Playa, pase¨ªto y firma contra Calvi?o en C¨¢diz
Los militantes de Alianza Popular no han tenido m¨¢s remedio este verano que hacer un hueco en sus actividades con el fin de acometer la tarea encomendada por la direcci¨®n del partido: recoger firmas en contra de la gesti¨®n de TVE y a favor del cese de Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o. En C¨¢diz -donde AP, en octubre de 1982, obtuvo 97.319 votos, un 19,8% de los votantes-, los aliancistas, en su mayor¨ªa representantes j¨®venes del sexo femenino, aprovechan la masiva llegada de los veraneantes a la costa y desde mesas instaladas en playas, mercados y lugares concurridos piden "libertad para la tele". Son mayor¨ªa los que firman contra la programaci¨®n de TVE. Algunos aseguran que no saben qui¨¦n es Calvi?o; otros, por contra, sugieren la posibilidad de incluir, junto a la firma, alg¨²n improperio contra el director del organismo.
Con el condicionante del levante y con la copa de fino y el pesca¨ªto por medio, los militantes gaditanos de AP se aprestan a rellenar los 62.520 manifiestos que les han enviado de Madrid. Hasta el pasado d¨ªa 8 hab¨ªan recogido un total de 12.500 firmas."Por la libertad, por la libertad", voicea Mar¨ªa Teresa en Puente Mayorga, en San Roque, pidiendo firmas en contra de la gesti¨®n en Televisi¨®n y a favor del cese del director de RTVE, mientras su hija hace espor¨¢dicas excursiones a la playa para obtener de los ba?istas el pl¨¢cet "para poder echar a Calvi?o de la tele".
"Si usted quiere una televisi¨®n libre, si quiere libertad para la televisi¨®n, firme usted el manifiesto", dice Mar¨ªa Teresa a un cincuent¨®n que con aspecto sucio y descuidado se acerca y curiosea en la mesa instalada en la plaza. "A m¨ª no me hablen ustedes de partidos, sino de pobres y ricos", afirma el hombre mientras abandona el lugar con aspecto cansado.
Mar¨ªa Teresa Molina, de 41 a?os de edad y una de los tres concejales de Alianza Popular de los 17 que componen el Ayuntamiento de San Roque, gobernado por los socialistas, se muestra entusiasmada con la campaf¨ªa emprendida por su partido. "A m¨ª me est¨¢n firmando muchos comunistas, ?y sabe usted por qu¨¦?" pregunta dirigi¨¦ndose a la periodista: "Porque los dos somos los partidos m¨¢s perseguidos".
La labor de Te¨®fila Mart¨ªnez, secretaria de Alianza Popular en C¨¢diz y concejala en El Puerto de Santa Mar¨ªa, es m¨¢s silenciosa. Su centro de operaciones lo tiene instalado en un hotel, propiedad de su marido, en la playa de Valdelagrana. Desde all¨ª parten las instrucciones sobre el lugar y las horas para establecer las mesas petitorias, depend¨ªendo, en muy buena parte, de c¨®mo sople el levante.
A partir de lasm.ieve de la noche, cuando el calor se hace m¨¢s soportable y la gente puede hacer una esdapada fuera de sus domicilios, Teo recorre sin desmayo las terrazas instaladas en Valdelagrana y con una enorme sonrisa explica: "Buenas tardes, somos de Alianza Popular y estamos haciendo una campa?a por la libertad en televisi¨®n; yo le dejo el manifiesto y si est¨¢ usted de acuerdo lo firma y ya pasar¨¦ yo a buscarlo".
Los programas infantiles
Las m¨¢s de las veces, Teo se dirige por su nombre a los conocidos, como la maestra Milagros Monte, de 26 a?os (¨²nica persona de las entrevistadas que afirma haber votado al PSOE en octubre de 1982), y que firma el manifiesto porque, entre otras cosas, considera "nefastos" los programas infantiles.Esta opini¨®n es compartida por Amparo Guti¨¦rrez, de 40 a?os de edad, simpatizante de AP y que en la playa de Barbate de Franco, donde veranea, se?a la que la programaci¨®n infantil no le gusta, y adem¨¢s "las pel¨ªcu las tienen demasiado destape" Junto a Amparo firman dos j¨®venes miembros de la familia Le¨®n, de procedencia sevillana, quie nes auspiciados por su padre -firmante por dos veces seg¨²n afirma el mismo- se acercan a la mesa a mostrar su oposici¨®n a la televisi¨®n. Chari Le¨®n, de 16 a?os, se remite a la opini¨®n de su padre cuando se le pregunta qu¨¦ entiende por una televisi¨®n libre y plural.
De las tres mesas aliancistas, que normalmente se instalan en tres sitios diferentes de El Puerto de Santa Mar¨ªa -localidad con gran tradici¨®n comunista y gobernada por un alcalde de este partido-, es en la lujosa urbanizaci¨®n de Vista Hermosa, una especie de Puerto Ban¨²s gaditano, donde tienen m¨¢s ¨¦xito de p¨²blico y las firmas llegan con fluidez.
El ¨¦xito no se repite en el centro portuense, de ambiente mucho m¨¢s popular y familiar, donde el personal, entre el griter¨ªo de los ni?os, se ocupa m¨¢s de c¨®mo hincar el diente a la pata de una cigala que de los problemas televisivos de Alianza Popular.
Firmas comunistas
En las calles de Sanl¨²car de Barrameda muy pocos le niegan la firma a Francisco Alm¨¦cija. "Paco, c¨®mo no te vamos a firmar a ti; lo que t¨² pidas", afirman muchos. Alm¨¦cija, de 42 a?os, teniente de alcalde y uno de los tres concejales de Alianza Popular, frente a 12 comunistas y 6 socialistas, que goza de una enorme popularidad en la localidad, afirma: "A m¨ª me firman hasta los comunistas, que aqu¨ª hay muchos".Y sent¨¦jante situaci¨®n se repite en otros lugares, como en La L¨ªnea de la Concepci¨®n, en Barbate de Franco y en Chiclana de la Frontera, aunque los linenses se muestran m¨¢s euf¨®ricos al recibir con grandes aplausos a la comitiva aliancista presidida por el presidente provincial Jos¨¦ Ram¨®n del R¨ªo, quie n viene acompa?ado, procedente de unos d¨ªas de descanso en M¨¢laga, de su mujer y uno de sus siete hijos.
Del R¨ªo, abogado del Estado en excedencia, se muestra satisfecho con el desarrollo de la campa?a, no s¨®lo para demostrar "la manipulaci¨®n del Gobierno en TVE", sino, y ya a nivel local, "el engrasar la maquinaria del partido para conocer. exactamente la situaci¨®n real".
En Algeciras, donde un peri¨®dico local anunci¨® la llegada de un miembro de la Prensa de Madrid y de altos cargos del partido, as¨ª como el lugar donde ese d¨ªa se iba a instalar una de las mesas, es la presidenta de Nuevas Generaciones (organizaci¨®n juvenil de AP) de la localidad, Merche, una joven sonriente de 22 a?os, quien se encarga de sentarse al.frente de las mesas, mientras sus compa?eros se reparten el mercado en busca de nuevas firmas.
"Mire usted, yo no le puedo firmar porque, aparte de que no tengo las gafas de cerca, yo llego muy cansado a mi casa de trabajar y veo en la lele lo que me echen", afirma el due?o de una poller¨ªa cuando se le requiere su r¨²brica. El carnicero, en el puesto 96, no comparte la opini¨®n de su compa?ero y firma el maniflesto casi sin leer.
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