Un comando de ETA Militar asesina al vicealmirante Escriga, director general de Pol¨ªtica de Defensa
Un comando de ETAm integrado por dos hombres y una mujer asesin¨® a las 8.40 de ayer en Madrid al director general de Pol¨ªtica de Defensa, vicealmirante Fausto Escrigas Estrada, de 59 a?os, y origin¨® heridas grav¨ªsimas a Francisco Mara?¨®n Garc¨ªa, de 57 a?os, conductor del veh¨ªculo oficial en el que viajaba el militar. El atentado se produjo a unos 100 metros del domicilio del vicealmirante, que se dirig¨ªa en ese momento al Ministerio de Defensa, para incorporarse a su despacho tras pasar varios d¨ªas de descanso en Pontedeume (La Coru?a).
El vicealmirante y su conductor fueron ametrallados por un joven que pudo ser el miembro del comando Espa?a de ETAm Ignacio Aracama Mend¨ªa, Macario, seg¨²n fuentes policiales que basaban su afirmaci¨®n en el testimonio de una testigo de los hechos. Escrigas recibi¨® 12 impactos de bala, alguno de los cuales le afect¨® el coraz¨®n y la cabeza, mientras el conductor fue alcanzado en la cabeza y las piernas. El vicealmirante ingres¨® ya cad¨¢ver en la cl¨ªnica La Paz, y Mara?¨®n Garc¨ªa, cuyo estado fue calificado de "cr¨ªtico", ten¨ªa una bala alojada en el cerebro y fue intervenido quir¨²rgicamente.El vicealmirante, que viv¨ªa en el n¨²mero 48 de la calle del Comandante Zorita -una zona habitada por muchos militares-, hab¨ªa subido a su autom¨®vil oficial, un Seat 131 azul claro matr¨ªcula M-5685-EK, y, tras recorrer unos 90 metros bordeando la manzana existente entre las calles Zorita y Dulcinea, el autom¨®vil recorri¨® cerca de 20 metros por esta calle y, al llegar a la altura del n¨²mero 57, un coche Renault 9 de color gris metalizado le cort¨® el paso, momento en que el terrorista dispar¨® varias r¨¢fagas de subfusil.
Una espera de una hora
El coche utilizado por los terroristas, con las placas M-6401-FD correspondientes a un Renault 6, estaba aparcado en doble fila frente al n¨²mero 57 de la calle del Comandante Zorita, junto a una cl¨ªnica veterinaria, al menos desde las 7.45, seg¨²n afirm¨® Miguel ?ngel Clemente, de 22 a?os, portero del inmueble. Este joven asegur¨® que en el interior del coche vio a un joven de unos 30 a?os, moreno con barba, que vest¨ªa una chaqueta azul y ten¨ªa una buena presencia.
En el momento en que ocurri¨® el atentado, la propietaria de la tin torer¨ªa Tinte Bianco, muy pr¨®xima al lugar de los hechos, se encontraba abriendo la puerta del estable cimiento. La mujer, de unos 45 a?os de edad, que prefiri¨® no identificarse, dijo que el autor de los disparos era un joven algo grueso, vestido con ropa de color marr¨®n claro y con una visera blanca, si bien otra mujer afirm¨® que se trataba de una boina.
El terrorista efectu¨® al menos dos r¨¢fagas de metralleta por la parte derecha del autom¨®vil oficial, y posteriormente realiz¨® otra por la parte izquierda. Las dos ventanillas laterales derechas y la lateral delantera izquierda queda ron destrozadas, y un autom¨®vi R-5 aparcado cerca result¨® alcan zado por dos balas. En el lugar se recogieron 18 casquillos de bala de calibre 9 mil¨ªmetros Parabellum.
En cuanto se produjeron los dis paros, el autor de los mismos subi¨® r¨¢pidamente al veh¨ªculo Renault 9, en el que esperaban el con ductor y una mujer, y huyeron r¨¢ pidamente del lugar. El joven Miguel ?ngel Clemente les persigui¨® corriendo durante casi 30 metros profiriendo insultos contra ellos, mientras la due?a de la tintorer¨ªa gritaba: "Cogedles, cogedles".
