Valentina Tereschkova: "Gorbachov tiene mucho inter¨¦s en promocionar a las mujeres"

En 1964 Valentina Tereschkova subi¨® al cielo y se convirti¨® en la primera mujer cosmonauta de la historia. Ten¨ªa 26 a?os y hac¨ªa casi tres que se hab¨ªa quedado fascinada con el vuelo espacial de su compatriota Yuri Gagarin. Ella, como sus amigos, como tantos j¨®venes sovi¨¦ticos, se so?¨® paseando en el cosmos con la misma intensidad con la que un d¨ªa los ni?os espa?oles quisieron ser Bahamontes. La bicicleta de Valentina Tereschkova se llamaba Vostok 6, y ella la recuerda muchas veces, porque le toc¨® lo que califica como el inmenso honor de tripularla. Dice, s¨ª, que fue como un sue?o.

Naci¨® y creci¨® en Jaroslave, una ciudad a orillas del Volga que cumple ahora 970 a?os, y Valentina se ofrece a enviarte una colecci¨®n de fotos de su pueblo con un orgullo de patria chica que parece no haber perdido, pese a haber visto a la vez tantos pueblos juntos, tantos continentes. A ella, l¨®gicamente, de pueblos le gusta el suyo, donde trabajaba en una f¨¢brica textil y era aficionada al paracaidismo, pirueta del destino ¨¦sta de que ya anduviera jugando con el aire.Un d¨ªa se dirigi¨® al Centro de Preparaci¨®n de las Investigaciones del Espacio C¨®smico de Mosc¨² y dijo que ella tambi¨¦n quer¨ªa ir al espacio. Ha venido a Nairobi como cabeza de la delegaci¨®n sovi¨¦tica en la Conferencia del Decenio de la Mujer, en su calidad de presidenta del Comit¨¦ de Mujeres de la URSS. Tiene una voz pausada y dulce, unos ojos gris azulado y una hija que estudia quinto de medicina, con la que, en cuanto puede, se escapa a escuchar a la Filarm¨®nica.

P. Usted es la mujer que primero vio a las mujeres desde lo alto. ?C¨®mo son las mujeres desde tan arriba?

R. He tenido el gran honor de poder ver nuestro planeta desde la altura c¨®smica y me gustar¨ªa poder transmitir bien mis sentimientos, porque es tan bello... Cada continente tiene sus caracter¨ªsticas, sus colores y cuando iba en el vuelo pensaba, y as¨ª lo comunicaba a la Tierra, que ten¨ªa ganas de gritar a todo el mundo que nuestro planeta es tan hermoso que todos tendr¨ªamos que hacer lo posible por conservar para las generaciones futuras ese brillo amarillo, ese brillo azul, y estaba convencida de la posibilidad de resolver todo tipo de problemas de forma pac¨ªfica. Por supuesto, en aquel momento yo pensaba en las mujeres, porque me toc¨® manejar la nave c¨®smica y sent¨ª por todas las mujeres del mundo, porque yo, una de ellas, tan sencilla, pod¨ªa manejar una nave tan grande, tan complicada, con las manos de mujer, que son tan fr¨¢giles, tan d¨¦biles, como dicen ahora. Estoy segura y lo estuve entonces de que las mujeres pueden ejercer cualquier tipo de trabajo, tanto en la Tierra como en el cosmos.

En cuanto a la mejora de la situaci¨®n de la mujer en el mundo contempor¨¢neo, en las condiciones internacionales actuales, con nuestro planeta amenazado por una guerra nuclear, pienso que no es posible discutir los problemas femeninos sin tener en cuenta los del mundo que nos rodea. Soy cosmonauta, creo que lo m¨¢s importante es no permitir de manera alguna la militarizaci¨®n del espacio c¨®smico y que lo imprescindible es la paz y el desarme. De lo contrario, cada ser que vive en el planeta Tierra ver¨ªa, en vez de las estrellas que hay ahora, estrellas monstruosas que destruir¨ªan a los pueblos. Mi pa¨ªs hace todo lo que puede por la paz, y en contra de la amenaza nuclear, pero hay que movilizar a todas las fuerzas progresistas de la humanidad para encontrar los puntos que nos unan y no los que nos separen.

