Un choque de placas
La ocurrencia de un terremoto de las caracter¨ªsticas destructoras como el ocurrido en M¨¦xico no es un hecho aislado en el continente americano. Podemos recordar durante el presente siglo los terremotos que han ocurrido en la misma zona: el a?o 1907, de magnitud 8,1 en la escala de Richter; en 1932, de magnitud 8,1, y recientemente, en el a?o 1978, de magnitud 7,6. Como puede verse, la historia reciente de M¨¦xico nos proporciona informaci¨®n sobre el grado de riesgo de esta zona del planeta. Es evidente que esta historia no comienza en 1907, sino que ya desde las fechas del descubrimiento, se tienen noticias hist¨®ricas de terremotos.Pero, ?por qu¨¦ se producen estos terremotos? La explicaci¨®n cient¨ªfica es conocida desde principios de los a?os sesenta, en que se dise?¨® para toda la Tierra una estructura en forma de placas litosf¨¦ricas que, con movimiento propio, producen choques entre s¨ª y dan lugar a roturas de estos bordes y, por tanto, a la liberaci¨®n de energ¨ªa en forma de ondas el¨¢sticas.
Estas ondas el¨¢sticas, en su programaci¨®n, son las responsables directas de someter a las estructuras y edificios a unas tensiones y vibraciones, y si no est¨¢n dise?ados para ellas hace que colapsen o se destruyan de forma importante.
Si el terremoto se produce en el mar y el mecanismo de generaci¨®n es el apropiado, puede producirse una perturbaci¨®n en la capa de agua que existe sobre ¨¦l, que se transmite en forma de ondas y que, con una velocidad m¨¢s peque?a, puede alcanzar las costas y producir inundaciones; esto es lo que generalmente se suele denominar maremoto o tsunami. Es decir, que el maremoto produce da?os por inundaci¨®n y por la fuerza de la ola que se propaga, pero no de tipo vibracional, como en el caso de las ondas el¨¢sticas.
En el caso de M¨¦xico, las dos placas que est¨¢n en interacci¨®n son: la placa de Cocos, en el Pac¨ªfico, y la placa norteamericana. En esencia, el movimiento es de aproximaci¨®n de la placa de Cocos hacia la placa norteamericana, en un choque frontal con componentes de cizalla, que producen un doble efecto: por una parte, se introducen por debajo de la placa norteamericana produciendo terremotos de gran profundidad, con un volcanismo activo asociado, y por otra parte, un deslizamiento, que se manifiesta en una gran falla que, se prolonga hacia la costa de la Baja California y cuya continuaci¨®n m¨¢s hacia el norte enlaza con la famosa falla de San Andr¨¦s. En esta situaci¨®n, los terremotos que se producen pueden ser, o de tipo de subducci¨®n o de tipo de cizalla, cuyas caracter¨ªsticas, en cuanto a la energ¨ªa liberada, son muy diferentes.
Si en el pasado ha habido tantos terremotos y tan importantes en esta zona, ?es posible establecer una predicci¨®n para el futuro? Cient¨ªficamente, la predicci¨®n es una disciplina en la cual, en los ¨²ltimos a?os, se est¨¢n desarrollando grandes avances. No obstante, no es posible en la actualidad establecer predicciones con una probabilidad de acierto importante. Sin embargo, existe una teor¨ªa por la que s¨ª puede asegurarse cu¨¢l va a ser el sitio y cu¨¢l la magnitud del futuro terremoto en una zona como ¨¦sta. Esto es posible estudiando de forma estad¨ªstica la agrupaci¨®n de terremotos en una distribuci¨®n espaciotemporal, utilizando lo que com¨²nmente se denomina teor¨ªa de lagunas, en ingl¨¦s gaps. Este tipo de predicci¨®n, para ser tal, necesita responder al instante de ocurrencia de ese futuro terremoto. Esto hoy no es posible y no podemos hablar de una predicci¨®n en sentido estricto.
Aunque las informaciones en el momento son muy imprecisas, estudios realizados con anter¨ªoridad por el profesor Sykes muestran que existen lagunas de futuros terremotos en la zona en la que este terremoto ha ocurrido. Esto no quiere decir que este ¨²ltimo terremoto se hubiera podido predecir, pues esta teor¨ªa conlleva unos ampl¨ªsimos m¨¢rgenes en los intervalos de ocurrencia en el tiempo.
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