Brotes de violencia de las minor¨ªas nacionalistas en el deporte yugoslayo
La presidencia colectiva de Yugoslavia y el propio ministro de Defensa, almirante Branko Mamula, han tomado esta semana posici¨®n contra lo que se califica corno creciente utilizaci¨®n del deporte como arma pol¨ªtica por parte de la oposici¨®n nacionalista. Al final del partido de f¨²tbol Hajduk Split-Estrella Roja de Belgrado, celebrado la semana pasada, grupos de encendidos nacionalistas croatas echaron al mar a dos cadetes de la marina yugoslava y apedrearon el tren que llevaba a los forofos del vencedor Estrella Roja, hacia Belgrado, la capital federal.Seg¨²n los padres de la pac¨ªfica ciudad d¨¢lmata que es Split, los culpables son bandadas de chaglievi, definidos como canes del asfalto, especializados en el alboroto deportivo. Hasta que el ministro yugoslavo de Defensa no sali¨® en contra del esc¨¢ndalo, el municipio de Split estaba llevando la encuesta con calma. La intervenci¨®n del primer sable de la naci¨®n aceler¨® las investigaciones y ya hay 80 detenidos.
Fuentes del SUP -la polic¨ªa yugoslava- de la ciudad de Split anunciaron que este a?o se hab¨ªan desarticulado seis grupos de nacionalistas croatas especializados en actos deportivos. Antes del encue?tro Hajduk-Estrella Roja de la semana pasada se ocuparon un rev¨®lver, varios cuchillos y pancartas nacionalistas de los asistentes.
Tito, hincha del Hajduk
El presidente Tito, de nacionalidad croata, era hincha del Hajduk. Split, ciudad de tradici¨®n izquierdista en el pasado, est¨¢ conv¨ªrti¨¦ndose en foco nacionalista antiserbio. Los serbios son el pueblo mayoritario de Yugoslavia y su capital, Belgrado, es a la vez sede de la federaci¨®n. Tambi¨¦n en el interior de Croacia son frecuentes los destellos nacionalistas, incluso durante los encuentros de baloncesto con el Cibona, club de Zagreb, la capital croata.No obstante el apellido serbio de su principal figura, Drazen Petrovic, los forofos del Cibona son notables por sus cantos de ferviente nacionalismo.
Tambi¨¦n en los partidos que se celebran en Eslovenia, industrializada rep¨²blica yugoslava del norte, el patrioterismo nacionalista contagia al deporte. "Serbios al sauce", gritaban hace poco en Ljubijana los seguidores del equipo local de hockey Olimpia, en el partido contra el Estrella Roja. No estaba claro si quer¨ªan ver a los serbios trepando por las ramas del sauce o colgados de ellas. Otra de las coreadas canciones era "Eslovenia, patria m¨ªa, qu¨¦ bien en t¨ª se viv¨ªa, sin bosniacos ni sudistas", aludiendo a quienes del subdesarrollo se vienen a trabajar a la postindustrial Eslovenia.
La polic¨ªa se hab¨ªa especializado en seguir atentamente los partidos que se celebran en Kosovo, regi¨®n aut¨®noma meridional en la que el 80 % es minor¨ªa albanesa. All¨ª es frecuente que la poblaci¨®n aplauda a los equipos albaneses cuando juegan contra los yugoslavos y que se coree "e-ho", iniciales prohibidas del l¨ªder alban¨¦s Enver Hoxha, fallecido el pasado abril.
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