Esta mujer, junto con otra que estaba en las cercan¨ªas, se acercaron al autom¨®vil oficial, que qued¨® parado en el centro de la estrecha calle, y abrieron la puerta delantera izquierda. "El conductor, con la cara llena de sangre, intent¨® salir por su pie, pero se cay¨® al suelo, y el militar, de uniforme blanco, estaba quieto en la parte de atr¨¢s, con la mand¨ªbula destrozada", coment¨® la mujer entre sollozos y en evidente estado de nerviosismo.
Seguidamente, se acerc¨® al autom¨®vil oficial Celestino Mufloz, de 58 a?os, portero de un inmueble pr¨®ximo situado en la calle de la Reina Mercedes. "Ayud¨¦ a meter los cuerpos en los coches para que los llevaran al hospital. Los dos ten¨ªan mucha sangre por va rios sitios, pero respiraban toda v¨ªa", coment¨®. Tan s¨®lo dos minutos despu¨¦s de producirse el aten tado, lleg¨® al lugar un autom¨®vil de la Polic¨ªa Municipal, cuyos in tegrantes organizaron el traslado de las v¨ªctimas. Anastasio Mart¨ªn otra de las personas que acudi¨® en auxilio de las v¨ªctimas, coment¨®: "O¨ª los disparos desde la cafeter¨ªa en que estaba. Sal¨ª corriendo y vi al conductor ca¨ªdo sobre la ventanilla. Hasta que abrimos la puerta de atr¨¢s, no vimos al militar".
En el lugar del atentado, seg¨²n dos polic¨ªas nacionales presentes en el lugar, se recogi¨® una bolsa con alg¨²n arma de fuego que no identificaron.
Coche con explosivos
Realizado el crimen, el autom¨®vil utilizado por los terroristas fue abandonado, con cinco kilogramos de explosivo en su interior, en la calle de Anastasio Herrero, poco transitada, estrecha y situada aproximadamente a un kil¨®metro del lugar del atentado. El coche fue dejado en doble fila e imped¨ªa el paso de otros coches, por lo que algunos automovilistas, ayudados por empleados de un taller pr¨®ximo, lo estuvieron moviendo y empujando incluso con otro coche para retirarlo y facilitar el tr¨¢nsito.
El coche fue localizado desde un helic¨®ptero policial poco antes de las nueve de la ma?ana. En su interior, la polic¨ªa observ¨® que hab¨ªa una bolsa de deportes junto a los pedales del conductor y otra en el maletero. Toda la zona contigua fue acordonada por la polic¨ªa, mientras las casas cercanas fueron desalojadas. Varios artificieros de la Polic¨ªa Nacional inspeccionaron el veh¨ªculo y lograron desactivar un sistema que, seg¨²n fuentes de ese cuerpo, hubiera originado la explosi¨®n del artefacto hacia las 13.05 horas. Posteriormente, entre las 13.20 y las 13.25, los artificieron provocaron la explosi¨®n de dos peque?os cebos por si hab¨ªa alg¨²n otro artefacto y, finalmente, el coche fue llevado en una gr¨²a municipal.
Entre las personalidades que acudieron a la cl¨ªnica La Paz para interesarse por las v¨ªctimas estuvieron los ministros de Defensa y Sanidad, Narc¨ªs Serra y Ernest Lluch, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, los jefes de Estado Mayor de la Armada y del Ej¨¦rcito de Tierra, as¨ª como la esposa del comandante Escrigas, Mar¨ªa Flor Rodr¨ªguez Romero. A las 16 horas qued¨® instalada en el Ministerio de Defensa la capilla ardiente con los restos del vicealmirante. El funeral se celebrar¨¢ hoy en el ministerio, y posteriormente ser¨¢ trasla dado, a bordo de un avi¨®n militar a El Ferrol, su localidad natal, para ser enterrado.
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