El adi¨®s del maestro
A Lester Piggot, el m¨¢s grande yoquei europeo de todos los tiempos, los periodistas h¨ªpicos ingleses le han llamado durante d¨¦cadas the maestro, con un calificativo entre taurino y musical. Pero para los millones de aficionados que le amamos, ¨¦l ha sido s¨®lo y sencillamente Lester. Antes de cualquier gran carrera, mientras los caballos desfilan hacia la salida, siempre se oye el alegre y desafiante rugido de la pe?a h¨ªpica menos institucional, pero m¨¢s fiel del mundo: "Go on, Lester!". He dicho "se oye", pero a partir de ma?ana deberemos decir "se o¨ªa". Desde comienzos de temporada sab¨ªamos que este a?o iba a ser el ¨²ltimo en activo: el ¨²ltimo Derby, el ¨²ltimo Arco de Triunfo, las ¨²ltimas haza?as... Ahora, pocos d¨ªas antes de cumplir los 50 a?os -el 5 de noviembre-, la cita definitiva parece haber llegado. En vano los entusiastas de Phoenix Park tras una m¨¢gica victoria con Commanche Run hace pocas semanas, le gritaban: "Stay a year morer!". Como escribi¨® hace tiempo uno de sus bi¨®grafos, Claude Duval, "con pesar imaginamos el d¨ªa en que, cuando los yoqueis se encaminen hacia el pesaje, algunos serios, otros charlando entre si, una figura solitaria, m¨¢s alta que las otras y m¨¢s grave, se pierda definitivamente entre la multitud del paddock". Y, sin embargo, hemos conservado durante todos estos meses la esperanza y a¨²n ahora no renunciamos a intentar retenerle un a?o m¨¢s: ser aficionado es no dimitir jam¨¢s de la posibilidad triunfal de lo imposible.Ninguno de los grandes caballos que Lester Piggott ha montado a lo largo de su vida tuvo mejor pedigr¨ª que ¨¦l mismo: tanto por parte de padre como de madre desciende de jinetes sobresalientes y cuenta en su familia con no menos de 63 victorias en carreras cl¨¢sicas. A esta lista ¨¦l se ha permitido a?adir otras 29, el r¨¦cord absoluto de la historia h¨ªpica del Reino Unido. Tambi¨¦n ha ganado 11 veces el campeonato de yoqueis, tres veces el Arco de Triunfo, tres veces el Gran Premio de Berl¨ªn, tres veces el Washington DC International una vez el Gran Premio de Madrid... ?Y nueve veces el Derby de Epsom, la carrera con m¨¢s carga m¨ªtica de todas! Y, sin embargo, quiz¨¢ su propia valoraci¨®n de cada una de esas victorias nos sorprender¨ªa. Hace unos anos se le pidi¨® que contara para un libro colectivo titulado My Greatest Race cu¨¢l hab¨ªa sido la actuaci¨®n de la que guardaba recuerdo m¨¢s imperecedero. Y Lester, el jinete de Nijinsky y de Sir Ivor, el de Alleged y Petite Etoile, cont¨® la historia de un viejo jaco de h¨¢ndicap, cargado de achaques y abrumado por el plomo que a¨²n le merec¨ªan remotas victorias juveniles, al que en un hip¨®dromo africano condujo a una ¨²ltima victoria imprevisible.
Car¨¢cter
Su car¨¢cter, desde luego, no es f¨¢cil y ya forma parte tambi¨¦n de su leyenda. La misma temporada en que gan¨® su primer Derby, a los 19 a?os, y con un caballo que llevaba el nombre asombroso de Never Say Die (Nunca Digas Morir), fue puesto a pie durante meses por los jueces del Jockey Club, que consideraron su forma de montar demasiado peligrosa y carente de escr¨²pulos. Su trayectoria se ha visto se?alada por enfrentamientos y multas, entre las cuales quiz¨¢ la m¨¢s c¨¦lebre sea la que se gan¨® por arrebatar de un zarpazo a todo galope la fusta a un jinete franc¨¦s tras haber perdido la suya en un momento crucial del Gran Premio de Saint Cloud.Sordo, serio, self-centered, sus escasas sonrisas han sido siempre cotizadas por los fot¨®grafos como ins¨®litas auroras boreales. Tampoco su estilo de montar fue nunca elogiado por su pureza cl¨¢sica, como el del gran Joe Mercer, otro as de la fusta que tambi¨¦n se retira esta temporada. Los estribos temerariamente cortos y su alta estatura le han dado siempre una extra?a postura en la silla; cuando alguien le reprochaba el extra?o ¨¢ngulo de su trasero durante la carrera, Lester respondi¨® con fastidio: "?Y d¨®nde quiere usted que meta el maldito trasto?". Pero nadie ha montado nunca de forma tan emocionante y espectacular: los aficionados nos hemos alimentado durante muchas jornadas de las fulminantes estocadas con que desbarataba la carrera mejor planeada por sus adversarios en tres fustazos.
Al final de sus memorias, cuenta Groucho que una se?ora le identific¨® por la calle y le rog¨®: "Por favor, no te mueras nunca". A cada victoria de Lester todos suplic¨¢bamos desde dentro: "Por favor, no te retires nunca". Pero Groucho tuvo que morir y ahora Lester se retira. El a?o que viene ser¨¢ sin duda uno de los m¨¢s cotizados preparadores del mundo, ¨¦l, que ya a los 18 a?os se permit¨ªa enmendarles la plana a veteranos preparadores como Joe Lawson o Noel Murless. Su figura, un poco m¨¢s alta y solitaria que la de los dem¨¢s yoqueis, no volver¨¢ a encaminarse camino del pesaje tras otra m¨¢gica victoria. El pr¨®ximo martes, en Nottingham, en tierras de Robin Hood, va a montar por ¨²ltima vez el maestro y todos los que sentimos que nos retiramos tambi¨¦n un poco con ¨¦l -de los hip¨®dromos, de la vida, de todo- queremos gritar por dentro como tantas veces: "Go on, Lester!". Y luego, en suplicante secreto: "Never say die!".
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