Todo esto tiene relaci¨®n con la situaci¨®n de la mujer en el mundo contempor¨¢neo y, a pesar de las dificultades y de las caracter¨ªsticas de cada pa¨ªs, creo que hay grandes posibilidades de unificar puntos de vista por lo que respecta a los problemas femeninos. El Decenio de la Mujer ha supuesto avances, pero muchas de las tareas trazadas al inicio de la d¨¦cada, en M¨¦xico, o a los cinco a?os, en Copenhague, as¨ª como las distintas declaraciones y planes surgidos de ambas reuniones no se han cumplido, principalmente porque la carrera de armamentos se traga enormes recursos materiales.

P. ?Cu¨¢les son los problemas espec¨ªficos que tiene todav¨ªa la mujer sovi¨¦tica?

R. La igualdad de hombres y mujeres est¨¢ reflejada en nuestra Constituci¨®n y adem¨¢s se lleva a la pr¨¢ctica. Se garantiza el trabajo, la maternidad, que en nuestra sociedad es una de las funciones m¨¢s meritorias de la mujer y est¨¢ protegida por la ley, y hay una amplia red estatal de instituciones preescolares, el 80% de cuyos gastos los paga el Estado, aunque, como nuestro pa¨ªs es muy grande, estas instituciones son insuficientes en algunos sitios. Ahora, ser¨ªa insincera si dijera que lo tenemos todo resuelto. Nos falta mucho trecho para conseguir una vivienda para cada habitante -si bien es verdad que el alquiler es s¨®lo del 3% o 4% del salario- y tenemos que mejorar los servicios colectivos. Los problemas que a¨²n tenemos podr¨ªamos haberlos solucionado si no llega a ser porque, de los 68 a?os de existencia de la URSS, nuestro pueblo se ha pasado casi la mitad defendiendo su libertad del enemigo exterior o restableciendo la econom¨ªa nacional. tras la guerra. En la II Guerra Mundial, la Uni¨®n Sovi¨¦tica perdi¨® 20 millones de vidas. Mi padre muri¨® en esa guerra. Yo ten¨ªa tres a?os y mi madre se qued¨® viuda con 26, y con tres hijos. Yo tambi¨¦n tengo una hija, que ha escogido la medicina, y quiero para ella lo que para los hijos de millones de madres del mundo: que viva en paz.

Se nos dice que no hay ninguna mujer en el Polit Bur¨® de la URSS, pero eso no determina la realidad de la situaci¨®n de aqu¨¦lla en nuestro pa¨ªs, porque hay muchas mujeres, ministras y viceministras, miembros del comit¨¦ central del partido, presentes en los poderes locales. Las mujeres tienen puestos de mucha responsabilidad tanto en la pol¨ªtica interior como en la exterior de nuestro pa¨ªs y Gorbachov ha mostrado mucho inter¨¦s en promocionarlas.

P. ?No le queda nada por conquistar a la mujer sovi¨¦tica?

R. A la vez que se solucionan unos problemas surgen otros nuevos, ciertamente. Es la dial¨¦ctica. Nuestro partido y nuestro Gobierno hacen todo lo posible para que la mujer pueda conjugar sus papeles de madre, ciudadana y trabajadora. Se intentan mejorar los servicios colectivos para que la mujer tenga m¨¢s tiempo y m¨¢s medios para promocionarse.

P. ?Cree que las relaciones de pareja en la Uni¨®n Sovi¨¦tica son igualitarias?

R. El partido y el Gobierno hacen lo necesario para que la relaci¨®n de los c¨®nyuges sea amistosa. La familia es la base principal de nuestra sociedad socialista, y para educar a los hombres en el pleno respeto a las mujeres utilizamos la cultura, la literatura, los medios de comunicaci¨®n. L¨®gicamente no todo es ideal pero la l¨ªnea general es que los j¨®venes y toda la familia se sientan iguales y distribuyan los quehaceres dom¨¦sticos.