante kil¨®metros enteros a las v¨ªctimas, muchas de las cuales quedaron destrozadas bajo el fango.
Juan Pablo II envi¨® un telegrama de solidaridad a los habitantes de la zona a trav¨¦s del arzobispo de Trento. El Papa, apenas recibida la noticia del desastre, se retir¨® a su capilla privada para rezar un rosario a la Virgen por las v¨ªctimas, en compa?¨ªa de sus secretarios particulares.
La tragedia duele m¨¢s todav¨ªa porque aquella zona del llamado Trentino es conocida mundialmente por la bondad de sus gentes, por su amor a las monta?as y su gran pasi¨®n por la vida. De all¨ª toman origen los famosos alpinos, cuerpo militar de monta?a, simp¨¢tico a todos los italianos, que fue ayer el primero que demostr¨® su coraje y su esp¨ªritu de abnegaci¨®n.
Los primeros reporteros que han conseguido llegar ayer tarde cerca de los parajes de la tragedia cuentan escenas dantescas y describen a las gentes, silenciosas o en l¨¢grimas, sentadas en las puertas de sus casas con el o¨ªdo pegado a la radio. Una se?ora anciana, Giuseppina Fellici, sentada como alucinada en el sal¨®n del hotel Bellamonte de Pedrazzo, contaba a los periodistas casi ya sin emoci¨®n, de tanto dolor como el sufrido, que acababa de quedarse sola en la vida tras perder a 12 familiares de golpe.
Otro se?or, Luciano Borretta, ped¨ªa socorro a gritos diciendo que ten¨ªa a 13 familiares enterrados en el fango, sin saber si estaban vivos o muertos. El mariscal Adolfo Tirelli, de la Escuela Alpina de la Guardia de Finanzas de Pedrazzo, cont¨® ante las pantallas de televisi¨®n el incre¨ªble salvamento gracias al coraje de un grupo de j¨®venes Alpinos, de un hombre que s¨®lo sab¨ªa decir que se llamaba "Peppino".
Estaba en los s¨®tanos del hotel Dolomiti, que ha quedado pr¨¢cticamente destrozado. En los s¨®tanos del hotel donde se hab¨ªa refugiado el hombre, en su hu¨ªda, se hab¨ªa amontonado m¨¢s de metro y medio de lodo y escombros. Peppino se hab¨ªa quedado enterrado en aquel fango sin poderse mover y se estaba ahogando: los j¨®venes alpinos subi¨¦ndose y resbalando por encima de unas mesas y jug¨¢ndose la vida, consiguieron salvarlo arrastr¨¢ndolo con las manos.
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