Quique Seti¨¦n, la nueva estrella del Atl¨¦tico
Dos meses, apenas un p¨®quer de encuentros importantes, alg¨²n gol decisivo y, sobre todo, sus env¨ªos en profundidad y la clarividencia mental de un jugador dotado para mover piezas sobre un tablero de ajedrez han bastado para que se descubra ahora, a sus 27 a?os -los cumple el pr¨®ximo d¨ªa 29 de este mes-, a un magn¨ªfico futbolista que llevaba ya varias temporadas haciendo lo mismo en el R¨¢cing. Era Quique en Santander y es Seti¨¦n en el Atl¨¦tico. Tiene cuatro a?os en el Atl¨¦tico para triunfar, en los que ganar¨¢ 40 millones -s¨®lo de richa-, repartidos en 10 por temporada, y una ilusi¨®n: "Quiero jugar el Mundial de M¨¦xico"
Seti¨¦n no ha tenido suerte a¨²n en el f¨²tbol espa?ol. Lo peor fue, sin duda, esas dos graves lesiones que le tuvieron apartado de la actividad muchos, demasiados meses. La primera, una rotura de ligamento lateral interno en su rodilla derecha en la temporada 1981-1982. Fue un golpe en Alicante, contra el H¨¦rcules, tras una entrada de Albaladejo. El doctor Echavarren le oper¨® y Quique -segu¨ªa siendo Quique- se dispuso a comenzar de nuevo.Fue entonces cuando lleg¨® su segunda cicatriz. Y todo por una mala planificaci¨®n, por un partido que nunca debi¨® jugarse. El R¨¢cing fue invitado a jugar contra el Alav¨¦s, en agosto de 1982, y los jugadores levantados a las 7.30 de la ma?ana para viajar hac¨ªa una Vitoria en fiestas. Llegaron al campo alavesista solo media hora antes del comienzo del partido amistoso y jugaron por una comida. Faltaban pocos minutos y Quique, corto a¨²n de preparaci¨®n, meti¨® el pie, en dif¨ªcil postura, por el bal¨®n y se percat¨® de que su pierna volv¨ªa a sufrir algo grave: fractura de tibia y peron¨¦. Seis meses con escayola y toda una temporada en blanco.
Maguregui
Ya era consciente de que el tiempo jugaba en su contra y de que aquel jugador de corte t¨¦cnico, nacido para jugar al f¨²tbol y no para destruir, ten¨ªa que comenzar de cero -otra vez- y a¨²n m¨¢s de prisa. "Lo pas¨¦ francamente mal. Cost¨® mucho conseguir recuperarme no s¨®lo fisicamente, sino tambi¨¦n en el movimiento de la pierna: fueron 180 d¨ªas con un yeso encima".
Quique se levant¨®. Sus condiciones para desplazar el bal¨®n en largo, para regatear a sus rivales en corto y, fundamentalmente, su clarividencia mental para ver el f¨²tbol y pensar qu¨¦ es lo que debe hacerse en el momento oportuno le subieron de nuevo al pedestal. Ni a¨²n as¨ª lo tuvo f¨¢cil. Hab¨ªa superado las lesiones, pero casi todo segu¨ªa jugando en su contra.
Primero, porque actuaba en un equipo modesto y ¨¦l eco de su brillantez cada domingo apenas traspasaba los l¨ªmites de Cantabria, para desesperaci¨®n de la Prensa santanderina, que ha clamado en vano en el desierto estos dos ¨²ltimos a?os intentando que alguien quisiera darse cuenta de que ah¨ª hab¨ªa una figura para el equipo nacional. Segundo, porque en el f¨²tbol espa?ol se da fa curiosa perspectiva de continuos golpes de pecho de t¨¦cnicos y aficionados -"aqu¨ª ya no quedan figuras como las de antes", es frase utilizada habitualmente en la jerga futbol¨ªstica para justificar la mediocridad sobre el c¨¦sped-. Y tercero, porque hasta su propio entrenador, Jos¨¦ Mar¨ªa Maguregui, comenz¨® a lanzar la especie de que "este chico es bueno, pero no aguanta los 90 minutos" *
Y Quique, convertido ya en Seti¨¦n -hay otro excelente Quique, Ramos, en el Atl¨¦tico-, afirma: "Estoy demostrando que aguanto perfectamente los partidos completos. En el Atl¨¦tico entrenamos muy fuerte, con un nivel de preparaci¨®n alt¨ªsimo. Est¨¢ claro que lo m¨ªo no es seguir de cerca a un contrario. Yo tengo mis cualidades, pero tambi¨¦n me sacrifico en funciones de contenci¨®n cuando las circunstancias as¨ª lo requieren".
Tras el recuerdo a Maguregui, la asombrosa historia del jugador que se ha visto obligado a cambiar de nombre, a marcharse de su ciudad "porque ah¨ª me iban a exigir mucho ya y todo iba a estar en mi contra si no repet¨ªa mis actuaciones de las dos ¨²ltimas campa?a" y porque, "aunque sea injusto si lo piensas en fr¨ªo, un equipo como el Atl¨¦tico, con aspiraciones a todo, con partidos tan importantes como ¨¦l de este domingo contra el Barcelona, es un escaparate mayor que el que ten¨ªa en mi tierra, en Santander".
El dinero
El R¨¢cing hizo todo lo posible por no dejar escapar a su Abascal futbol¨ªstico. Hasta el punto de que lleg¨® a ofrecerle el contrato m¨¢s alto en la historia del club santanderino: 13 millones por una temporada por todos los conceptos. Pero Seti¨¦n estaba decidido a exhibirse de una vez en el escaparate del Atl¨¦tico -el Madrid siempre estuvo interesado en ¨¦l, pero nunca lleg¨® a decidirse a pujar fuerte por ¨¦l en los ¨²ltimos a?os-.
El Mundial de M¨¦xico 86 es la venta que pretende realizar y, en esa ley de oferta y demanda, Javier Castedo, vicepresidente de! club rojiblanco, le fich¨® por 48 millones -15 al contado y el resto en 12 letras mensuales- y le firm¨® un buen contrato, para club y jugador, con id¨¦ntica ficha, 10 millones de pesetas, por cada una de las pr¨®ximas cuatro temporadas.
El jugador, con sueldos superiores en el Atl¨¦tico a los del R¨¢cing, mayor n¨²mero de primas y esa opci¨®n a vestir la camiseta nacional -s¨®lo jug¨® una vez con los sub 21 y otra con los ol¨ªmpicos y Miguel Mu?oz a¨²n no se ha decidido a convocarle para el decisivo choque contra Islandia-, va a ganar alrededor de los 18 millones anuales.
Lo m¨¢s asombroso, pese a todo, es la siguiente teor¨ªa de Seti¨¦n: "Me agradan los elogios que ahora se est¨¢n haciendo sobre mi juego, pero, de verdad, quiz¨¢ son algo desorbitados porque a¨²n no estoy a tope. Todav¨ªa me falta alcanzar el mismo nivel que en el R¨¢cing". Posiblemente sea cierto, pero, por lo pronto, en el estadio Calder¨®n la afici¨®n ha pasado, en apenas dos meses, de gritar "?Hugo, Hugo, qu¨¦date!" al monorr¨ªtmico "?Seeeti¨¦n!".
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