El realizador Vittorio Cottafavi, considera que el cine influye en la literatura actual
Vittorio Cottafavi, que se encuentra en Barcelona para participar en un curso de la UIMP sobre literatura del siglo XX, afirma que "en la actualidad son muchos los escritores que se basan en el cine para sus novelas". Es el director de filmes tan m¨ªticos como Los cien caballeros, de peplums extra?amente cultos como La conquista de la Atl¨¢ntida, y, m¨¢s recientemente, de cintas televisivas como Cristobal Col¨®n, o la muy premiada Mar¨ªa Zef, que obtuvo un galard¨®n en la Semana de Cine de Barcelona."Mi ¨²ltima pel¨ªcula para el cine data de 1964. Es Los cien caballeros. Desde entonces siempre he trabajado para la televisi¨®n. En la ¨¦poca, muchos de mis colegas no entendieron la decisi¨®n, pero ahora est¨¢ clara: un gran ¨¦xito cinematogr¨¢fico logra un mill¨®n de espectadores, mientras que un pase televisivo lo ven de doce a quince millones. Cuando vi que Rossellini se inclinaba por la televisi¨®n me dije: si ¨¦l lo hace, seguro que est¨¢ bien".
Productores cicateros
Afirma que la televisi¨®n permite abordar otro tipo de proyectos: "Y adem¨¢s se trata de trabajos que ning¨²n productor de cine se atrever¨ªa a asumir. ?Qui¨¦n iba a financiar una pel¨ªcula basada en textos de cl¨¢sicos griegos sino un productor de televisi¨®n?".No es que considere que los productores de la peque?a pantalla son mejores que los de cine, pero piensa "que el productor de TV, una vez tiene aprobado el proyecto, es mas cicatero. Sus beneficios dependen de lo que consiga ahorrar respecto al presupuesto que le han concedido. Funciona al rev¨¦s que el hombre de cine que, a priori, exige todo tipo de concesiones, pero despu¨¦s est¨¢ dispuesto a gastar en todo lo que redunde en beneficio de la espectacularidad del filme. En televisi¨®n, el atrevimiento es anterior al rodaje porque durante el mismo se trata de limitar los gastos al m¨¢ximo".
Cottafavi ha adaptado desde cl¨¢sicos a Pavese. "Me interesan las relaciones entre cine y literatura. Por ejemplo, el montaje me parece un recurso com¨²n a ambos medios de expresi¨®n. El montaje es un valor espacial y temporal. En el cine el tiempo y el espacio se dan conjuntamente, como una unidad. Eso s¨®lo tiene equivalente en el baile, aunque en ¨¦l el tiempo es un factor m¨¢s importante casi siempre. Pero la literatura, como el cine, permite algo tan fant¨¢stico como organizar un di¨¢logo entre una persona que habla desde delante de la fachada de la mezquita de C¨®rdoba con otra que lo hace desde la catedral de Barcelona... Claro que incluso la imagen m¨¢s irreal tiene grandes componentes de realismo".
Ese ser¨ªa un camino que servir¨ªa para acercar el cine a la intensidad de la poes¨ªa. "El cine puede ser l¨ªrico, pero si se empe?a ¨²nicamente en esa v¨ªa corre el peligro de perder la fuerza de los hechos. En cuatro versos de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, en su obra Morir, se nos cuenta el equivalente de una novela. Por eso el cine-poes¨ªa tiene que ser breve, porque la intensidad, no se puede desplegar a lo largo de una hora y media. Imag¨ªnese un video-clip de esa duraci¨®n. ?Ser¨ªa espantoso!. Ya casi siempre los video-clips son mala poes¨ªa, puro efectismo, fruto de un ritmo exaltado, que no responde a otra l¨®gica que a la del impacto. G¨®ngora es un gran poeta, pero no se puede pensar en un cine de gongorismos".
Siempre se habla de la influencia de la literatura sobre el cine, admite "pero nunca al rev¨¦s, de c¨®mo el cine ha influido sobre muchos escritores. En los americanos, gente como Saul Bellow escribe pensando en im¨¢genes cinematogr¨¢ficas. Si tuviera que adaptar una de sus novelas, creo que no har¨ªa falta ni retocar los di¨¢logos".
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