La conflictiva marca del pasado
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La Estonia burguesa es la expresi¨®n que utilizan los dirigentes de la Rep¨²blica cuando se refieren al per¨ªodo de la historia que ¨¦sta realiz¨® en solitario aprovech¨¢ndose de la ca¨ªda del imperio zarista, al que Estonia hab¨ªa pertenecido. El ¨¢guila del zar est¨¢ hoy presente en un monumento que, sobre el, paseo mar¨ªtimo de Tallin, conmemora un naufragio ocurrido en 1893. El monumento est¨¢ perfectamente cuidado y rodeado de begonias. La Rusia zarista es algo que la Revoluci¨®n repudi¨®, pero los detalles del pasado com¨²n entre aquel imperio y el territorio estoniano son algo que pone de relieve el discurso oficial en busca,de lazos de uni¨®n entre los pueblos de la URSS.La Estonia burguesa acab¨® en una tragedia nacional en la guerra y la posguerra, dice un fun,cionario de la Rep¨²blica. El trasiego de los estonianos entre sovi¨¦ticos y alemanes trajo consigo la emigraci¨®n, el encarcelamiento y la muerte para muchos. Fuentes occidentales calculan que la consolidaci¨®n del poder sovi¨¦tico entre 1944 y 1949 supuso en las Rep¨²blicas b¨¢lticas la deportaci¨®n de unas 600.000 personas al este de la URSS durante la colectivizaci¨®n forzada de la agricultura.
La di¨¢spora estoniana lleg¨® hasta -Australia, Canad¨¢, Estados Unidos y Suram¨¦rica. Una parte de estos emigrantes tienen una actitud a¨²n beligerante de cara al poder sovi¨¦tico, cuya presencia en las rep¨²blicas b¨¢lticas es contestada con una resistencia residual simb¨®lica por parte de algunas representaciones diplom¨¢ticas occidentales en Mosc¨², entre ellas la espa?ola.
La resistencia se concreta en la abstenci¨®n de viajes oficiales por parte de diplom¨¢ticos acreditados permanentemente en Mosc¨² a territorio b¨¢ltico. "Se trata de un residuo de condena moral", se?ala un diplom¨¢tico occidental, "porque el tener embajador en Mosc¨² supone ya el reconocimiento del pa¨ªs en la integridad de su territorio y adem¨¢s est¨¢ el acta final de Helsinki, que ha fijado las actuales fronteras europeas".
Una parte de la emigraci¨®n estoniana conserva su cultura en el exterior y se deja tentar en ocasiones por la morri?a de su antigua patria. As¨ª, los estonianos que viven en Suecia. Los hay que regresan a Estonia como jubilados y se dejan transferir aqu¨ª sus pensiones desde Estocolmo.
Hay tambi¨¦n viajes organizados desde ultramar para los antiguos emigrantes y los hijos de emigrantes. Y hay tambi¨¦n un intento de recuperaci¨®n para el acervo cultural estoniano de aquellos intelectuales que se fueron y no regresaron.
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