Botha propone devolver la nacionalidad surafricana a los negros de los bantustanes 'independientes'
ENVIADO ESPECIALPieter W. Botha, presidente de ?frica del Sur, anunci¨® ayer que su Gobierno est¨¢ dispuesto a devolver la nacionalidad surafricana a nueve millones de negros convertidos a la fuerza en ciudadanos de los cuatro Estados independientes creados por Pretoria. Tambi¨¦n prometi¨® convocar un refer¨¦ndum, entre blancos, si es necesario introducir "cambios dr¨¢sticos" para conceder derechos pol¨ªticos a los negros, y, en una declaraci¨®n rocambolesca, equipar¨® los intereses de la URSS a los de los partidos pol¨ªticos de EE UU, "en su af¨¢n de prescribir f¨®rmulas" para Sur¨¢frica.
Botha realiz¨® estas afirmaciones. en la clausura del congreso provincial de su partido en Bloemfontein, capital de Estado libre de Orange. Al mismo tiempo, Zenani Dlaminm, la hija del encarcelado dirigente negro Nelson Mandela, anunciaba en Ciudad del Cabo -despu¨¦s de una visita realizada a su padre en compa?¨ªa de su madre, Winnie, y de su hermana, Zinzi- que el l¨ªder nacionalista padece una enfermedad de la pr¨®stata que har¨¢ necesaria una intervenci¨®n quir¨²rgica, y que tras una segunda citoscopia se le hab¨ªan descubierto quistes adheridos al h¨ªgado y al ri?¨®n derecho.
El anuncio de Botha de que el Gobierno est¨¢ dispuesto a devolver la nacionalidad surafricana a los ciudadanos de Ciskei, Transkei, Venda y Bophuthatswana -los cuatro Estados independientes de los 10 homelands o bantustanes creados por el Partido Nacional desde que se hizo con el poder en 1948- significa de hecho la desaparici¨®n de una de las bases del llamado grand apartheid.
Uno de los principios fundamentales de este sistema era precisamente que al final del proceso pol¨ªtico, previsto por los creadores de la filosof¨ªa del sistema de segregaci¨®n racial, los ciudadanos de aquellos bantustanes tuvieran la nacionalidad de este pa¨ªs por medio de su adscripci¨®n tribal a las nacionalidades artificialmente creadas, vivieran o no dentro de las fronteras de esos Estados nacionales.
La independencia de estos Estados nunca fue reconocida por la comunidad internacional, de tal forma que sus habitantes, si quer¨ªan viajar al extranjero, se ve¨ªan obligados a pedir un documento de viaje a las autoridades de Pretoria. Botha advirti¨®, sin embargo, que esta medida, que ser¨ªa puesta en vigor en el futuro, despu¨¦s de celebrar conversaciones con los dirigentes de esos Estados, no prejuzgaba "su independencia" que, dijo, no era discutible.
En un comentario sobre el anuncio de Botha, la organizaci¨®n negra radical AZAPO (Azanian Peoples Organization) manifest¨® que nada que: no fuera Ia entrega del pa¨ªs a sus leg¨ªtimos propietarios apaciguar¨¢ las demandas de nuestro pueblo en pro de la. autodeterminaci¨®n nacional".
La devoluci¨®n de la nacionalidad surafricana a las etnias encuadradas en esos cuatro Estados afectar¨¢ aproximadamente a unos nueve millones de negros, de los cuales cinco millones viven dentro de sus fronteras y otros cuatro millones en las distintas partes de la Sur¨¢frica blanca.
Convocatoria de un refer¨¦ndum
En otra parte de su intervenci¨®n, el presidente surafricano se comprometi¨® a convocar un refer¨¦ndum, si se hac¨ªa precisa la introducci¨®n de "cambios dr¨¢sticos fundamentales, para acomodar los derechos pol¨ªticos de los negros en una nueva estructura constitucional. Aunque no lo mencion¨® espec¨ªficamente, de sus declaraciones se deduce que el refer¨¦ndum propuesto se llevar¨ªa a cabo exclusivamente entre la poblaci¨®n blanca.
"Lo mismo que ocurri¨® con la inclusi¨®n de los mestizos y los indios en la Constituci¨®n, pediremos a la naci¨®n una decisi¨®n final si se hace necesaria la introducci¨®n de cambios dr¨¢sticos fundamentales para acomodar los derechos pol¨ªticos de los negros", dijo. En el refer¨¦ndum de 1982, convocado para decidir sobre la nueva Constituci¨®n que establec¨ªa un Parlamento segregado tricameral, s¨®lo la minor¨ªa blanca tuvo opci¨®n de pronunciarse.
La decisi¨®n norteamericana de imponer sanciones a Sur¨¢frica provoc¨® un inusitado ataque por parte de Botha a Estados Unidos, a quien record¨® sus guetos y las reservas indias. "Am¨¦rica", dijo, "podr¨ªa empezar a limpiar su propia casa empezando con sus guetos y con los indios que viven en la miseria en sus propias reservas". Despu¨¦s de equiparar Ios fines sovi¨¦ticos y los de los partidos pol¨ªticos norteamericanos, que quieren utilizar a Sur¨¢frica para sus propios prop¨®sitos", Botha record¨® una frase del padre de la patria afrikaaner, el presidente Paul Kruger, quien declar¨® antes de la iniciaci¨®n de la guerra anglo-boer que puso fin a la independencia de las dos rep¨²blicas boer: "No quieren el voto, quieren nuestra patria".
El ataque de Botha contra Estados Unidos ha coincidido con el regreso a Pretoria del embajador norteamericano, Herman Nickel, retirado por Washington en protesta por las incursiones militares surafricanas en en Botswana y Angola, en mayo.
Nickel, portador de una carta personal del presidente Reagan para Botha, manifest¨® a su llegada que "el tiempo de las simples declaraciones de intenci¨®n ha pasado" y que Ias claves del apartheid tienen que ser abolidas". Nickel expresaba el nuevo clima reinante en Washington con relaci¨®n a Sur¨¢frica cuando declar¨® que Ias injusticias cometidas en nombre del sistema han ido demasiado lejos".
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